«El mundo capitalista que nos rodea podrá sentirse tranquilo el día que nos vea a los cooperativistas llevando un tren de vida de privilegiados, ya que así la reducción de nuestras tasas de inversión o la debilidad de nuestras empresas significará la reducción de nuestra fuerza expansiva y combativa y al propio tiempo también la […]
«El mundo capitalista que nos rodea podrá sentirse tranquilo el día que nos vea a los cooperativistas llevando un tren de vida de privilegiados, ya que así la reducción de nuestras tasas de inversión o la debilidad de nuestras empresas significará la reducción de nuestra fuerza expansiva y combativa y al propio tiempo también la rotura de nuestra solidaridad con el mundo trabajador».
José María Arizmendiarrieta.
«No podemos menos que mostrarnos en disidencia con el «tema del Día Internacional de las Cooperativas de 2019 de la ACI: «Coops x un trabajo digno». No se trata de que «el público en general podrán descubrir cómo contribuyen las cooperativas a crear un ambiente de trabajo digno». ¡NO!…De lo que se trata es buscar la manera de aniquilar la condición de dependencia, de aniquilar la subyugación, que implica ser empleado o trabajador en condición de dependencia. Esa es la función del cooperativismo. El cooperativismo vino a superar la contradicción capital-
J.Y.
Y sin dudas la celebración estimula a reflexionar sobre lo simbólico que esta instancia de las cooperativas implican, claro está, entendiendo que el cooperativismo como movimiento social cobija en su seno variadas miradas y prácticas, a veces, incluso antagónicas.
Tales desajustes doctrinarios y metodológicos provienen del contexto capitalista que moran en las cabezas de las dirigencias y asociados, tanto en el marco empresarial como en campo educativo que conlleva desvirtuación asombrosa y enajenante. En tales condiciones el público no logra ver las diferencias entre las empresas cooperativas de las empresas capitalistas.
Estos aspectos preocupan realmente, y cuya respuesta no se hacen esperar con las debidas críticas constructivas.
El hecho cierto de que muchas veces las cooperativas brindan oportunidad de auto-empleo y que ésta lleve calidad de vida-es meritoria, claro-pero eso no es lo esencial, pues el entorno es capitalista y espera derrumbarlo.
En ese sentido nos advierte el profesor alemán que trabaja en México, Heinz Dieterich Steffan «No puede rendir frutos porque la división de la humanidad y sus sociedades en una pequeña minoría acaudalada y una masa empobrecida, no es un problema de comprensión o compasión que puede resolverse mediante la comunicación y la pedagogía; sino un problema de intereses y de poder». Lo hemos dicho, debemos avanzar políticamente para transformar y no adecuarnos lo mejor que se pueda.
Desde Nuestra América vemos y sentimos que la mentalidad europeizante sigue influenciando. No negamos ni desvalorizamos las formidables aportaciones, sin embargo, con entera convicción decimos que desde estas tierras también tenemos pensamiento.
Las difíciles condiciones imperantes en Nuestra América, continente subdesarrollado y dependiente, hemos logrado echar a andar procesos de estudios, reflexiones y debates que nos permitieron construir nuestras propias y auténticas teorías transformadoras.
Provenimos de culturas ancestrales como la jesuítica-guaranítica que aportaron el «Jopoi» y el «Oñondivepá», formas cooperativas de trabajo agrícola que luego fueron perfeccionadas en las denominadas «Estancias de la Patria» que nos nutren y son materias filosófica e ideológica estupendas.
La actual circunstancia que enfrenta la humanidad es crucial, ya lo sabemos, el dilema es de hierro, el capitalismo financiero se comporta de manera desquiciada y violenta con el ser humano y la naturaleza.
Con un poco de humor que nos dispensamos diríamos a partir de la genialidad del cómico mexicano, Roberto Gómez Bolaños, creador de «El Chapulín Colorado«, personaje ficticio que siempre aparecía mágicamente para salvar de peligrosas situaciones, ante lo cual exclamamos temerosos: «¿Y ahora quién podrá salvarnos»?
Nos tentamos a responder con aquella consiga tan vigente como guía: «¡Sólo el pueblo salvará al pueblo!», agregamos… ¡Karajo!
Claro está que el pueblo debe estar organizado y en posesión de análisis correctos, entendiendo en esa dirección la labor fundamental de las cooperativas, adelantar el porvenir construyendo hoy ese mundo mejor.
Así entendemos a los desafíos de los pueblos para romper con un sistema socio-económico ya agotado. Salir de la eterna crisis capitalista que nos sume en la miseria y el perenne infortunio a las mayorías mientras ellos, las minorías la pasan de lo mejor… ¡»Cómo pa gar al truco con un juego de ese modo!», dice el gaucho argentino Orlando Veracruz.
Por nuestra parte, por nuestra responsabilidad, desde TECNICOOP hemos proclamado desde su fundación, en abril de 1992, las razones de su constitución, cual es la de movilizar y encausar en Formosa (Argentina) el espíritu cooperativo transformador. Y lo pudimos realizar porque supimos despertar los mejores sentimientos del periodismo que nos ayudan a difundir y mantener las bondades de los valores y principios cooperativos.
Por ello, en esta celebración cooperativa, nuevamente resplandece la formidable lucha de TECNICOOP y de tal modo su ejemplar aporte y acción es reconocida en toda Iberoamérica por lo que su dimensión estratégica en la conducción del Cooperativismo transformador del Siglo XXI se consolidad para bien.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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