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La crisis de Myanmar se convierte en la vergüenza de ASEAN

Fuentes: Asia Times
Traducido para Rebelión por Cristina Alonso

La mediación liderada por ASEAN ha fracasado por completo a la hora de desescalar la crisis de Myanmar, lo que pone de manifiesto la impotencia permanente del bloque en tiempos de necesidad.

El fuego y las llamas quemaron la bandera de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático o ASEAN durante las intensas protestas que tuvieron lugar el pasado fin de semana en las calles de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, cuando dos emisarios de la organización regional se reunieron con el jefe de la junta, el General Min Aung Hlaing.

El presidente de ASEAN, Lim Jock Hoy y el segundo ministro de Asuntos Exteriores de Brunéi, Erywan Pehin Yusof, visitaron Naypyitaw el 4 de junio para discutir el nombramiento de enviado especial de la agrupación y la entrega de ayuda humanitaria, pero se marcharon en medio de preguntas sobre si la representación diplomática de Brunéi había legitimado inadvertidamente el régimen militar de Myanmar.

El martes, 8 de junio, por la mañana, se retiró del sitio web de la secretaría de ASEAN una declaración sobre la visita, después de que se mencionara al general artífice del golpe de estado de febrero como «Presidente del Consejo Administrativo del Estado o SAC», es decir, como el líder del país y no como jefe de las fuerzas armadas.

La metedura de pata diplomática, unida a la lentitud con la que se avanza en la aplicación del consenso de cinco puntos alcanzado por los líderes de ASEAN en una reunión celebrada el 24 de abril en Yakarta, ha sembrado la furia entre opositores a la toma del poder por parte de los militares en Myanmar y ha alimentado las críticas crecientes entre comentaristas de la región sobre la gestión de la crisis por parte de Brunéi como presidente de ASEAN.

«Más allá de las complejidades de involucrar a Myanmar ahora, el mayor desafío por el momento es, simplemente, involucrar a la presidencia», dijo Evan Laksmana, un politólogo e investigador principal en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales o CSIS en Indonesia, quien agregó que Brunéi ha sido considerado como una parte «particularmente difícil con la que trabajar».

El rico sultanato ha «obstaculizado» los esfuerzos de Indonesia para aumentar la presión sobre los gobernantes militares de Myanmar, afirmó Laksmana, quien acusó a Brunéi de favorecer un enfoque burocrático en la toma de decisiones y de dar largas al nombramiento de un enviado especial de ASEAN, que describió como «absolutamente primordial».

Los líderes de ASEAN, incluido el jefe del ejército de Myanmar, acordaron por consenso el nombramiento de un enviado especial facultado para «reunirse con todas las partes interesadas» en la reunión de abril en la capital indonesia. Pero la agrupación regional ha sido incapaz de ponerse de acuerdo sobre un candidato, que representaría formalmente a la presidencia y sería nombrado por Brunéi.

Una fuente con conocimiento del asunto confirmó a Asia Times que Indonesia y Tailandia propusieron nombres específicos para su consideración, pero que los emisarios de Brunéi los presentaron al jefe de la junta y «pidieron su aprobación», enfoque que aparentemente no gustó a la representación diplomática de otros países de ASEAN, como Indonesia, Malasia y Singapur.

«Conseguir la aprobación de un enviado es chocante. Se supone que es una decisión de ASEAN. Se supone que Brunéi tenía que tomar esta decisión porque está presidiendo «, dijo la fuente, que solicitó anonimato. «ninguno de estos representantes diplomáticos está diciendo nada, y por supuesto, cuando no se dice nada en el contexto de Brunéi, eso significa que no se puede decir nada y que la decisión parece haber venido desde arriba».

Antes de la visita de la representación diplomática de Brunéi a Myanmar, Reuters informó de que Indonesia, que ha estado al frente del intento de ASEAN de desescalar la crisis política, y Tailandia, cuyo ejército tiene vínculos estrechos con el vecino Myanmar, estaban «en desacuerdo» sobre quién debería ser nombrado enviado especial y el alcance de las funciones del cargo.

Al parecer, Bangkok ha presionado para que se nombre a un organismo con múltiples representantes, mientras que Yakarta se inclinaba inicialmente por un único enviado que dirigiera un grupo de trabajo. Las fuentes dijeron a la publicación que la mayoría de los estados miembros de ASEAN estaban dispuestos a llegar a un compromiso apoyando una agrupación de tres enviados que representaran a Indonesia, Tailandia y Brunéi.

Brunéi también había emitido un «documento conceptual » que, según Reuters, proponía limitar el trabajo del enviado a la mediación, no basarlo en Myanmar y asignarle un grupo limitado de personal, pagado por el país de origen del enviado, condiciones que otros estados miembros de ASEAN consideraron finalmente que socavaban la posición y la influencia del enviado aún por nombrar.

Bridget Welsh, investigadora asociada honoraria del Instituto de Investigación sobre Asia de la Universidad de Nottingham afirmó que, si bien Brunéi ha gestionado su presidencia «con cierto grado de eficiencia organizada», el sultanato de Borneo carece, en última instancia, de la experiencia diplomática y la seriedad necesarias para efectuar cambios en la región.

«Nos encontramos en una situación en la que ASEAN sería una organización difícil de gestionar, independientemente de quién fuera el líder, dado que existen diferencias claras y muy marcadas dentro de ASEAN sobre cómo abordar este régimen», afirmó Welsh. «Creo que cada vez está más claro que no hay un consenso real dentro de ASEAN».

Desde el inicio del golpe de estado de febrero que depuso al gobierno democráticamente elegido de la Liga Nacional para la Democracia o NLD de Aung San Suu Kyi, los miembros de ASEAN no han hablado con una sola voz, y los estados autoritarios del bloque prefieren describir el golpe como un asunto interno.

Observadores afirman que Tailandia, Vietnam y Camboya se han mantenido fieles a la tradición de ASEAN de no intervenir en los asuntos internos de los miembros y se inclinan por el reconocimiento de la junta, mientras que Indonesia, Singapur y Malasia han sido mucho más explícitos en sus críticas a la represión sangrienta de la junta y en sus llamamientos al retorno a la democracia.

A pesar de los llamamientos de algunos estados miembros a favor de la liberación de Suu Kyi y de otras personas que permanecen bajo la custodia de la junta, ASEAN no pudo incluir la liberación de presos políticos como uno de sus puntos de «consenso» en la reunión de líderes del 24 de abril, probablemente para evitar la oposición de Naypyitaw y el fracaso de las negociaciones.

La falta de consenso de ASEAN ha frenado la presión internacional de otras maneras, sobre todo con la posición de la organización de eliminar una petición de embargo de armas a Myanmar, proyecto de resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas propuesto por Liechtenstein en un aparente intento de asegurar el apoyo unánime de los 193 miembros de la ONU.

Nueve países de ASEAN, todos menos Myanmar, que ha despedido a su embajador en la ONU por oponerse al golpe, pidieron que se suavizara la resolución no vinculante en una carta dirigida a su autor el mes pasado. Pero, según un informe de Reuters, varios miembros de ASEAN estaban, de hecho, cómodos con la inclusión de la congelación de armas.

Citando fuentes no identificadas, Reuters dijo que la resistencia al embargo de armas propuesto había sido impulsada por Tailandia y Singapur y había llevado a ASEAN a solicitar la eliminación de la cláusula. La votación del 18 de mayo de la resolución prevista se aplazó y, hasta el momento, no se ha fijado una fecha nueva.

«La necesidad de tomar decisiones por consenso hace que ASEAN sea incapaz de enfrentarse de manera oportuna a asuntos políticos o de seguridad delicados, especialmente los que tienen que ver con la política interna de un estado miembro», informó Gregory Poling, director de la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales o CSIS de la ciudad de Washington.

«El problema no es exclusivo de Brunéi; es la debilidad institucional de ASEAN», añadió. «En cualquier caso, ASEAN está atascada en un debate sobre el nombre de un enviado con el que ninguna de las partes de Myanmar está ya interesada en reunirse. La crisis ha avanzado y ASEAN se ha asegurado de que todas las partes de Myanmar vean a la organización como innecesaria».

Tras la reciente reunión en Naypyitaw, Moe Zaw Oo, que es viceministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Unidad Nacional o NUG, administración civil paralela formada en abril por personas legisladoras electas depuestas y opositores al golpe de estado, declaró que las fuerzas prodemocráticas del país tienen «poca confianza» en un proceso de mediación dirigido por ASEAN.

El NUG, que afirma ser la autoridad interina legítima del país, vio denegada su solicitud de invitación a la reunión de abril en Yakarta en lugar del líder de la junta, cuya asistencia fue considerada por la crítica y por observadores como una forma de conferirle legitimidad. Los representantes del gobierno en la oposición aún no han sido contactados formalmente por ASEAN.

«Los actores de ASEAN no se han implicado lo suficiente con el NUG», afirmó Welsh. «Esto es algo que tiene que ocurrir ya que, si no se comprometen con el NUG, acabarán teniendo un país dentro del sudeste asiático que odiará a la organización regional, ya que la mayoría de la población de Myanmar está ahora dirigiendo sus críticas hacia ASEAN».

Aunque el consenso de cinco puntos se consideró al inicio como una señal modesta de progreso, la junta militar falló de inmediato en los compromisos acordados. Dos días después de la cumbre de Yakarta, el SAC en el poder dijo en un comunicado que sólo actuaría en relación con el acuerdo de ASEAN cuando la situación en el país «volviera a ser estable».

El 7 de mayo, un portavoz militar reiteró que «sólo cuando alcancemos un cierto nivel de seguridad y estabilidad, cooperaremos con respecto a ese enviado». Pero, lejos de estabilizarse, la situación de seguridad en Myanmar ha seguido precipitándose hacia una guerra civil generalizada, en medio de las críticas de que el continuo retraso de ASEAN en el nombramiento de un enviado especial para Myanmar se está cobrando vidas.

«Un asunto tras otro, ASEAN muestra divergencias en su interior, la mayor de las cuales es que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre un enviado especial», añadió Welsh. «Cada día que no hay un enviado especial, cada día que el régimen militar en Myanmar demuestra que, básicamente, puede jugar con facilidad con la organización regional, es un día más en el que se socava la credibilidad de ASEAN en todo lo que hace».

En mayo, el NUG anunció la creación de una Fuerza de Defensa del Pueblo o FDP que, según informó, sería la precursora de un «ejército de unión federal», señal de la resistencia armada que está creciendo a nivel nacional. Desde entonces, los combates se han recrudecido en varias partes del país, ya que varias organizaciones armadas de las minorías étnicas y milicias recién formadas apuntan a la junta.

La violencia en el país no ha disminuido desde la cumbre de Yakarta, aunque el número de víctimas mortales de las fuerzas de seguridad se ha reducido en comparación con marzo y abril. Al menos 860 personas han muerto y más de 4.800 permanecen encarceladas, según el grupo de seguimiento local Asociación de Asistencia a Presos Políticos.

Ante el agotamiento de la paciencia y el fracaso de la estrategia de desescalada de ASEAN, en medio de un recrudecimiento de los atentados y tiroteos contra las fuerzas de seguridad en los alrededores de Rangún, la ministra de Asuntos Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, hizo un llamamiento público de ayuda a China cuando los ministros de Asuntos Exteriores de ASEAN se reunieron con su homólogo chino, Wang Yi, en Chongqing el 7 de junio.

En una llamada poco común a Beijing para que haga valer su liderazgo utilizando su influencia ante la junta birmana, Marsudi dijo que el apoyo de China para «el seguimiento de los cinco puntos de consenso será muy apreciado, ya que esto contribuirá a los esfuerzos para alcanzar una resolución pacífica a la crisis». Añadió que la tarea de ASEAN es implementar el consenso «inmediatamente».

Como proveedor clave de equipamiento militar e inversiones estratégicas, Beijing ejerce una gran influencia en Naypyitaw. China ha cultivado cuidadosamente una relación diplomática con Suu Kyi durante su mandato como Consejera de Estado y fue uno de los primeros países en felicitarla por su victoria aplastante en las elecciones de noviembre de 2020. La junta afirma que las elecciones fueron fraudulentas, una afirmación sin fundamento que los generales han presentado para justificar el golpe.

Pero tras la toma del poder por parte del ejército, la agencia de noticias estatal china Xinhua describió el golpe que derrocó al gobierno de Suu Kyi como un mero «cambio de gabinete». Desde entonces, los sentimientos antichinos han alcanzado su punto álgido en Myanmar, alimentados por la falta de voluntad de Beijing para condenar la represión militar y la creciente percepción de que se ha puesto del lado de la junta.

La embajada china en Myanmar expresó su esperanza de que «se restablezca la paz y la estabilidad» en una declaración del 5 de junio en la que se refería polémicamente al jefe de la junta como «el líder de Myanmar». Según el comunicado, Min Aung Hlaing dijo al embajador chino Chen Hai que estaba dispuesto a trabajar con ASEAN en la aplicación del consenso de cinco puntos.

«China y todos los demás socios de diálogo de ASEAN, incluido los Estados Unidos, seguirán expresando su apoyo teórico al consenso de cinco puntos como forma de señalar su apoyo a ASEAN. Es una cuestión de educación diplomática. Pero Beijing es seguramente tan consciente como todos los demás de que el consenso de cinco puntos ya es intrascendente», dijo Poling, desde su sede en Washington.

«Si se puede convencer a China de que apoye un proceso dentro de Myanmar, será consiguiendo que los grupos armados de las minorías étnicas a lo largo de su frontera participen en un diálogo futuro con el NUG y el SAC si la escalada de violencia acaba obligando a la junta a sentarse a la mesa. Pero aún faltan meses para llegar a ese punto y es poco probable que ASEAN participe en él como algo más que una adicionalidad «, añadió.

En última instancia, Beijing «negociará con quien esté en el poder», comenta la académica Welsh. Esto, según ella, se debe a los profundos intereses estratégicos de China en Myanmar, que proporciona a China recursos minerales y de gas natural y acceso terrestre al océano Índico a través de proyectos de infraestructura críticos que apoyan la conectividad entre los dos países vecinos.

«Creo que está bastante claro que China mira por China y se ha convertido en un defensor del régimen de Myanmar, si no explícitamente, sí en la discreción «, dijo. «La realidad es que China está impulsando el reconocimiento a nivel internacional y está presionando mucho a los miembros de ASEAN. Y hay que tener en cuenta que también presiona a Brunéi».

Thitinan Pongsudhirak, director del Instituto de Estudios Internacionales y de Seguridad de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, afirmó que, dado que Brunéi tiene la presidencia de ASEAN y es su secretario general, «el sultanato tiene la responsabilidad de coordinarse estrechamente y compartir la toma de decisiones con otros estados miembros» que son más críticos con la junta.

Aparte de la falta de transparencia en la gestión de la crisis de Myanmar, Bandar Seri Begawan ha sido «deferente y cortés con el General Min Aung Hlaing a expensas de la influencia de ASEAN… adoptando más bien una línea de apaciguamiento de los demás miembros de ASEAN, como Camboya, Laos, Vietnam e incluso Tailandia», afirmó el académico tailandés.

«Claramente, la crisis de Myanmar es también la crisis existencial de ASEAN sobre qué tipo de organización es con un espectro tan amplio de regímenes democráticos y autocráticos», opinó Thitinan.

«Dar demasiado espacio y reconocimiento a la junta socava al NUG en la oposición, el cual tiene la legitimidad obtenida en las elecciones del pasado noviembre, y traiciona el movimiento prodemocrático dentro del país», declaró a Asia Times. «No es de extrañar que ASEAN sea maldecida en los hogares de todo Myanmar».

Fuente original en inglés: https://asiatimes.com/2021/06/myanmars-crisis-becomes-aseans-shame/