Traducido por Caty R.
ONG. Después del naufragio del Arca de Zoé en Chad, procede dar un repaso a las cuestiones suscitadas por este asunto en las asociaciones humanitarias que rechazan la mezcla.
De un juicio a otro. Mientras seis miembros de la asociación el Arca de Zoé, entre ellos su jefe Éric Breteau, acaban de ser juzgados y condenados por el tribunal criminal de Djamena por el intento de llevarse a Francia a 103 niños chadianos, es el conjunto de las organizaciones humanitarias francesas el que parece que se haya erigido en acusador. El escándalo del Arca de Zoé a finales de octubre arrojó sombras sobre el conjunto del sector de las asociaciones humanitarias. Una gran parte de las ONG denunciaron los métodos de los compañeros de Éric Breteau. «La ayuda humanitaria no se improvisa», recordó François Danel, el director general de Acción contra el hambre (ACF). «La ayuda humanitaria es un compromiso y un oficio que exige reglas, métodos y herramientas comprobados», repitió la asociación Solidarités. «El fundamento de una asociación es la ética», indicó por su parte Coordination SUD , colectivo de 120 asociaciones francesas.
¿Cualquiera puede crear una ONG?
No existe una definición jurídica o social para las ONG. No tienen un estatuto específico. Están reguladas simplemente por la ley de 1901 sobre las asociaciones o la ley del 23 de julio de 1987 para las fundaciones. Una simple declaración en la prefectura es suficiente para crear una asociación. Sólo se requiere un mínimo de tres personas. La libertad asociativa está considerada como un derecho. El nombre «organización no gubernamental» apareció en 1945 en la redacción de la Carta de las Naciones Unidas. Se menciona en el artículo 71 de este documento. Algunas grandes agencias como UNICEF o el Alto Comisionado para los refugiados (ACNUR) dependen de organizaciones internacionales administradas por los Estados, en este caso la ONU, y no son ONG aunque se asimilan a las organizaciones humanitarias.
¿Las asociaciones humanitarias son incontrolables?
«No se puede poner a un policía detrás de cada asociación», suspira François Danel (ACF). «El riesgo cero de descontrol y transgresión de la ley no existe», constata la Coordination SUD. «No puede, por lo tanto, ser cuestión de obligar o limitar el derecho de asociación. El Estado sólo puede prohibir el ejercicio de esta preciosa libertad si el objetivo que la asociación presenta en sus estatutos propone actividades ilegales o si la asociación actúa de manera contraria a la ley francesa», resume este colectivo. «Se paga el precio de esta libertad», explica Rony Brauman, ex presidente de Médicos sin fronteras (MSF). Pero la ley dista mucho de ser la única salvaguarda.
«Un dirigente de una asociación no hace cualquier cosa. No es el único amo a bordo. Cada dos meses rendimos cuentas al consejo de administración», explica François Danel. Además, en ACF existe un Comité interno de auditoría que puede llevar a cabo investigaciones y marcar el paso al director general. Michel Brugière, director general de Médicos del Mundo debe contar con una poderosa asamblea general de alrededor de 900 miembros que se encarga de validar el presupuesto y el informe de actividades. «El Arca de Zoé no tiene asamblea general, por lo tanto no hay control», señala. «No se puede hacer humanitarismo sin un estudio que dará lugar a un proyecto, luego a un informe y además a una auditoría económica», enumera Alain Boinet, director de Solidarités.
Los proveedores de fondos como ECHO, el servicio de ayuda humanitario de la Unión Europea, también efectúan controles. «Llegan hasta los mínimos detalles. En la última auditoría de ECHO tuvimos que movilizar a tres personas durante tres meses», dice François Danel. A estos controles pueden añadirse los del Tribunal de Cuentas, como fue el caso en el tsunami, y los de los Estados que albergan a las ONG en sus territorios. «Estamos más controlados que las empresas», asegura Alain Boinet. «Y eso tiene un coste para nosotros que no recae en nuestros socios». «Los controles se refieren a la utilización del dinero y al cumplimiento de los procedimientos, pero no a la calidad de la acción realizada sobre el terreno», reconoce no obstante Michel Brugière.
¿Cómo hacer la selección entre buenas y malas ONG?
Existe un Comité de la carta de deontología de las organizaciones sociales y humanitarias, organismo independiente creado por las ONG que todos los años comprueba cómo se utilizan los fondos privados de las asociaciones miembros y les entrega un distintivo. Celosa de su independencia, Médicos sin Fronteras en realidad no forma parte. Es una excepción entre las grandes ONG. Pero la existencia del Comité no impidió el escándalo del Arca de Zoé, de ahí el resurgimiento del debate de la cuestión del control de las asociaciones. El sector humanitario es participativo y organiza encuentros para debatir. «No hay nada que hacer. No veo cómo se puede controlar», dice Rony Brauman durante uno de estos debates. «¿Quiénes somos nosotros para separar el buen grano de la cizaña?» se pregunta Joseph Dato, de Médicos del Mundo. «Si no se hace nada, el riesgo de que nos mezclen con el Arca de Zoé es grande. Meterán a todo el mundo en el mismo saco», dice preocupado François Bugnion, asesor diplomático del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). «Es necesario establecer un marco y unos principios. Debemos llegar a un consenso entre las ONG». François Danel es escéptico: «Incluso con nuevas normas no se podrá impedir que algunos se pasen de la raya… Se ve venir la cuestión de la marca de calidad. Estará lista dentro de tres a cinco años», afirma sin embargo Michel Brugière.
Las ONG, una guarida de iluminados, de zorros ¿Y de cow-boys?
«Un trabajador humanitario no es un inexperto que va con su camión», dice François Danel. En el espacio de veinte años las ONG se han profesionalizado considerablemente. Sus métodos de reclutamiento no tienen nada que envidiar a los de las grandes empresas. Todas las ONG importantes cuentan con un equipo de recursos humanos. «Antes, con una formación mínima, motivación y sentido común se iba al terreno de trabajo. En la actualidad un titulado, con formación científica y una enorme motivación ni siquiera supera la primera prueba», indica François Danel (ACF). «Un título universitario ya no es suficiente. También es necesaria la experiencia», añade Alain Boinet de Solidarités. En 2006, esta asociación recibió 4.500 candidaturas para 245 puestos. En ACF, en 2007, sólo se reclutaron 138 personas de 6.700 aspirantes. La competencia técnica (en nutrición, medicina, logística, etc.), experiencia humanitaria, dominio del inglés y aptitud para el trabajo en equipo, entre otras, son las cualidades buscadas. La buena voluntad y la capacidad de indignación no son suficientes. Éric Breteau lo sabe por experiencia propia: según nuestra información, su candidatura a la Aide médicale internationale (AMI) para un puesto en Sudán fue rechazada hace ocho meses.
¿Saber estar o saber hacer?
Más allá de los conocimientos, «saber estar es tan importante como saber hacer», destaca el profesor e investigador Philippe Ryfman. «Se intenta explicar a los candidatos que no están allí para llevar la palabra de dios, sino que deben mostrarse humildes y respetuosos con las otras culturas», prosigue. «Cuando se va a un país, hay que hacerlo con modestia. Es necesario saber lo que pasa», explica Jean-Paul Ngoupande, ex Primer Ministro de la República Centroafricana. «Por ejemplo, el concepto de huérfano es un concepto occidental. Es importante saber si el niño no tiene un primo», añade, citando su propio caso. Hace cincuenta años, Jean-Paul Ngoupande un día vio llegar a su padre a la casa con seis niños: la progenie de un primo lejano.
«La profesión no es la finalidad. La finalidad, es la ayuda humanitaria», remarca Alain Boinet. «Es necesario velar para que la profesionalización no vaya en detrimento del espíritu humanitario», apunta François Danel. «Si nos movemos entre profesionales ya no habrá lugar para los voluntarios, se preocupa Michel Brugière (MDM). Ahora bien, tampoco personas que no quieren más que pasar un mes en el terreno para adquirir otra perspectiva sobre el mundo. Es necesario encontrar el equilibrio». Seguramente es ahí donde está el reto de las ONG para los próximos años.
Original en francés: http://www.humanite.fr/2007-12
Damien Roustel es periodista del diario L’Humanité.
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.