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La falacia de la Trampa de Tucídides

Fuentes: Rebelión

Desde que EU iniciara en abril de 2018 la guerra comercial contra China, centros académicos y medios de comunicación vienen publicitando la denominada Trampa de Tucídides, acuñada por Graham Allison, profesor de la Kennedy School de Harvard, escribió un libro titulado: Con destino a la guerra, ¿es posible que Estados Unidos y China escapen a […]

Desde que EU iniciara en abril de 2018 la guerra comercial contra China, centros académicos y medios de comunicación vienen publicitando la denominada Trampa de Tucídides, acuñada por Graham Allison, profesor de la Kennedy School de Harvard, escribió un libro titulado: Con destino a la guerra, ¿es posible que Estados Unidos y China escapen a la Trampa de Tucídides?

Tucídides fue un intelectual, militar y escritor griego que en el siglo V antes de nuestra era escribió un libro titulado Las Guerras del Peloponeso y que aún se estudia en importantes universidades y centros de investigación de temas geopolíticos. En dicho libro describe cómo el crecimiento económico, político y militar de Atenas después de la victoria en la Batalla de Salamina que sella la derrota sobre los persas, choca con los intereses de Esparta como hegemón de Grecia y el Mar Egeo provocando una guerra que duró del 431 al 404 con la victoria de Esparta. La victoria de Esparta fue pírrica puesto que Atenas no solo nunca recuperó su prosperidad económica, sino que sus efectos se sintieron en toda Grecia que quedó postrada en la pobreza.

Como producto de lo anterior ha surgido el concepto de la denominada Trampa de Tucídides, que Allison describe como un proceso de eventos y desarrollos que crean las condiciones en donde una potencia emergente reta el predominio de la potencia hegemónica y que lleva a una guerra de grandes proporciones. En la historia de Occidente este fenómeno se ha dado en varias ocasiones, como fue la rivalidad entre Roma y Cartago que dio origen a tres guerras púnicas y resultó en la destrucción de Cartago y el predominio absoluto de Roma en el mundo mediterráneo. Otro ejemplo más reciente fue el ascenso de Alemania, que después de lograr su unidad política en 1871 logra 25 años después erigirse como la mayor potencia económica y política de Europa continental, desafiando la hegemonía de Reino Unido, entonces metrópoli del imperio Británico que cubría treinta millones de kilómetros cuadrados.

Frente al desafío de Alemania, el RU pacta en 1901 con EU el Tratado Hay Pouncefaute, que abrogo el Tratado Clayton Bulwer de 1850. Con este acuerdo el RU renunció a su pretensión de construir un canal por Centroamérica dejando vía libre a los EU a cambio de que en el futuro canal se aplicara la Convención de Constantinopla que EU jamás cumplió, pero que selló la alianza estratégica con EU que apoyaba al RU contra Alemania en ambas guerras mundiales y que se extiende hasta hoy. En el presente EU aspira a mantener esta alianza estratégica con el RU contra China y Alemania pero en beneficio de EU. Esta alianza ha sido pírrica para el RU porque este perdió su imperio y quedó subordinada a EU hasta el presente.

Para Panamá por su posición estratégica, ya que tanto EU como China son los principales usuarios del canal y de nuestra posición geográfica, la idea de la Trampa de Tucídides es inaceptable. Panamá está obligada a ejecutar una política de estricta neutralidad y la idea de la Trampa de Tucídides lleva a que nuestro país tome partido por una de las partes. Por tanto, para la política exterior panameña la Trampa de Tucídides es una disyuntiva falsa y peligrosa.

La Trampa de Tucídides como manipulación ideológica

En mayo de 1983 Teodoro Levitt, profesor catedrático de la Universidad de Harvard, publicó en la Revista Harvard Business Review una pieza escrita titulada «The Globalization of Financial Markets». Con esta publicación se acuña el término globalización, que da paso a toda una campaña de publicidad política e ideológica del concepto por parte de los grandes medios de comunicación en la segunda mitad de la década de 1980 al grado que Bill Clinton adopta el término como parte de su discurso político durante todo su mandato.

La globalización es una falacia ideológica y esto fue muy bien descrita por Alain Touraine, reconocido intelectual francés en un artículo publicado por el periódico digital El Pais.com titulado «La globalización como ideología» en 1996. En el mismo Touraine describe cómo la ideología de la globalización encubre y oculta el fenómeno del imperialismo.

En un proceso similar en nuestros días aparece el concepto de la Trampa de Tucídides, precisamente de un intelectual de la Universidad Harvard, que publica un libro sobre el mismo tema y la misma recibe una amplia publicidad por parte de medios de comunicación al grado que en muchas latitudes ya se difunde la idea que el mundo se dirige a una guerra entre EU y China. ¿A quién conviene esta publicidad?

Nadie puede desmeritar las contribuciones que Tucídides hizo al desarrollo de la historia como disciplina. En la historia del mundo, sobre todo de Occidente, se han dado episodios bélicos como consecuencia de rivalidades entre potencias. Pero una cosa es el desarrollo histórico y otra la deliberada publicidad política que los grandes medios de comunicación del denominado mundo occidental se hace de esta idea de la Trampa de Tucídides. Y esta campaña no hay duda se ejecuta con el deliberado propósito de que tanto el público como la sociedad política tomen partido por una de las partes y se llegue a concretar una profecía autocumplida.

La experiencia precedente de la difusión del concepto globalización nos indica que se tiene como meta fundamental la de convencer a los intelectuales e investigadores de centros de investigación, universidades, periodistas políticos, formadores de opinión pública responsables de política exterior de los gobiernos de que acepten la validez de la Trampa de Tucídides.

Es desde todo punto de vista inaceptable que se consideren normales los vientos de guerra. Los mecanismos de propaganda política e ideológica han cambiado. Donald Trump con su diplomacia de Twitter y con permanentes espectáculos de declaraciones incendiarios mantiene a todo el mundo como una olla de presión en situaciones al borde la de la guerra. Y en esta estrategia la idea de la Trampa de Tucídides encaja a la perfección.

La idea de un mundo con potencias hegemónicas choca con la del mundo multipolar. El hegemonismo en nuestra época lleva al caos geopolítico y a la quiebra del derecho internacional, lo que es una amenaza para la paz. En estas condiciones la publicidad que medios de comunicación de Occidente hacen de La Trampa de Tucídides es una manipulación política e ideológica inaceptable.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.