Congreso del PC Chino. Será electo Xi Jinping como secretario general del Partido y sucesor del presidente Hu Jintao. También aparece la ascendente figura de Li Keqiang, que reemplazará al primer ministro Wen Jiabao, duramente cuestionado en los últimos tiempos por su fortuna personal de origen dudoso. Aunque el mundo ha estado expectante de los […]
Congreso del PC Chino. Será electo Xi Jinping como secretario general del Partido y sucesor del presidente Hu Jintao. También aparece la ascendente figura de Li Keqiang, que reemplazará al primer ministro Wen Jiabao, duramente cuestionado en los últimos tiempos por su fortuna personal de origen dudoso.
Aunque el mundo ha estado expectante de los resultados electorales en las presidenciales norteamericanas, esa misma semana en que Obama dirimía su reelección un acontecimiento político del otro lado del Pacífico comenzó a desarrollarse y quizás sus resultados tengan mayor incidencia en todo el orbe. Del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) saldrán las nuevas cabezas que durante los próximos diez años conducirán los destinos de la segunda potencia económica global, en cuyo decurso puede desplazar del primer lugar a los Estados Unidos.
Si bien lo que se decida en el Gran Palacio del Pueblo no dará demasiadas sorpresas y sólo resta que las manos de los más de 2.200 delegados presentes den su aprobación, el recambio histórico de sus líderes estará signado por la presencia en los principales cargos del gobierno de las dos grandes facciones que dividen al PCCh. Por un lado se espera sea electo Xi Jinping como secretario general del Partido y sucesor del presidente Hu Jintao, del otro aparece la también ascendente figura de Li Keqiang que reemplazará al primer ministro Wen Jiabao (duramente cuestionado en los últimos tiempos por su fortuna personal de origen dudoso). Ambos, Jinping y Kequiang, por su juventud representan la quinta generación de dirigentes chinos pos Mao Tse Tung, comparten ser hijos de los que participaron en la revolución encabezada por el Gran Timonel y luego fueran víctimas del propio Mao. Los diferencia el posicionamiento dinástico y de militancia.
Xi pertenece a la casta conocida en China como los «príncipes rojos» (taizidang) que por ser descendientes de los fundadores de la República Popular fueron criados en el Zhongnanhai -la Ciudad Prohibida comunista en Pekín- y luego educados en instituciones extranjeras (su hija, por ejemplo, estudia en Harvard). Su padre, Xi Zhongxun, es uno de los «8 inmortales del Partido», como el ex mandatario Deng Xiaoping, y otro ex presidente, Jiang Zemin (que reapareció con vida en la apertura del Congreso cuando se lo creía muerto en julio del 2011), funge como «padrino histórico». Xi Jinping, un auténtico taizidang, cuenta además con el respaldo de Zeng Qinghong, vicepresidente durante el mandato de Zemin. Además, de acuerdo al analista de política china del Brookings Institution, Cheng Li, los «rojos» como Jinping han sido los «beneficiarios de la transición a la economía de mercado» y conforman la «coalición elitista».
El futuro jefe de Estado de los 1.352 millones de chinos (el 18,5% de la humanidad) que se revela proclive a un mayor desarrollo del sector privado y más liberalización del mercado, ha llegado a esta instancia tras la defenestración del neomaoísta Bo Xilai, gobernador de la poderosa provincia de Chongqing, caído en desgracia bajo acusaciones de enriquecimiento ilícito y la condena a muerte de su esposa Gu Kailai, por el asesinato de un empresario británico. De Xilai se dice que su campaña por revitalizar los símbolos maoístas y la difusión de las viejas canciones comunistas, fue alentada por Jinping en una jugada para despejar su ascenso. La clave puede estar en las declaraciones del Premier Jiabao cuando dijo que «una tragedia histórica parecida a la Revolución Cultural todavía tendría posibilidades de volver a producirse», relacionando a Xilai con ese intento de rehabilitación del pasado.
«Dedíquense a sus esposas, hijos, familiares, amigos y empleados, y asegúrense de no usar el poder para obtener ganancias personales», cita la agencia estadounidense de información financiera Bloomberg a Xi Jinping, en un discurso pronunciado por éste en el 2004 sobre la corrupción. Es que el medio perteneciente a Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, publicó una investigación sobre la riqueza que rodea a Jinping. Según el informe nada de los negocios que posee su familia está a nombre de él, ni se ha podido probar que esas posesiones sean fruto de favores a familiares por su cargo de vicepresidente. De todos modos, son muchos los millones de dólares que poseen hermanos, cuñados y sobrinos, que Bloomberg detalla sin mediar una desmentida oficial. «La mayoría de las inversiones», señala la publicación, «están bajo titularidad de la hermana mayor de Xi Jinping, Qi Qiaoqiao, de su marido Deng Jiagui y de la hija de ambos, Zhang Yannan. Deng tiene un 18% de acciones en Jiangxi Rate Earth & Rare Metals Tungsten Group Corp. Las acciones de Qi Qiaoqiao y de Deng Jiagui en Shenzhen Yuanwei Investment Co. totalizan 288 millones de dólares. Otras compañías del grupo Yuanwei representan otros 84,8 millones. Zhang Yannan, la sobrina de 33 años de Xi Jinping, es dueña de Hiconics Drive Technology, también en Shenzhen».
De Li Kequiang se sabe que cuenta con el respaldo del hasta ahora presidente Hun Jintao y procede de la Liga de las Juventudes Comunistas de China o «coalición populista», que tuvo a Jintao entre sus filas de 1982 a 1985. El sitio web ZaiChina destaca que, a diferencia de los taizidang, «los miembros de esta facción destacan por un pasado familiar y humilde, sin ningún tipo de privilegios, y han desarrollado su carrera política en las provincias interiores y del oeste de China» y cuenta junto a Kequiang, con Li Yuanchao, director del Departamento de Organización; Liu Yunshan, dos veces miembro del Politburó y director del Departamento de Propaganda, y Wang Yang, secretario general en Guangdong, como candidatos seguros al máximo órgano de poder como es la Comisión Permanente del Politburó o Jiuchangwei, que podría ser reformado y pasar de 9 a 7 integrantes.
Nada hace suponer que la elección en el XVIII Congreso diste de lo que es vox pópuli desde hace meses, lo novedoso será ver en acción a tendencias políticas tan disímiles al frente del país. Cuando el Pleno proclame la nueva composición de la Jiuchangwei, China tendrá en la década siguiente un desafío monumental: volver a crecer a tasas de dos dígitos y tratar de disminuir las profundas desigualdades sociales con su correlato de conflictividad social en aumento.
Fuente: http://sur.infonews.com/notas/la-generacion-post-mao-al-poder