La migración no debe ser entendida como un problema, sino como un derecho inalienable de todo ser humano
Hoy día, el protagonismo de las grandes compañías transnacionales en un mundo gestionado por economías de marcado corte neoliberal es un hecho que ya nadie niega y que cala desde las grandes decisiones geopolíticas hasta los aspectos más cotidianos de la existencia de todo ser vivo que habite el planeta. En sesión plenaria, el seminario «Hegemonía de las Transnacionales. Resistencias y Alternativas» estudió la cuestión.
Estas grandes compañías, alimentadas por la lógica de la acumulación del capital, entendida como fuente de progreso, hacen que todo y tod@s nos convirtamos en mercancía. Y en este sentido, son los fenómenos migratorios contemporáneos, con su particular indefensión jurídica y social, los principales damnificados de este proceso. Para todos los ponentes del seminario se está produciendo la consolidación de una nueva situación económica, social y política entendida como «globalización neoliberal» que, si bien para Ricardo Zaldívar (Attac-España) no deja de ser una «fase más del capitalismo», está en el origen de la actual explosión migratoria y en las profundas desigualdades que se establecen y separan a unos pocos países ricos de la inmensa mayoría de países pobres y dependientes. Estas grandes desigualdades acentúan los procesos migratorios y provocan una disminución radical de determinados Derechos Fundamentales que se ven cuando menos cuestionados por «la lógica del mercado».
Pero con todo ello, siempre existe un margen para la resistencia y las alternativas, y los ponentes, uno por uno, no dudaron en poner sobre la mesa lo que a su juicio son algunas de ellas. Para Fraçois Houtard, esta hegemonía de las transnacionales explica la «Convergencia de Resistencias» que, representadas en buena medida en este II FSMM 2006, reconocen a un «mismo enemigo». También considera necesario hacer crecer el poder de la ONU, así como sus mecanismos de legitimidad y control. Para Ricardo Zaldívar, sería necesario reconsiderar los flujos migratorios no como un problema sino como un derecho inalienable de todos los seres humanos, así como proponer una «fiscalidad internacional» que se ejerza en caso de violación de leyes y derechos por parte de las transnacionales, actúen donde actúen. Aspecto éste en el que coincidió Fernando Mariño, Presidente de la Comisión Contra la Tortura de la ONU que enfatizó, entre otras alternativas, en la importancia de preservar los Derechos Humanos de la posible gestión de las empresas privadas.
Todos los ponentes coincidieron en reconocer que los flujos migratorios, con sus desplazados y refugiados, son los principales afectados por las políticas neoliberales impulsadas y financiadas por las grandes empresas transnacionales que controlan el mundo. Por ello y por la esperanza de un futuro más digno para todos y todas, es pertinente trabajar para modificar las relaciones de poder que perpetúan las desigualdades. Un mensaje de lucha y esperanza es hoy más necesario que nunca.