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Entrevista a Djalma Costa, co-responsable de la ONG suiza E-CHANGER en Brasil

«La cooperación: ruta de dos manos y no un camino unidireccional Norte-Sur»

Fuentes: Rebelión

«La cooperación debe ser emancipadora y reforzar a la sociedad civil del Sur», «nuestras principales contrapartes: el MST, la Central de Movimientos Populares y la Marcha Mundial de Mujeres»

La cooperación Norte-Sur-Norte «es una autopista de dos carriles y no un camino unidireccional. A través de la misma todos los actores deben beneficiarse. No se trata de una mano que da y otra que recibe, como se percibía en el pasado». Conceptos cuestionadores que fluyen casi sin parar en este diálogo con Djalma Costa, 49, actual co-responsable de la Coordinación de la Organización No Gubernamental suiza E-CHANGER (Intercambiar) en Brasil. Función que desde hace un año comparte con la joven especialista en género y desarrollo Celia Alldridge. «Debemos mejorar, cualificar aún mas nuestra cooperación solidaria, asegurar que los impactos sean cada día más visibles a favor de los movimientos sociales y sus organizaciones de soporte», subraya Costa, teólogo, educador popular y asesor-acompañante de numerosas organizaciones sociales brasileras que trabajan a favor de los derechos de los jóvenes y adolescentes.  

P: ¿Cuál es su concepción de un programa coherente de cooperación en un país como Brasil?

R: Partimos de los prinicpios básicos de la «Educación Popular» fuertemente enraizada en acciones comunitarias en el continente latinoamericano. Significa que ni el desarrollo ni la coperación pueden realizarse de arriba hacia abajo o de afuera hacia adentro. En ese sentido, valoramos como punto de partida de un programa suizo de cooperación la experiencia organizativa acumulada existente en la sociedad civil brasilera. Dicha valoración no significa solamenta el análisis para comprender el contexto actual del país. Sino que se expresa también en una real participación de las organizaciones contrapartes- en tanto interlocutores representativos- en la elaboración y gestión del Programa Brasil.

Pienso que esta metodología de trabajo es bastante innovativa en el contexto amplio de la cooperación internacional.

Comprendemos esta interlocución como un ejercicio permanente de dar voz a actores sociales que ya existían y que habían desarrollado una capacidad amplia y propositiva de acción y articulación.

Entre nuestros principales interlocutores están el Movimiento Sin Tierra (MST), la Central de Movimientos Populares (CMP) y la Marcha Mundial de Mujeres.

La composición de este cuadro de interlocutores expresa nuestra preocupación por asegurar un equilibrio urbano y rural; y al mismo tiempo la trasversalidad de la temática de género.

De esta forma, las copartes del Programa Brasil se integran junto con nosotros en una relación horizontal de cooperación. Sus propuestas y contribuciones consolidan la evolución del Programa. En síntesis, diría que la característica principal del Programa Brasil, actualmente de E-CHANGER, fue la comprensión que la solidaridad es una ruta de dos manos y no un camino unidireccional. Y que la transformación de una sociedad se hace colectivamente: el Sur, sin el Norte, es débil; el Norte, sin el Sur, es débil también.

Claro que nos preocupa siempre acumular contenidos y resultados. Son aspectos muy importantes de cualquier ejercicio de cooperación. Pero los entendemos como efectos de una concepción más amplia, la de la solidaridad humana y entre seres humanos.

La cooperación solidaria: red que se teje con muchos hilos

P: ¿Cuál es el concepto de efecto, de impacto, desde la perspectiva del Programa Brasil? ¿Cuáles son los aspectos conceptuales relevantes?

R: El principal efecto, más global, es coadyuvar a una sociedad civil fuerte y fortalecida. Capaz de exigir los derechos que le corresponde. Sólida para impedir que sus recursos públicos y naturales sean destruidos por la lógica de un sistema dominante.

Además, colaborar con el *empoderamiento* de la población en una perspectiva de gobernabilidad.

Esta visión macro se traduce en la coherencia de las relaciones específicas con nuestras copartes (ndr: sinónimo de contraparte). Privilegiamos los movimientos sociales brasileros. Todo dentro de dos ejes temáticos: participación ciudadana y soberanía alimentaria. Los efectos esperados son definidos en conjunto con las copartes, que definen las actividades a desarrollar por nuestros cooperantes.

En julio pasado, por ejemplo, terminamos una experiencia de gran suceso con la Unión de los Movimientos de Vivienda (UNIÃO en sus siglas originales en portugués), uno de los más activos de la Central de Movimientos Populares. Una pareja de voluntarios suizos trabajó en el fortalecimiento de las capacidades de comunicación de la UNIÃO y en la consolidación de su calidad de asesoría técnica a las organizaciones locales en barrios y favelas de San Pablo. En forma tripartita -la coparte, los cooper-actores y nosotros en tanto Coordinación- evaluamos en forma permanente los efectos cualitativos y cuantitativos del trabajo realizado. En el caso específico de la UNIÃO, los efectos positivos institucionales y la consiguiente consolidación de su rol de interlocución con el Estado brasilero a favor de viviendas dignas. La experiencia reforzada de esta organización en San Pablo permite hoy multiplicar su experiencia a otros Estados del país donde este sector esta menos consolidado. Acabamos de iniciar una nueva experiencia con otros voluntarios en la UNIÃO del Estado de Maranhão, al norte del país.

Son fundamentales también los impactos resultantes de los intercambios Sur-Sur que posibilitan nuestro Programa institucional. Son instrumentos muy importantes que fortalecen el carácter horizontal de nuestra cooperación. Como ejemplos cito el intercambio entre las mujeres sin tierra de Bolivia con el sector género del MST de Brasil. O el intercambio entre organizaciones agro-ecológicas copartes del Programa Brasil de E-CHANGER.

Todas estas iniciativas tienen un carácter fuertemente multiplicador de nuestros efectos y se basan, y esto es fundamental, en el potencial que existe en el Sur. Para nosotros la ampliación futura de este tipo de intercambios puede ser una de las expresiones clave del impacto de la cooperación a través del intercambio de personas.

A nivel de síntesis, si de impacto se habla, pienso que hay que tener en cuenta que la cooperación solidaria es una red que se teje con muchos hilos, elaborada por muchas manos y que produce un intercambio de aportes al tiempo que exige la consolidación de sinergias para que los impactos sean cada vez mayores y más estratégicos.

P: ¿Cuáles han sido los aspectos más complejos?

R: Tal vez lo más difícil, fue el acompañar a las organizaciones contrapartes en momentos en que sufrían embates y ataques, sea de parte del Estado o de grupos paramilitares… Esas ofensivas terribles que buscan muchas veces criminalizar los movimientos sociales para hacerlos retroceder en sus prioridades organizativas y en sus luchas y sueños. Para mí el Brasil es el ejemplo más claro que muestra que desigualdad y la miseria son resultado de la acción humana. Tenemos innumerables riquezas naturales y al mismo tiempo importantes sectores de la población deben lucha por la simple sobrevivencia. En un primer momento son simplemente ignorados. Cuando crece su fuerza comienzan las tentativas de manipulación populista. Si no logran neutralizarlo, entonces viene el recurso a la fuerza bruta, a la violencia y la criminalización. Los movimientos rurales que luchan por la reforma agraria viven en forma directa la reacción de las elites arcaicas. Me recuerdo, por ejemplo, de un intento de criminalizar al Movimiento de Mujeres Campesinas donde trabajaba una voluntaria suiza de E-CHANGER. Dado el contexto muy tenso fue necesario repatriarla inmediatamente. Otras situaciones que nos causan mucho dolor son los repetidos casos de asesinatos de líderes del movimiento sin tierra. Varias veces perdimos a compañeros con los que estábamos trabajando directamente.  

Hoy, los retos y responsabilidades son compartidas

P: En el programa Brasil juegan un rol principal los movimientos sociales y las ONG que los acompañan, asesoran y sostienen, en tanto copartes preponderantes de E-CHANGER. ¿Cómo se ha logrado establecer una confianza efectiva entre la ONG suiza y los movimientos sociales…dada la distancia y las particularidades propias de unos y otros?

R: Una de las características del Programa Brasil, coherente con la Carta de Principios de E-CHANGER, es la comprensión mutua de la unidad en la diversidad. Que sostiene que la cooperación es sólo posible cuando las sociedades Norte y Sur dialogan abiertamente. La comprensión común que otro mundo es posible y que debemos coadyuvar a construirlo en conjunto.

La opción de E-CHANGER de priorizar las relaciones de copartes con los movimientos sociales permite una mayor proximidad a los propios beneficiarios de la cooperación. No trabajamos PARA ellos, sino que trabajamos CON ellos. Dichas organizaciones y movimientos nacen de coordinaciones de base, es decir, de los propios excluido/as del campo y la ciudad. En Suiza existe una fuerte presencia de ONG. Pero en todas mis visitas allá, sentí la falta de una fuerte articulación de dichas ONG con los movimientos sociales, sindicales, asociativos. Pienso que Suiza y el Norte en general, pueden aprender mucho de las estrategias de organización y reivindicación que se desarrollan no sólo en Brasil si no en toda América Latina.

Para mí hay una condición clave para asegurar la confianza entre los actores de la cooperación solidaria: la comunicación permanente. Compartiendo en Suiza lo que hacemos en Brasil. Socializando en Brasil lo que se hace en Suiza. Eso posibilita que las organizaciones Norte y Sur participen del mismo proceso buscando soluciones consensuales a los posibles problemas comunes; gozando conjuntamente de los logros de unos y otros; entendiendo como grandes victorias los efectos multiplicadores que puedan producir los cooperantes y las enseñanzas que éstos reciben cotidianamente.

Ya no es más como antes. Cuando la cooperación era vista por el Sur apenas como una caja fuerte de distribución de recursos financieros. Y el Sur era entendido por la cooperación como un destinatario puntual de ayuda para paliar su «pobreza». Eso es cosa del pasado, en todo caso en Brasil, y en esta forma específica de intercambio de personas. Ahora, las responsabilidades y retos son compartidos.

Sin duda alguna, la transparencia y la confianza favorecen la madurez del proceso y la convivencia. No quiero idealizar y decir que no hay problemas. ¡Claro que los hay, siempre existirán!

Pero se intentan ahora resolverlos en diálogo, escuchándose mutuamente y respetando las especificidades de cada actor.

La importancia decisiva de la información hacia el Norte

P: ¿Cómo perciben desde Brasil el trabajo de retorno-información en Europa y el trabajo de sensibilización que se promueve allá?

R: Esta tarea constante e intensa que se impulsa en Suiza, en Europa, es una de las estrategias más importantes para la razón misma de ser de un programa de cooperación. Sin información en Suiza, en el Norte, sobre la realidad de los países del sur y de las potencialidades innovadoras y propositivas de sus organizaciones sociales aportan, existiría un gran vacío. Y la cooperación se limitaría a una simple transferencia vertical de saberes pero sin una comprensión efectiva de la realidad global. Pienso que la dinámica de la sociedad civil brasilera facilita mucho nuestro trabajo y esta visión. Por ejemplo, el Foro Social Mundial, nació a partir de la articulación de varias redes y movimientos sociales brasileros. Rápidamente entendimos el papel de este espacio abierto y buscamos relacionarlo a nuestra tarea de cooperación. Y entonces optamos, junto con E-CH en Suiza, en la organización de las delegaciones helvéticas para favorecer no sólo la participación desde allá a los Foros, sino también para ampliar significativamente la comprensión de la realidad brasilera y de los países del Sur dentro de la complejidad global.

Las delegaciones organizadas desde 2001 por E-CHANGER o co-organizadas por E-CHANGER y la Alianza Sur desde 2004 favoreciendo la participación de mucha gente en las diversas ediciones del Foro Social Mundial (2001, 2002, 2003, 2005 en Porto Alegre y 2009 en Belém de Pará) ha sido un éxito rotundo. En total más de 200 personalidades políticas, de la sociedad civil, periodistas helvéticos integraron esas cinco delegaciones. Nos dieron la oportunidad a nosotros y nuestras copartes de mostrar el trabajo que se está realizando. Iría más allá en mi análisis: estas visitas posibilitan que amplios sectores de la sociedad helvética sean informadas por sus representantes políticos, sindicales, sociales y periodistas de lo que hace en nuestro país la cooperación a través del intercambio de personas. Una oportunidad única y significativa.

Más allá de esto, ha sido importante en estos últimos 15 años, el aporte regular de nuestro amigo Douglas Mansur, un reconocido fotógrafo brasilero que ha alimentado sistemáticamente al Norte con sus imágenes de la vivencia cotidiana de los movimientos sociales. La exposición sobre el tema de la Tierra presentada en diversos lugares de Suiza fue un testimonio viviente y hablante de lo que se vive aquí.

No podemos dejar de mencionar, la presencia regular en Suiza y el impacto en los medios y en le público de copartes directas de E-CH/Brasil. El caso de los destacados teólogos de la liberación Leonardo Boff y Frei Betto; o del Premio Nobel alternativo de la paz Chico Whitaker, uno de los fundadores del Foro Social Mundial. O de decenas de representantes de los «sin tierra», de la UNIAO, de ONG brasileras amigas que en estos últimos tres lustros compartieron sus vivencias y testimoniaron *en vivo y en directo* allá. Y que participaron regularmente en la formación en Suiza de los futuros cooperantes. Esa presencia constituyó la posibilidad de actualizar el análisis de la coyuntura brasilera, mundial y de la cooperación. A partir de las vivencias de una solidaridad globalizada. Como dice nuestro amigo Boff, «todo lo que pasa en el planeta nos interesa y nos afecta -sea positiva o negativamente- porque todos moramos en la misma casa, que es la madre tierra».

Insisto en una reflexión final: sin ese trabajo de información y sensibilización, nuestra cooperación, por más solidaria y horizontal que sea, sería incompleta.

Sergio Ferrari. Colaboración de Prensa de UNITE, plataforma suiza de ONG de intercambio de personas. Distribuido por E-CHANGER

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.