La Organización de Naciones Unidas votó el viernes mayoritariamente por una suspensión a nivel mundial de todas las ejecuciones, con el último objetivo de abolir la pena de muerte. La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de Naciones Unidas votó por 99 votos a favor de una resolución, mientras 52 países se opusieron […]
La Organización de Naciones Unidas votó el viernes mayoritariamente por una suspensión a nivel mundial de todas las ejecuciones, con el último objetivo de abolir la pena de muerte.
La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de Naciones Unidas votó por 99 votos a favor de una resolución, mientras 52 países se opusieron y más de 30 se abstuvieron. A continuación la Asamblea General debe decidir sobre la resolución, aunque esto se considera un trámite meramente formal.
La resolución expresa «profunda preocupación por la continua aplicación de la pena de muerte», y llama a los países que aún la aplican tomar medidas para respetar estándares internacionales que garanticen los derechos de aquellos condenados a la pena capital.
También llama a los países a «restringir progresivamente el uso de la pena de muerte y reducir el número de delitos por los cuales puede ser impuesta».
Además insta a «establecer una moratoria a las ejecuciones con vista a la abolición de la pena de muerte», y pide a los 130 países que la abolieron no reintroducirla.
Algunos países que aún aplican la pena de muerte, incluido Estados Unidos, no hablaron durante el debate. China, que ejecuta a más gente que otros países, ha condenado la moratoria.
Anteriormente, la Comisión rechazó hoy otras cuatro enmiendas presentadas por países que se oponen a una moratoria en la ejecución de la pena de muerte.
Con estas son ya 14 las enmiendas rechazadas por el órgano desde el miércoles, cuando ya se votó en contra de otras diez.
La resolución, que llama a todos los países miembros de la ONU a declarar una moratoria de la pena de muerte, fue impulsada por un grupo de 100 naciones, entre ellas de la Unión Europea y Latinoamérica.
En contra de la moratoria se manifestaron los países islámicos de Cercano Oriente, África y Asia, las naciones del Caribe y Estados Unidos, quienes cuestionan la legalidad del documento y lo acusan de intentar interferir con su soberanía.
Los opositores a la moratoria sostienen que la pena de muerte, vigente en numerosas naciones del mundo, no puede ser considerada parte de los derechos humanos y por esta razón sus promotores no pueden utilizar la Declaración Universal de Derechos Humanos como motivo para su abolición.