La emigración del campo a la ciudad en los años 70 supuso para Amayuelas de Abajo, un pueblo de Palencia, ver marchar a muchos de sus vecinos e incluso perder su personalidad jurídica propia. Desde hace unos años, sin embargo, este municipio se ha recuperado y se ha convertido en un referente en España en […]
La emigración del campo a la ciudad en los años 70 supuso para Amayuelas de Abajo, un pueblo de Palencia, ver marchar a muchos de sus vecinos e incluso perder su personalidad jurídica propia. Desde hace unos años, sin embargo, este municipio se ha recuperado y se ha convertido en un referente en España en temas de agroecología.
A través de un proyecto integral apoyado por entidades como el Centro de Investigación y Formación en Actividades Económicas Sostenibles (CIFAES), escuelas campesinas, la Red de Consumo Ético y la Red de Semillas entre otras, se recuperaron edificios y espacios públicos, se construyeron diez viviendas bioclimáticas y se pusieron en marcha cultivos ecológicos y sostenibles. Desde hace tres años, además, funciona la Universidad Rural Paulo Freire, a la que asisten campesinos y personas de toda España interesadas en cuestiones como la agricultura sostenible y la soberanía alimentaria.
El objetivo, explican desde CIFAES, es «crear un municipio ecológico» y «recuperar la cultura campesina» manteniendo la riqueza de la tierra, viviendo sin necesidad de consumir mucha energía y complementando formas de producir tradicionales y modernas. Todo ello, para demostrar «con la práctica» que «en los núcleos rurales es posible seguir viviendo, trabajando y generando riqueza siendo respetuosos con el medio ambiente».
En este contexto, y recuperando las técnicas de construcción de tierra, en Amayuelas se han construido y rehabilitado casas e infraestructuras agrícolas para animar a la gente a vivir en el pueblo y en localidades cercanas, y se produce electricidad a través de la energía solar, se calienta el agua con colectores solares instalados en los tejados en cada vivienda y se utiliza un aerogenerador «como ejemplo para la educación ambiental».
Sostenibilidad dentro y fuera
A lo largo de estos años, la población de Amayuelas y las organizaciones como el Centro de Investigación y Formación en Actividades Económicas Sostenibles han trabajado para recuperar un pueblo donde todos los vecinos tengan conciencia ecológica y, además, sirvan de ejemplo a otros municipios de la zona y del resto del Estado.
Precisamente con esa idea en 1994 se puso en marcha en Tierra de Campos -municipio del cual depende Amayuelas de Abajo- la Universidad Rural Paulo Freire. El objetivo, explican desde CIFAES, no es otro que contar con un espacio educativo y en construcción «permanente» desde que el poder intercambiar experiencias y formar en temas relacionados con el desarrollo local y global sostenible.
Durante este 2007, por ejemplo, esta universidad ha impulsado e impulsa una Cátedra de Agroecología en la que se ha hablado de territorio y ciudadanía, agroecología y gestión de residuos. Los participantes en este curso también profundizan en los retos que plantea el futuro del mundo rural y en las políticas de organismos como la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional y, mediante otros talleres que se realizan a lo largo del año, mejoran sus conocimientos en bioconstrucción, agroecología y soberanía alimentaria.
Campesinos y entidades que en España trabajan en el ámbito de la agricultura ecológica acuden a estas formaciones y participan también en otras actividades que se organizan en torno a la Universidad Rural Paulo Freire, como el llamado foro para el diálogo y la expresión de nuevas utopías que se realiza el último viernes de cada mes.
A esta plataforma para llevar más allá de Amayuelas un modo de vida más sostenible se suman otras dos iniciativas impulsadas desde el mismo municipio palentino. La primera de ellas, el proyecto Pueblo-Escuela, aprovecha las condiciones que ofrece Amayuelas para que alumnos y alumnas de la provincia se acerquen a las tradiciones y oficios del campo y se sensibilicen de la necesidad de evitar la despoblación rural.
La segunda iniciativa, en cambio, apuesta por comprometer a más vecinos de la zona con la soberanía alimentaria, a través de redes con grupos de consumo que ofrecen alimentos agrícolas y ganaderos ecológicos. El objetivo, dicen desde CIFAES, es llevar también la «responsabilidad social» a los alimentos, fomentar la agricultura « productiva y no productivista«, crear empleos «dignos» y apostar por la soberanía alimentaria «en lo local, pero con una perspectiva global».