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Cumbre Social de los Pueblos, Lima 13-16 mayo 2008

La Coca, patrimonio de la biodiversidad y cultural de Indoamérica

Fuentes: http://www.enlazandoalternativas.org/

Constatando: 1. Que todos los pueblos, indígenas o no, desde tiempos ancestrales, tienen dentro de su cultura plantas que hacen parte de los ritos, plantas medicinales, plantas que sirven de alimentos. Para las primeras naciones o pueblos indígenas del continente latinoamericano, entre otros para los Aymaras, Quechuas, Yaneshas, Asháninkas, Witotos, Makús, Makunas, Taiwanos, Tukanos, Arhaucos, […]

Constatando:
1. Que todos los pueblos, indígenas o no, desde tiempos ancestrales, tienen dentro de su cultura plantas que hacen parte de los ritos, plantas medicinales, plantas que sirven de alimentos. Para las primeras naciones o pueblos indígenas del continente latinoamericano, entre otros para los Aymaras, Quechuas, Yaneshas, Asháninkas, Witotos, Makús, Makunas, Taiwanos, Tukanos, Arhaucos, Ticunas, Paeses, la hoja de la coca representa todo esto y mucho más. Al igual que el pan y el vino en la religión católica que simbolizan el compartir de alimentos sagrados.

2. Que la Convención Única de Viena de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de 1961 incluye a la hoja de coca en la lista 1 de estupefacientes, desmereciendo su valor cultural, social y medicinal al confundirla con cocaína. Esta Convención se fijó terminar con la masticación de la hoja de coca en 25 años, demostrando un total desconocimiento de la forma de su uso por los pueblos indoamericanos (chaccheo, akhullicado, mambeo o coqueo).

3. Que ésto satisface el interés de las multinacionales químico-farmacéuticas en tener el control absoluto de las moléculas derivadas de la coca y así enriquecerse.

3. Que al firmar la Convención de Viena, varios Estados latinoamericanos mostraron cierto desprecio por los pueblos a los cuales se deben. En efecto, el uso de la hoja de coca y el cultivo de su planta, en estado natural con fines medicinales, rituales, de socialización y alimenticios acompaña el despertar y el desenvolvimiento cultural de los pueblos indoamericanos de muchas partes de la región andina y amazónica, por lo menos desde hace 5,000 años (época Valdivia -Ecuador, y Huaca Prieta -Perú).

4. Que la despenalización internacional de la hoja de coca será lograda por las fuerzas que expresan y defienden la soberanía popular y el derecho consuetudinario de los pueblos indoamericanos a producir y servirse de la hoja en forma tradicional y a dedicar su sobre-producción a fines medicinales, industriales y para la alimentación humana. Que será lograda por los movimientos indígenas, afrodescendientes y sociales, apoyándose particularmente en los gobiernos de Bolivia, Venezuela, Ecuador, unidos a la vez con los productores de hoja de coca, los científicos y productores agroindustriales dispuestos a transformar la hoja de coca en productos derivados benéficos (experiencias en Bolivia, Colombia y Perú).

5. Que, también el derecho internacional favorece el logro de este objetivo, particularmente: los artículos 8; 11; 12; 13; 15; 24 y 31 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (2007); el artículo 2 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo -OIT (1989); el artículo 14 de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (1988).

6. Que Bolivia, bajo el gobierno del Presidente Evo Morales, estratégica, constitucional, y prácticamente está dando pasos significativos para revalorar la coca, comercializar sus derivados benéficos en su país y en países hermanos y obtener su despenalización.

7. Que la cocaína es el derivado de hoja de coca a través de un proceso químico, obtenida por primera vez en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX. La producción creciente de cocaína obedece a la demanda de estupefacientes de la civilización individualista occidental. El aumento de áreas de cultivo de la planta de coca en las Yungas y Rupa Rupa (Selva Alta) de América del Sur está vinculado desde hace 40 años a esta demanda y, sobre todo, al poco valor de cambio de los productos tradicionales de los agricultores indoamericanos.

8. Que las políticas para reprimir la producción de cocaína en los países de América del Sur hacen hincapié en la erradicación de los cultivos de planta de coca (fumigación aérea con glifosato, destrucción forzada de sembríos). Estas políticas promovidas desde hace 30 años por los Estados Unidos y puestas en ejecución por el gobierno colombiano en particular, son dañinas para los seres humanos, sus diversos cultivos y los ecosistemas circundantes. Estas políticas han provocado el rechazo de los pueblos y la condena explícita del gobierno ecuatoriano del Presidente Rafael Correa (el Ecuador ha sido afectado por la fumigación hecha en territorio colombiano pero que traspasa la frontera).

9. Que económicamente, los principales beneficiarios de la producción de cocaína están en los países consumidores y en las redes que permiten el blanqueo del dinero del narcotráfico.

Proponemos: ¡Coca sí, cocaína no!
1. Declarar la coca patrimonio de la biodiversidad y cultural de Indomérica.

2. Reivindicar el valor cultural, medicinal y alimenticio de la coca en el ámbito nacional, continental y mundial, promoviendo para ello legislaciones y campañas educativas adecuadas.

3. Apoyar la política de revalorización de la Coca emprendida a nivel nacional, regional e internacional por el gobierno boliviano de Evo Morales.

4. Actuar coordinadamente con el gobierno boliviano para obtener el retiro de la hoja de coca de la lista 1 de estupefacientes de la Convención de Viena.

5. Exigir al gobierno de Colombia el cese de la fumigación aérea con herbicidas sobre campos de cultivo de coca; y al de Colombia y de Perú el cese de la erradicación forzada de la coca.

6. Desarrollar actividades agro-industriales y científicas que regeneren el ecosistema de Yunga y Rupa-Rupa.

7. Implementar desde las regiones productoras la industrialización de la coca en productos derivados benéficos y su comercialización a nivel nacional, continental y mundial, bajo el cuadro jurídico correspondiente que lo garantice.

8. Declarar la lucha cocaína cero como objetivo de mediano alcance de los pueblos y estados indoamericanos.

9. Penalizar el narcotráfico de cocaína atacando a los principales beneficiarios económicos que están en Estados Unidos, Europa, los paraísos fiscales y las redes de blanqueo de dinero del narcotráfico. Penalizar igualmente a los proveedores de insumos químicos o precursores necesarios para la elaboración de cocaína (como el permanganato de potasio).

Organizaciones firmantes

UNIPOMA (Universidad Popular Mariátegui -Francia)

Coordinadora Popular Colombiana en París

Cercle Bolivarien de Paris

Federación de Asociaciones Peruanas en Francia

CUMBRE SOCIAL DE LOS PUEBLOS ENLAZANDO ALTERNATIVAS
LIMA 13 AL 16 DE MAYO 2008