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La comunicación en el Foro Social de las Américas

Fuentes: Comunidad Web de Movimientos Sociales

Uno de los temas que se debatirá en el Foro Social de las Américas (FSA), que se llevará a cabo en Quito del 25 al 30 de julio, es el de los «derechos a la comunicación en las Américas». Si el Foro Social Mundial (FSM) plantea, en respuesta a la crisis civilizatoria que vivimos, que […]

Uno de los temas que se debatirá en el Foro Social de las Américas (FSA), que se llevará a cabo en Quito del 25 al 30 de julio, es el de los «derechos a la comunicación en las Américas».

Si el Foro Social Mundial (FSM) plantea, en respuesta a la crisis civilizatoria que vivimos, que «Otro mundo es posible», ¿qué papel le corresponde jugar a la comunicación para lograr esta aspiración? El debate promete ser muy rico pues los temas relacionados con la comunicación son muy amplios e interesantes, abarcando, desde los nuevos escenarios comunicacionales (fusiones, transnacionalización y concentración de los medios, «sociedad de la información», tratados de libre comercio) hasta los derechos a la comunicación, la apropiación social de las tecnologías de la información y la comunicación, las políticas públicas, las veedurías ciudadanas para la democratización de los medios.

Precisamente para ir calentando el ambiente, un primer debate sobre la comunicación se realizó en la noche del 30 de junio en la Universidad Politécnica Salesiana de Quito con la participación de Luis Herrera, representante de la Escuela de Antropología de la Universidad Politécnica Salesiana; Sally Burch, directora ejecutiva de ALAI, y Pedro Sánchez, secretario ejecutivo de la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLACC).

Hacia el contrapoder

Como buen antropólogo, Luis Herrera analiza la comunicación desde el ámbito de la cultura, y para explicitar sus puntos de vista, utiliza la figura de un triángulo, en cuyos vértices están: la comunicación, el medio y «el otro». Citando a Humberto Eco, dice que toda cultura es producto de la comunicación, es un proceso de intercambio de mensajes, o sea, no hay sociedad o cultura posibles sin el intercambio de mensajes. Pero elevado al escenario social, este concepto de comunicación hay que relativizarlo, ya que, de una u otra forma, este intercambio ya no se da, pues siempre un sector que ha detentado poder, ha impuesto los mensajes, y esto no es solo en el nivel macro sino en los escenarios locales.

Al medio, agrega, lo podemos definir como un escenario de producción de mensajes, sin embargo, los medios que conocemos (radio, TV, prensa, Internet) son medios más de información que de comunicación, porque en ellos no hay el intercambio entre emisores y receptores. Pero, además, los medios son un producto social: no son solo productores de información sino que reproducen sociedades y culturas que históricamente se han construido.

Por último, afirma que, desde hace muchos años, se ha venido trabajando la necesidad de construir procesos que se contrapongan a la estructura del poder y a la dominación. Hoy día, «el otro», es el que atenta contra esa estructura, que no proviene desde afuera de la sociedad , sino que puede estar trabajando desde adentro por una propuesta contrahegemónica. Desde esa perspectiva, «el otro» se vuelve contrapoder. «En un escenario cultural múltiple, en un entramado de muchos colores, no se puede decir «otro medio es posible», sino «otros medios son posibles», porque no hay un solo «otro» sino muchos «otros» distintos.

Nuevos temas para discutir

Sally Burch comienza criticando la visión tecnologista que acompaña al discurso de la «sociedad de la información», que es definida como una nueva fase de desarrollo. La información es presentada como el eje central de la economía, pero también como una promesa de progreso para los países y poblaciones que padecen el subdesarrollo. De esta manera, se dice, si nos conectamos a Internet tendremos un atajo para acceder a los conocimientos y a la educación, aspectos deficientes en nuestros países, que nos están dejando fuera del desarrollo. Pero este discurso, nada nuevo, hace caso omiso de las dinámicas y de los intereses sociales en pugna que determinan cómo y en función de qué se desarrolla la tecnología.

Burch señala, sin embargo, que la digitalización de las comunicaciones ha introducido cambios profundos y acelerados en todo el campo de las comunicaciones, con amplia implicaciones en el quehacer social. Por un lado, hay una tendencia creciente a la concentración en pocas manos de los grandes medios con la consecuente pérdida de diversidad y pluralidad mediática. Por otro, los cambios tecnológicos implican un potencial muy grande de monitoreo, vigilancia e invasión de la privacidad de la ciudadanía. Últimamente, con la llamada «guerra contra el terrorismo», se ven amenazados los derechos civiles reconocidos por los convenios internacionales.

¿Cuáles, son entonces, las implicaciones de estos cambios para la democracia y el desarrollo, particularmente en los países del Sur? ¿Bastan los derechos consagrados para garantizar el ejercicio de la democracia y para proteger a la ciudadanía de posibles nuevos abusos de poder? ¿Esta realidad emergente nos obliga a pensar en nuevos derechos humanos, nuevas garantías democráticas, otro tipo de políticas y mecanismos para garantizar la libertad de opinión y expresión, y la vigencia de una esfera pública vigorosa? Sally propone que estas interrogantes sean debatidas en el FSA.

Derecho fundamental

El director ejecutivo de OCLACC, Pedro Sánchez, también critica las afirmaciones de que ya vivimos en la denominada «sociedad de la información». «¿Será eso verdad cuando el 95 de la población latinoamericana aún ni tiene acceso a Internet? Y no hablemos de acceso solo como usuarios o consumidores sino como productores. Algunos usamos Internet, pero ¿la usamos para producir contenidos? Casi el 90% de lo que circula en Internet está en idioma inglés, algo tiene que cambiar entonces en los medios de información», enfatiza.

Sánchez reivindica el derecho a la comunicación: «Cuando el ser humano inventa y crea el lenguaje, como posibilidad de intercambio de saberes, de conocimientos y de culturas, el salto de la humanidad fue impresionante, pero cuando ese lenguaje comenzó a ser codificado y se inventó la escritura, poca gente tuvo acceso a la formación y la educación. Entonces vino una permanente lucha por conquistar los derechos a la comunicación, a la educación y a la información. De igual manera, ahora la lucha por medios de comunicación democráticos, por acceso a las nuevas tecnologías, se ha establecido como un derecho fundamental de los seres humanos».

«En el FSM ya se comenzó a plantear estos temas, para el FSA, las asociaciones de comunicación latinoamericanas hemos planteado el debate sobre las estrategias, los caminos, las urgencias, para hacer posible este derecho a la comunicación en nuestros pueblos, en nuestras culturas», agrega Sánchez.

Diversas asociaciones, organizaciones y redes latinoamericanas se ha involucrado en la preparación de los paneles sobre comunicación que se desarrollarán el 26 y 27 de julio en el marco del FSA. Entre ellas cabe mencionar a: AMARC, ALER, APC, ALAI; OCLACC, WACC-AL, Rápido 2 y ADITAL.

La presencia de expositores como Armando Mattelart, Rosa María Alfaro (Veeduría Ciudadana de la Comunicación Social, Perú), Paulo Lima (APC-Brasil), María Pía Matta (AMARC – ALC, Chile) Néstor Busso (ALER, Argentina) , Sally Burch (ALAI, Ecuador), Sacha Constanza (CRIS, Estados Unidos), Dennis Smith (WACC, Guatemala) y Xavier Albo (Bolivia), es una garantía de que el debate será de alto contenido, al igual que los resultados.