«Somos pocos para dividirnos» José Carlos Mariátegui En Lima viven los peruanos de todas partes. Claro, es bien cierto que la otrora ciudad virreinal no es todo el Perú, pero no es menos cierto que ella es casi todo el Perú. Allí, donde en 1776 Tupac Amaru II presentó ante la Audiencia una petición formal […]
«Somos pocos para dividirnos»
José Carlos Mariátegui
En Lima viven los peruanos de todas partes. Claro, es bien cierto que la otrora ciudad virreinal no es todo el Perú, pero no es menos cierto que ella es casi todo el Perú. Allí, donde en 1776 Tupac Amaru II presentó ante la Audiencia una petición formal para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas, tiene lugar un acontecimiento de gran envergadura para la izquierda y sectores progresistas de América Latina: La construcción de un frente amplio.
Es Lima, la capital de un país con varias naciones; por eso, tal vez, tiene lugar hoy día el privilegio de poder materializarse en ella la unidad de toda la izquierda peruana. Entiéndase: el Partido Comunista Peruano (PCP), el Partido Comunista del Perú-Patria Roja (PCP-PR), el Movimiento Nueva Izquierda (MNI), el Partido Socialista Revolucionario (PSR, velazquistas), la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), el Partido Nacionalista Peruano (PNP) del coronel Ollanta Humala Tasso y otras agrupaciones político-gremiales. Se está a la espera de la afirmación unitaria de la Unión por el Perú (UPP), de Avanza País (AP), ambas organizaciones tienen inscripción en el Jurado Nacional Electoral; del Partido Democrático Descentralista (PDD), antiguo PUM, actualmente en proceso de recolección de firmas para su legitimación comicial; y del Movimiento Humanista (MH) que dirige el presidente regional de Lambayeque Yehude Simons.
Dicho de esta manera no sería un acontecimiento de mayor monta, pues los sectores revolucionarios y progresistas siempre hablan de la unidad. Pero si nos ubicamos en el contexto de una izquierda de sobrevivientes, sí que lo es.
A pesar de estarse conjugando, por ahora, una unificación con miras a las elecciones presidenciales y congresales de abril de 2006, este hecho permitirá no repetir los errores cometidos por la coalición revolucionaria Izquierda Unida (IU), que tanto éxito tuviera en la década de los ochenta, conducida por el liderazgo indiscutible de Alonso Barrantes Lingán y de Jorge del Prado.
Una jornada que acompañó la celebración del «111° Aniversario del nacimiento de José Carlos Mariátegui» desde el día domingo 12 hasta el miércoles 14 de junio de 2005, sirvió para amalgamar mucho más este esfuerzo de integración revolucionaria.
Y el evento que tuvo lugar en el local Central del Partido Comunista del Perú-Patria Roja y del Movimiento Nueva Izquierda (MNI) el martes 14, fue el aldabón para que todos abran a partir de este momento la puerta de la unidad. Allí estuvo presente una delegación de diputados bolivarianos, de intelectuales y de luchadoras del movimiento de mujeres venezolanas (diputados Isrrael Sotillo y Eddy Gómez, Luis E. Gómez y Edith Franco), testigos de este hecho histórico, para oír el discurso de cierre del profesor Alberto Moreno Coordinador General y uno de los principales animadores de la construcción del Frente Amplio del Perú.
Reproducimos, cabalmente, para REBELIÓN, las palabras del profesor Moreno por considerar que es una pieza oratoria de gran relieve para la lucha de los pueblos del continente de la esperanza:
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ompañeras y Compañeros que están presentes en este acto con ocasión del 111° Aniversario del Nacimiento de nuestro Amauta, José Carlos Mariátegui.
Nos sentimos profundamente honrados de tener entre nosotros a la Delegación de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela; quienes en una decisión histórica para nosotros, han tomado un Acuerdo referido al Amauta, valorando la fuerza, la permanencia y la riqueza de su pensamiento, no sólo para quienes luchamos en este país sino para los pueblos de América Latina y más allá, todos los pueblos del mundo.
Quiero pedirle compañero Isrrael Sotillo, que exprese Ud. a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro reconocimiento, nuestra gratitud por este homenaje a un gran hombre como lo fue nuestro Amauta.
El pensamiento dialéctico de José Carlos Mariátegui
«Hoy, sentimos cada vez más presente la obra, la conducta de José Carlos Mariátegui, porque para nosotros es nuestra raíz, es nuestro punto de partida y es también el camino que nos alumbra para continuar ensanchando el futuro; porque su pensamiento no se agota en lo que él dijo y lo que hizo, sino siempre lo extendió como una invitación para continuar respondiendo a los nuevos retos de los tiempos modernos, buscando nuevas respuestas a los nuevos problemas; porque si nosotros creyéramos que lo que dijo el Amauta y lo que escribió ya es todo, estaríamos yendo contra la esencia misma de su ideología.
El suyo fue un pensamiento profundamente dialéctico, profundamente enraizado en la realidad y profundamente abierto a las nuevas circunstancias y a los nuevos retos; es así como entendemos este pensamiento, y es así como empezamos a darnos cuenta con mayor fuerza que si no asumimos a plenitud todo lo que ello representa, si no lo convertimos en una práctica cotidiana, en una conducta permanente y sostenida, mal podríamos hablar de ese mensaje trascendente.
Hay muchos que quieren dogmatizar a Mariátegui, que creen que repitiendo lo que él dijo es suficiente o que creen que es suficiente también reducir el entendimiento de su gigantesca obra comentarlo. Mariátegui tenía no solamente una visión clara de lo que era el Perú y el futuro que él proponía sino también una conducta consecuente con ese propósito. Unidad de pensamiento y acción fueron en él un signo permanente al que le dio toda su fuerza, toda su energía. Hoy día estuvimos al pie del monumento erigido en su nombre; hace pocos días estuvimos en el cementerio para rendirle homenaje y fue un momento de meditación, de reflexión, que debíamos hacernos todos; porque el mejor homenaje que podemos hacerle a nuestro Amauta es reflexionar sobre el Perú y su futuro; reflexionar sobre nuestras propias visiones y sobre nuestra propias conductas y ver cuánto estamos trabajando como él lo soñó; cuánto estamos haciendo de lo que él deseó; cuántos estamos continuando lo que él sembró. Solamente haciendo una evaluación permanente, reflexiva y serena podremos aproximarnos cada vez más a lo que él representa como pensamiento y como acción.
El Amauta tuvo una circunstancia excepcional en su vida personal; como todos ustedes conocen él no cursó la vida universitaria, fue un autodidacta; ese hombre además sufrió como resultado de un accidente físicamente mucho y en los últimos años de su vida tuvo que estar obligado a permanecer en una silla de rueda, y sin embargo ese hombre, en esas condiciones, permanentemente amenazado por quienes gobernaban entonces el Perú, hostigado por todos sus adversarios, ese hombre, jamás perdió confianza en el pueblo y en los trabajadores, jamás tuvo un momento de pesimismo ideológico. Yo creo que esta actitud del Amauta tenemos que asumirla plenamente. Y lo hizo por una simple razón, porque estaba convencido, como él lo dijo reiteradamente, que el futuro de la humanidad es el Socialismo, y que la lucha por ese ideal y por ese propósito representaba la gran satisfacción de su vida.
El Amauta y su Fe en el Socialismo
«El Socialismo, luchar por el Socialismo es trabajar por el Socialismo; explica esa enorme energía, esa enorme fe, esa enorme confianza que atravesó toda su vida, y ese hombre en esas condiciones difíciles de su vida nunca perdió la sonrisa, nunca perdió las ganas de vivir; y así como tuvo un gran amor por la mujer de su vida y por sus hijos, tuvo también un gran amor por lo que es este país, por lo que es este pueblo y por lo que es su historia…
Cuántos hombres y cuántas mujeres en el Perú dan muestra o la han dado de una profunda relación ante el pensamiento y la vida, entre el ideal y la conducta, no muchos ciertamente. Nuestra tarea es ser leales y consecuentes con el Amauta en esta cuestión. Que nuestros pensamientos, que nuestros ideales marchen de la mano con nuestra acción que hoy la necesitamos más que nunca; y si hemos sufrido reveses y graves reveses, y si tuvimos éxitos enormes, una izquierda poderosa, un movimiento social tremendamente organizado, un contingente de intelectuales bien entrenados en la trinchera y después lo perdimos; y hoy estamos reconstruyendo ese edificio de la unidad, abriéndonos paso con dificultades; mientras ese pueblo sigue sufriendo; mientras ese pueblo sigue buscando una esperanza y un destino mejor; no supimos entender el valor de la unidad, que es uno de los mensajes centrales del Amauta: «Somos pocos para dividirnos», escribía en un mensaje para los trabajadores y siempre seremos pocos, compañeros; aún cuando fuéramos miles y decenas de miles los militantes y cientos de miles los luchadores, nos sentiremos contentos cuando con los veintiocho millones de compatriotas estén en este proyecto histórico…
La unidad será siempre una necesidad fundamental
«Perú es un país y un pueblo de divisiones y confrontamientos; la historia es trágica con resultados también trágicos, y esta historia tenemos que revertirla y tenemos que demostrarles a millones de compatriotas que sí es posible la suma de los excluidos de siempre y para eso existimos, para eso trabajamos… Ninguna unidad es posible sin la mancomunidad llevada hasta el sacrificio de los hombres que la integran. Todos los que aquí estamos abrazamos esa causa, en la que no esperamos ventajas o benéficos personales; es una causa a la cual dedicamos todo lo que somos; los que nos organizamos como seres humanos trabajando para que la humanidad sea libre, porque una humanidad libre también nos hará libre a nosotros. Todo esfuerzo es insuficiente, toda entrega es insuficiente; y el Amauta con todo su saber, con toda su inteligencia, con toda su fuerza nos inspira; pudiésemos construir una cultura política con estos rasgos, con estos elementos, dejando de lado cuestiones secundarias que nos dividan y confronten. Él es un ejemplo en todos los campos compañeras y compañeros, es importante hoy que volvamos a él porque tenemos al frente enormes retos.
Conciencia revolucionaria elemento fundamental contra el neoliberalismo
«Hace quince años parecía invencible el imperio del norte; la ofensiva neoliberal no tenía resistencias, parecía que su poder era omnipotente; han paseado quince años y estamos observando que ese imperio poderoso cada vez sufre reveses en distintos lugares del mundo; agredió brutalmente a Iraq y allí tiene la respuesta de ese pueblo, que está demostrándonos que ese imperio poderoso no lo es tanto como ellos imaginan; hace poco en América latina hacían lo que querían, tenían a la Organización de Estados Americanos como el instrumento que justificaba sus agresiones y las encubría; y hoy día en la misma OEA tienen dificultades, ya no pueden imponer sus intereses y sus caprichos como en el pasado… La experiencia les está obligando a cambiar de táctica y ahora están negociando por separado con cada país los llamados Tratados de Comercio y esta tendencia está demostrándonos que este imperio poderoso no es invencible, que es posible vencerlo si nos unimos y con nosotros los pueblos de América latina y el mundo.
La fe es una herramienta fundamental en la lucha compañeros, es lo que el Amauta exigía siempre, la fe, la confianza en la victoria, el convencimiento de que sí podemos vencer, sí podemos triunfar, sí podemos hacer realizables nuestros sueños; en esa batallas, muchas veces incomprendida hemos sufrido reveses; por eso es que mucha gente se nos ha ido, porque creyó que el imperio era omnipotente; porque creyó que el Socialismo ya era difícil de conseguirlo, o porque había que adecuarse a las ventajas del momento. Cuando perdieron la fe en sus ideales lo perdieron todo. La batalla decisiva, la experiencia no las muestra, está en la conciencia, está en la voluntad de tener coraje para enfrentar las situaciones. Y así fue el Amauta, por eso luchó tenazmente hasta el último momento de su vida; por eso no flaqueó frente a las enormes dificultades que tuvo que enfrentar, porque sabía que esta era la lucha a la que debíamos avanzar victoriosamente. No solamente nos dejó sus ideas fundadas en el marxismo sino que también nos dejó una obra práctica, una obra material que nos permitiera realizar estos objetivos. ¿Qué pueden importar las mejores ideas sin la fuerza para construirlas?
Y fue paso a paso, junto a esa labor para ganarse a lo intelectuales, a los artistas a esta causa, para difundir lo nuevo contrastándolas con las ideas viejas; su trabajo abnegado para movilizar a los obreros, a las poblaciones indígenas; a la juventud; por eso es que tuvo que ver, desde su silla de ruedas, la fe que tenía; porque pudo crear desde su silla de ruedas el Partido del Proletariado Peruano, porque sin esas herramientas, sin esos instrumentos no se puede crear nada en la vida… Insisto, para nosotros es central, es fundamental servir al pueblo; todo cuanto se hace, todo cuanto se sueña., todo cuanto se crea tiene que estar en función de los intereses de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas; de nuestro pueblo y de los pueblos del mundo. Y eso fue el Amauta, todo en función de ese ideal, todo en función de ello, se entregaba y se entregó permanentemente; si estas ideas las tuviéramos profundamente metidas en nuestra conciencia y en nuestra práctica otro habría sido el destino de este país; y esas épocas de éxitos que tuvimos no debimos haberlas perdido como ocurrió en nuestro caso.
Hoy América Latina vive momentos trágicos
«Y esta frase la usaba mucho el Amauta: «América Latina es casi un volcán en erupción», y esta tendencia no se detendrá porque el imperialismo es incapaz de resolver los problemas, porque los sistemas capitalistas que construyeron aquí fueron incapaces de resolver y permitir el desarrollo de nuestros pueblos; fueron incapaces de idear mercados y de resolver la descentralización… América Latina, o rompe con este camino sinuoso que hemos tenido hasta el presente y se abre paso rápidamente y se transforma, o América latina o muchos de los países que la componemos estamos condenados a la mundialidad; la oportunidad que tenemos es la última, no solamente para salvar a la humanidad agredida por el imperio sino también para garantizar la prosperidad que nuestros pueblos necesitan. América latina tiene enormes recursos naturales; tiene una historia rica y prolongada; tiene el factor humano que puede permitirnos salir de esta situación. ¿Qué es lo que está faltando? Algo que dijo José Carlos Mariátegui: » El Perú no ha tenido clase dirigente sino clase dominante». Hay que construir esa fuerza dirigente, profundamente enraizada y sostenida en las multitudes, de los que siempre fueron excluidos y marginados; el pueblo tiene una enorme sabiduría y mucho más de lo que imaginamos; pero, esa sabiduría no está siendo aprovechada. El Amauta trabajó en ese sentido y allí tenemos una lección extraordinaria de cómo motivar, de cómo impulsar el entusiasmo de la gente; la fe y la pasión para resolver los grandes problemas de la nación.
Ya nada puede ofrecer el capitalismo y el imperialismo
«Compañeras y compañeros, este es un momento importante, entendámoslo. Los próximos meses y los próximos años serán un reto inmenso para nosotros; pero, también una enorme posibilidad. La etapa oscura que vivimos en los 90′; las dificultades que tuvimos que enfrentar están llegando a su punto; se abre una enorme posibilidad para construir una fuerza progresista que una a los hombres y mujeres de izquierda, socialistas, nacionalistas, patriotas., demócratas consecuentes; a todas las fuerzas progresistas. Hay condiciones hoy porque este modelo se ha hundido en el fracaso, porque la misma derecha hoy se avergüenza de decir que es neoliberal; porque los resultados de estos últimos quince años son un desgracia; el empobrecimiento; el atraso es mayor en nuestras sociedades. Ya nada puede ofrecer el capitalismo y el imperialismo que no sean frustraciones y fracasos, hoy se abren pues todas las condiciones para que la gente entienda que el camino de los tiempos futuros avanza, por distintas vías, por distintas formas hacia el Socialismo.
¡Crear, Honrar, Poder Popular!
¡Crear, Honrar, Poder Popular!
Lucha de ideas esa es la gran batalla a librar
«Si las perspectivas son excelentes y las posibilidades son enormes cómo es que puede haber pesimismo y derrotismo compañeros y compañeras. Cómo puede haber conformismo entre nosotros; cómo puede haber pasividad cuando lo que requerimos es más energía, más entrega, más esfuerzo, más dedicación para convencer a las masas; es posible un camino distinto y el pueblo tiene que ser el factor determinante en este proceso. De aquí la importancia de la fuerza política capaz de producir esos cambios; la tarea es sumar todas las fuerzas políticas capaces, pero también la tarea es construir un movimiento social poderoso que involucre a todas las fuerzas dispersas en un solo proyecto, sean los sindicatos, las poblaciones étnicas, los villorrios, las mujeres, las juventudes, las poblaciones barriales; todos los sectores tenemos que pugnar por organizarnos, por convertirnos en una fuerza poderosa que junto a la corriente expresión política marchen hacia un solo objetivo. Ya no es posible los cambios solamente por la vía de los partidos únicos, es indispensable también la participación creciente, conciente y organizada de los pueblos. Junto a ellos, como razón fundamental, la conciencia, la labor ideológica y cultural… porque la gran batalla se va a dar en la conciencia… La gran batalla y la que podemos salvar y ganaremos se llama la lucha de las ideas, por eso estamos aquí esta noche…
La conquista de los nuevos espacios como lo soñó el Amauta
«Les ponía ese ejemplo de cómo se puede avanzar, de cómo se pueden abrir caminos nuevos, inéditos, con audacia y con coraje, con inteligencia; pero no solamente Venezuela o Cuba, todos los países de América Latina…hay un enorme descontento en los pueblos; pero también hay afirmación de su identidad, de su dignidad, de su coraje como pueblos para enfrentarse al abuso y a la arbitrariedad; ocurrieron luchas importantes en Ecuador, en otros lugares de América Latina y nada extraño sería que tengamos un próximo gobierno progresista en México o Nicaragua. Todo esto es un indicio claro de que la tendencia es a favor de nuestra causa; una demostración de que las condiciones son cada vez más favorables a los pueblos de América Latina y que nosotros no podemos quedarnos rezagados compañeras y compañeros; no podemos contentarnos con los lamentos, porque si fracasamos o fallamos ayer, por eso es que estamos como estamos… Todo se puede hacer avanzar, se puede hacer acelerar, depende de nosotros que lo hagamos; la fuerza de la voluntad y la determinación son fundamentales; no es hora de lamentos, es hora de afirmación; es hora de abrir caminos nuevos, de descubrir las rutas, seguramente muchas desconocidas, pero en el camino habrá que resolver los problemas que haya que resolver.
Yo les pido compañeras, a todos ustedes que trabajemos con mucha energía, que nos organicemos, que superemos todo lo que venimos criticando y cuestionando; que pensemos en esa poderosa fuerza de la inercia que se llama sectarismo; esa poderosa fuerza que se llama espontaneismo, y vayamos políticamente de cara a las masas. La gente ya no le tiene miedo como hace un tiempo atrás a la palabra izquierda o a la palabra Socialista; los que a veces tienen miedo de decirlo con firmeza y con franqueza a veces somos nosotros… En todo el país lo que la gente quiere es conducción, la gente quiere organización, la gente quiere confiar y creer en algo y nosotros somos la fuerza capaz de canalizar y darle el camino y sentido a esa ilusión; si logramos el encuentro de esta vanguardia con esas multitudes que esperan ser portadoras de su propio proceso emancipatorio, entonces habremos conquistado grandes vías, grandes espacios como lo soñó el Amauta. Estamos en el aniversario de su nacimiento; él murió muy joven, apenas a los 35 años, camino a los 36. Desde entonces han pasado tantos años camaradas, y cómo sentirnos contentos cuando todavía no hemos realizado la obra que él planeó, la obra que él soñó. Tenemos un compromiso con el Amauta.
Somos pocos para dividirnos
«…Tenemos unas elecciones próximas y tenemos también una oportunidad extraordinaria; tengamos pues la inteligencia para aprovechar esta circunstancia y demostrarle al país que esta izquierda sí es madura; sí es responsable; sí ha sabido aprender de las lecciones de la historia. Tenemos por delante una serie de jornadas, entre ellas están las del 19 de Julio, que estamos preparando las organizaciones sindicales y los sectores populares; demostremos también que el pueblo es capaz de defender sus derechos en las calles; que es capaz de decir su palabra con dignidad; tenemos batallas poderosas como la de construir una izquierda nueva y su organización en todo el territorio; de tal manera que tengamos comités hasta el último villorrio del país; no nos contentemos con los comités provinciales o distritales, en cada sector de la población debiera haber un comité de izquierda amplio, plural, que recoja el entusiasmo y la pasión de todos y todas las que quieran incorporarse en este esfuerzo… porque en última instancia, los únicos que pueden mandar y debe mandar es el pueblo. Por eso compañeras y compañeros en esta jornada expreso, en representación del Partido Comunista del Perú, Patria Roja, nuestro fraterno, nuestro espíritu de lucha, y quiero expresarle también a los compañeros y compañera de Venezuela, nuestra plena solidaridad, respeto y respaldo a la lucha que viene librando el pueblo de Venezuela con el Presidente Hugo Chávez Frías a la cabeza; expresarle además, que así como ellos han encendido la tea de la lucha antiimperialista e iniciado el camino hacia el Socialismo, en el Perú también, siguiendo nuestras propias formas y de acuerdo a nuestras propias circunstancias, en poco tiempo estaremos junto con ellos y junto a los pueblos de América latina diciendo: ¡Aabajo el imperialismo, viva el socialismo! «
Bolívar con Paz, ventanales del Ariosto, Miraflores, Lima-Perú, junio del 2005.-