No se ha prestado la debida atención a la reunión cumbre de los países que conforman el Grupo de los 77 a los que se sumó China (como viene sucediendo desde comienzos del siglo), efectuada los días 14 y 15 de junio en Santa Cruz de la Sierra, en el oriente del Estado Plurinacional de […]
No se ha prestado la debida atención a la reunión cumbre de los países que conforman el Grupo de los 77 a los que se sumó China (como viene sucediendo desde comienzos del siglo), efectuada los días 14 y 15 de junio en Santa Cruz de la Sierra, en el oriente del Estado Plurinacional de Bolivia. La reunión se realizó al cumplirse los 50 años de la fundación del organismo (15 de junio de 1964) y emitió un pronunciamiento colectivo de los países en desarrollo sobre los principales problemas internacionales y las perspectivas de futuro para la humanidad.
El organismo se creó en la fecha indicada en Ginebra, Suiza, al término de la primera sesión de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo). Allí se firmó la «Declaración de los 77 países en desarrollo», agrupando a naciones de África, Asia-Pacífico y América Latina. En la primera reunión ministerial del Grupo de los 77 efectuada en Argel entre el 10 y el 25 de octubre de 1967 se suscribió la «Carta de Argel» que define la estructura institucional del organismo, que ha ido aumentando gradualmente el número de sus integrantes hasta llegar a la cifra actual de 133, a pesar de lo cual conservó su nombre y su sigla de G-77 por su significado histórico.
Su primera cumbre se efectuó en La Habana, Cuba, entre el 10 y el 14 de abril 2000, y la segunda en Doha, Qatar, entre el 12 y el 16 de junio de 2005. En la reciente cumbre participaron 104 países de los 133 que lo integran, cuyas delegaciones estuvieron encabezadas por 13 presidentes, 4 primeros ministros, 5 vicepresidentes, 8 cancilleres y 31 embajadores ante la ONU. La inauguración oficial de la cumbre estuvo precedida por un encuentro entre los movimientos sociales bolivianos y varios de los presidentes de izquierda, como Raúl Castro, Nicolás Maduro, Rafael Correa, Salvador Sánchez Cerén, Pepe Mujica y obviamente Evo Morales, además de personalidades como Rigoberta Menchú y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
En ese encuentro, efectuado en el estadio Tahuichi Aguilera de Santa Cruz, Rafael Correa advertía sobre los peligros de la restauración conservadora en nuestro continente, y en contraposición defendía la unidad de los gobiernos progresistas. Un buen ejemplo es la resolución de apoyo a Venezuela, propuesta por Evo Morales en la plenaria y adoptada por unanimidad. En el encuentro con los movimientos sociales, el presidente boliviano declaró (recordando un concepto del Che) que si continúa la agresión imperialista contra la revolución bolivariana, Venezuela y América Latina serán un segundo Vietnam para Estados Unidos.
La Declaración de Santa Cruz consta de 242 puntos y se orienta a cuestionar los paradigmas existentes en el ámbito de las relaciones internacionales y a abrir un horizonte para una nueva geopolítica del Sur. Lo importante es que expresa un punto de vista común del conjunto de las naciones del Sur, lo que sin duda se va a reflejar en las actividades de los países integrantes en el seno de las Naciones Unidas. Se ha dicho que la Cumbre de Santa Cruz significó un gran éxito político y organizativo, y que ello va a suponer un relanzamiento de este grupo, el más numeroso al interior de las Naciones Unidas.
Asimismo, la Declaración aporta a la construcción de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que deben sustituir a los Objetivos del Milenio post 2015. En esta dimensión, se reconoce que la Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y para alcanzar un justo equilibrio entre necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la Madre Tierra. Se defiende la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales en aras del desarrollo nacional y como una forma de avanzar en la erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad, además de lograr el crecimiento económico y la creación de empleos, así como la universalización del agua potable y el saneamiento básico como derechos humanos fundamentales.
También se visualiza en la Declaración el horizonte antiimperialista y anticolonialista, con pronunciamientos expresos contra el bloqueo a Cuba, a favor de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y en defensa de los derechos del pueblo palestino. En este aspecto se condena la ocupación militar israelí de territorios palestinos, y también del Golán sirio y regiones del Líbano, reivindicando las fronteras de 1967.
La Cumbre tenía como lema «Por un nuevo orden mundial para Vivir Bien» y en ese sentido varios de los discursos, incluyendo el del secretario general de la ONU, destacaron el aporte boliviano al desarrollo en equilibrio con la Madre Tierra, a la vez que se incluyó la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, instando a trabajar en pro de los mismos sobre sus tierras, recursos naturales, identidad y cultura.
Sobre todos estos temas -y ésta es la conclusión esencial- los países del Sur presentaron un frente común.
Fuente: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/nikoschvarz-la-cumbre-del-g-77-china