Del 26 al 31 de agosto se efectuó en Teherán, capital de Irán, la XVI Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL). La presidencia se traspasó de Egipto (estuvo presente el presidente egipcio, que asumió hace muy poco, Mohammed Morsi) a Irán, que la ejercerá durante los próximos 3 años, para entregarla luego a […]
Del 26 al 31 de agosto se efectuó en Teherán, capital de Irán, la XVI Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (NOAL). La presidencia se traspasó de Egipto (estuvo presente el presidente egipcio, que asumió hace muy poco, Mohammed Morsi) a Irán, que la ejercerá durante los próximos 3 años, para entregarla luego a Venezuela. El canciller Nicolás Maduro invitó a todos los participantes a Caracas en el año 2015.
Un poco de historia
El Movimiento de los No Alineados está constituido actualmente por 118 países miembros (casi los 2/3 del total de integrantes de la ONU) y 21 países observadores, Uruguay entre ellos, que participó en Teherán en esa condición. Reúne en total el 54% de la población mundial, pero le corresponde solamente el 20% de la riqueza. Los primeros pasos para su constitución se dieron en la conferencia de Bandung, Indonesia, en el año 1955, por iniciativa y con una participación descollante del mariscal Tito, de la antigua Yugoslavia, Jawaharlal Nehru, de la India, Gamal Abder Nasser, de Egipto, y Sukarno, de Indonesia, el anfitrión. Allí quedaron formulados los 10 principios de Bandung, bases de la no alineación en ninguno de los dos grandes bloques mundiales y de la coexistencia pacífica.
El Movimiento con su actual denominación echó a andar en la I Conferencia Cumbre de Belgrado, capital de Yugoslavia, entre el 1º y el 6 de setiembre de 1961. Lo integraron 28 países: 25 miembros plenos (entre ellos Cuba, el único país de América Latina, a dos años del triunfo revolucionario) y 3 observadores. La Conferencia se pronunció por la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, el rechazo al apartheid, al colonialismo y al racismo, la no adhesión a pactos militares multilaterales, la paz, el desarme y la coexistencia pacífica, contra las bases militares y la carrera armamentista, por el fortalecimiento de la ONU, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socio-económico y la reestructuración del sistema económico internacional.
La secuencia de las sucesivas cumbres fue la siguiente: II, El Cairo, Egipto, 5 al 10 de octubre 1964; III, Lusaka, Zambia, 8 al 10 de setiembre 1970; IV, Argel, setiembre 1973; V, Colombo, Sri Lanka (Ceylán), agosto 1976; VI, La Habana, Cuba, 1979, con discursos de apertura y clausura a cargo de Fidel Castro; VII, Nueva Delhi, India, setiembre 1982; VIII, Harare, Zimbabwe, setiembre 1986; IX, Belgrado, Yugoslavia, 1989; X, Yakarta, Indonesia, 1992; XI, Cartagena de Indias, Colombia, 1995; XII, Durban, Sudáfrica, 1998; XIII, Kuala Lumpur, Malasia, 2003; XIV, La Habana, Cuba, 11 al 16 de setiembre 2006; XV, Sharm-el-Sheik, Egipto, 2009. La XVI Cumbre acaba de realizarse en Teherán, Irán, y la XVII se verificará en Caracas, Venezuela, en 2015.
Se quebró el aislamiento de Irán que querían imponer EEUU e Israel
La fijación de la sede de la XVI Cumbre en la capital de Irán revistió un profundo significado. Quebró el aislamiento de Irán que quieren imponer a toda costa Estados Unidos e Israel, como paso previo a una intervención militar en el país, como lo han hecho en Afganistán, Irak, Libia, como lo están haciendo con tropas mercenarias de toda laya en Siria y como están amenazando al propio Irán. Esta decisión provocó una furia descontrolada de los gobiernos estadounidense e israelí. El Primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, llegó a decir que «la Cumbre de NOAL es una mancha en la humanidad». El Departamento de Estado yanki la emprendió en particular contra el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, diciendo que su visita a Teherán «envía una señal muy extraña» y Netanyahu expresó que el jefe de la ONU iba a cometer «un gran error si se unía a la Cumbre».
Pero el secretario general de la ONU hizo oídos sordos a estas recriminaciones, participó en la Cumbre, se reunió con los principales líderes iraníes, el ayatola Ali Jamenei y Mahmud Ahmadineyad, y declaró que la colaboración de Irán era esencial para resolver la aguda confrontación que prevalece en Siria. Los líderes iraníes asumieron ese compromiso plenamente, precisando que una condición esencial para ello es prevenir el envío de armas a los rebeldes sirios, ya que «la amarga realidad de Siria tiene su base en que algunos países han armado a los grupos opositores al gobierno del presidente Bashar Al-Assad». El episodio implica una nueva derrota internacional de EEUU, que se suma a la que sufrió en la OEA en el caso del asilo concedido por Ecuador a Julian Assange.
También es significativo para todo el Medio Oriente el hecho de que durante esta Cumbre se haya sellado una alianza estratégica entre Irán y Egipto, revirtiendo una situación que prevalecía de larga data. La cuestión siria fue uno de los temas fundamentales planteados en la conferencia, incluso desde los discursos de los dirigentes iraníes en la sesión inaugural, y se trasladó a la declaración final.
La cuestión siria, el desarme nuclear, Palestina
Dicha declaración final rechaza toda intervención militar extranjera en Siria. A ese acuerdo general se llegó luego de intensos debates. Los iraníes plantearon que «el eje central de la declaración de Teherán y el punto que todos los miembros están subrayando es el rechazo a una intervención militar en los asuntos internos de Siria». Dice una crónica: «La declaración fue sometida a enconadas discusiones y consultas por parte de las delegaciones de los 118 Estados miembros, ante todo por la postura hostil de las naciones árabes del Golfo Pérsico respecto al gobierno del presidente sirio Bashar Al-Assad. Irán, que respalda a Al-Assad y propone una solución pacífica del contencioso, indicó que la repulsa a cualquier maniobra injerencista en Damasco es un punto importante, a partir del cual debe trabajarse por detener la violencia y fomentar el diálogo». Esto es en definitiva lo que se acordó. Ahmadineyad advirtió sobre la injerencia extranjera en Siria por parte de la OTAN y las potencias hegemónicas. En ese momento un diario turco informaba que Blackwater (la gran empresa yanki de asesinos a sueldo) está entrenando terroristas en Siria. Hay numerosos testimonios en ese sentido.
El otro gran tema planteado desde el comienzo se refiere a la energía nuclear y a las armas nucleares. El ayatola Jamenei dijo que su país nunca ha buscado dotarse de armas nucleares, y a la vez que no renunciará a sus derechos nucleares pacíficos. «Para nosotros es un pecado usar armas de destrucción masiva y estamos a favor de un Oriente Medio sin armas nucleares». Su lema es: «energía nuclear para todos y arma nuclear para nadie». Dijo también que las sanciones impuestas por algunas naciones occidentales encabezadas por EEUU a Irán para detener su programa de energía nuclear pacífico, han hecho más firme la voluntad de la nación iraní para lograr ese objetivo. Las autoridades iraníes invitaron a los delegados a la Cumbre a visitar las instalaciones de energía nuclear de Natanz. Pero fueron aún más lejos, porque instaron a los países poseedores de armas de destrucción masiva a cumplir cuanto antes las obligaciones internacionales respecto al desarme nuclear, destacando que «el desarme nuclear es una necesidad inmediata». Dijeron también que EEUU es el mayor poseedor de armas nucleares, y que además equipa a Israel con esas armas, que significan un gran peligro y una amenaza de agresión en la región. Se reclamó el desarme nuclear global.
Con la presencia del líder palestino Mahmud Abbas en las deliberaciones, se ratificó el derecho inalienable del pueblo palestino a su autodeterminación en un Estado independiente y soberano, con fronteras seguras y Jerusalem como capital, a la vez que se reclamó su incorporación a la Organización de Naciones Unidas como miembro pleno.
América Latina, la ONU, la lucha contra el terrorismo
Una serie de resoluciones adoptadas por los No Alineados y que constan en la declaración final se refieren a la América Latina y caribeña. Entre ellas: la condena del bloqueo económico impuesto por EEUU contra Cuba; la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas; el repudio al golpe de Estado en Paraguay que destituyó al presidente constitucional Fernando Lugo; el respaldo a Ecuador en su diferendo con Gran Bretaña a raíz del asilo otorgado al creador de WikiLeaks, Julian Assange. Asimismo, saludaron el otorgamiento a Venezuela de la sede de la próxima cumbre de los NOAL.
La declaración final califica a la América Latina y caribeña como una zona promotora de cambios progresivos en la arena internacional. El Mercosur, el Alba, la Unasur y la Celac son destacados como signos de mayor independencia, de un avance de la integración y de la colaboración Sur-Sur. En ese sentido se puso de relieve la importancia de mecanismos tales como América del Sur-Países Árabes (ASPA, que realizará su tercer encuentro en Lima en octubre) y América del Sur-África.
Estas resoluciones están incluidas en el marco general de un análisis de la situación internacional en su conjunto, en que los No Alineados promueven la necesidad de reformar el sistema de Naciones Unidas y en particular el Consejo de Seguridad, la defensa de la paz global, la solución pacífica de las controversias, el diálogo entre civilizaciones, religiones y la diversidad cultural, la lucha contra la pobreza y por la seguridad alimentaria. También se incluyeron los temas de la descolonización (con mención a Puerto Rico), así como la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur.
El tema del terrorismo fue objeto de particular consideración, señalándose el doble rasero que aplican al respecto algunas grandes potencias.
Todos estos aspectos fueron abordados en una intervención medular por el representante cubano José Ramón Machado Ventura, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Dijo que «la promoción de la paz, la solidaridad, la justicia social y el desarrollo sostenible es el único camino para asegurar el futuro» y que «los principios de soberanía, integridad territorial y no injerencia en los asuntos internos de los Estados son inviolables». Incluyó este párrafo definitorio de la actual situación: «Lo que ayer ocurrió con Libia y los acontecimientos más recientes en la República Árabe Siria demuestran que el gobierno de los Estados Unidos, con el concurso de sus aliados europeos en la OTAN, promueve sin ningún disimulo el derrocamiento por la fuerza de gobiernos soberanos. Hemos apoyado, y lo reiteramos hoy, el derecho del pueblo sirio al pleno ejercicio de la autodeterminación y la soberanía, sin injerencia ni intervención extranjera».
Por la unidad del Movimiento
Este planteo culmina en un llamado a la unidad del Movimiento: «Cuba hace un llamado a la unidad y a mantenernos fieles a los principios fundacionales acordados en Bandung y a la Declaración de Propósitos y Principios y el papel del Movimiento en la actual coyuntura internacional, adoptada en la XIV Cumbre de La Habana en 2006». Y más adelante: «Si el MNOAL no asume el papel que le corresponde de coordinar y defender nuestras posiciones ante los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, si no promueve la defensa de nuestros intereses colectivos, si no acciona como un bloque diverso, pero unido y solidario, si no se empeña en frenar la selectividad y el doble rasero en el tratamiento de los derechos humanos y de la imposición de patrones hegemónicos en materia de democracia, y si no sabe oponerse a los intentos de imponer el ‘pensamiento único’ como patrón universal, poco habremos hecho. Y nada podremos hacer dispersos y separados».
Conceptos análogos en su esencia había vertido el Ayatolá Jamenei en el discurso inaugural de la Cumbre, al afirmar que los No Alineados pueden y deben desempeñar un papel destacado en la construcción de un nuevo sistema mundial, a través de un enfoque colectivo y de esfuerzos aunados. A su juicio, «los países integrantes del Movimiento pueden, a través de su unidad e integridad, poner un alto al unilateralismo de las potencias opresoras».