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India

La paradoja de Karnataka

Fuentes: Frontline

El resultado de las elecciones muestra que el populismo no produce necesariamente un beneficio político y que el comunalismo competitivo no interfiere necesariamente en los procesos económicos en curso. Una de las preguntas desconcertantes que persigue hoy a los kannadigas [los habitantes de Karnataka] es: ¿Cómo es posible que el gobierno de Siddaramaiah [del Partido […]

El resultado de las elecciones muestra que el populismo no produce necesariamente un beneficio político y que el comunalismo competitivo no interfiere necesariamente en los procesos económicos en curso.

Una de las preguntas desconcertantes que persigue hoy a los kannadigas [los habitantes de Karnataka] es: ¿Cómo es posible que el gobierno de Siddaramaiah [del Partido del Congreso, INC], con una reputación de ser progresista con una orientación socialista y no comunal ha podido perder tan rotundamente en las elecciones a la Asamblea de 2018? El resultado más irónico de las elecciones es la derrota del popular Ministro Principal en su circunscripción natal, Chamundeshawari, por un enorme margen de 36.024 votos y haber pasado raspando en otra circunscripción, Badami, por un estrecho margen de 1649 votos. ¿Qué es lo que fue mal?¿Marca el principio del fin del Congreso o una Karnataka «Congress-mukt» como al Bharatiya Janata Party (BJP) le gustaría creer?

Karnataka parece estar entrando en una fase de «discontinuidad» en la que un partido gobernante no vuelve al poder para un segundo término con sus propias fuerzas. La única ocasin en que sucedió esto fue en 1977 cuando Devaraj Urs regreso al poder.

Mientras tanto, en la Karnataka política parecen abundar las paradojas: la profundización del capitalismo triunfa en medio de un comunalismo rampante, la realineación de castas continúa sin ningún conflicto aparente y la corrupción y el desarrollo van de la mano. Como si esto no fuese suficiente, los resultados de las elecciones han añadido dos paradojas más: el populismo no da necesariamente un beneficio político y el comunalismo competitivo no necesariamente interfiere en los procesos económicos en curso. Además, las ansiedades de las castas dominantes parecen no encontrarse tanto en la identidad comunitaria como en reclamar el poder político perdido.

La campaña electoral ha visto un cóctel vitriólico de difamaciones, acusaciones y contra-acusaciones, mentiras, distorsión de la historia y citas de escritores kannada bien conocidos por parte de los partidos politicos, especialmente el BJP. Pero ha habido una corriente subterránea que se ha vuelto destacada a medida que se desarrollaba la campaña electoral: el desplegamiento de dos modelos de economía política.

Un modelo -llamémoslo el «modelo India»- está representado por el Primer Ministro Narendra Modi. Se le oponía el segundo modelo -llamémoslo el «modelo subalterno»- representado por Siddaramaiah. Por esta razón la batalla electoral de alto voltaje fue proclamada como una batalla entre Modi y Siddaramaiah. El modelo de Modi se ha construido mediante una narrativa descaradamente a favor de una India de «capitalismo de amiguetes» (crony capitalism), enfatizando la «formación profesional» de india y llevando el país al carril superrápido mediante ciudades «inteligentes» y trenes bala. En contraste, el modelo subalterno representa a las poblaciones rurales, poniendo el énfasis en los medios de vida golpeados por la pobreza, el hambre y el atraso. Este último entiende la economía política de desarrollo desde la perspectiva de los pobres, los socio-económicamente atrasados y los marginados. Para resolver los problemas del hambre y la pobreza, este modelo ha adoptado varias medidas populistas como Anna Bhagya, Krishi Bhagya, Arogya Bhagya e Indira Canteen. Significativamente, muchos de estos programas fueron introducidos muy pronto por el gobierno de Siddaramaiah, lo que significa que tenían credibilidad y no eran percibidos como trucos electorales. Además, estos programas no han sufrido graves dislocaciones ni han producido graves cargas de exclusión de la población a la que se dirigía.

Políticamente, el modelo subalterno es una extensin de las ideas socialistas de Ram Manohar Lohia, Jawaharlal Nehru y Gandhi y la propia experiencia personal de Siddaramaiah. De hecho, el modelo subalterno se solapa con el modelo Karnataka de desarrollo, haciendo difícil marcar las fronteras. El consenso general -a pesar de las críticas que muchos denominarían injustificadas- es que el programa Anna Bhagya, el eje del foco de bienestar social del gobierno de Siddaramaiah, fue introducido eficazmente. Es paradójico que este modelo no se haya traducido en votos, a diferencia del caso de Tamil Nadu, donde los programas populistas han traído dividendos políticos. El resultado de las elecciones muestra claramente que el modelo India ha triunfado sobre el modelo subalterno. No es solo la derrota de Siddaramaiah, sino también la de la idea de desarrollo subalterno.

Realineamiento de castas 

Estas elecciones también han sido testigo de un realineamiento de los grupos de castas. Karnataka ha sido conocida tradicionalmente por la presencia dominante de dos castas, vokkaligas y lingayats. Los vokkaligas se concentran principalmente en la región del Viejo Mysuru y los lingayats en el norte de Karnataka, que cubre las áreas de Hyderabad-Karnatak y Presidencia de Bombay. Al principio, tras abandonar el Janata Dal, Siddaramaiah había planteado la idea de Ahinda, un acrónimo para Minorías, Clases Atrasadas y Dalits. Esa misma idea fue planteada por Devaraj Urs en los 70. H.D. Deve Gowda [líder del JD(S)] formuló la coalición social de MOVD -Musulmanes, Otras Clases Atrasadas (OBC), Vokkaligas y Dalits- a finales de los 90. Contando con el apoyo de los lingayat, Ramakrishna Hegde, el entonces Ministro Principal, cimentó la alianza LIBRA de lingayats y brahmines. Aunque él era brahmin, Hegde era ampliamente aceptado por los Lingayats.

Los lingayats se habían separado del Congreso cuando Veerendra Patil fue apartado sin miramientos del puesto de Ministro Principal en los 90. La coalición social se fortaleció durante el periodo de Yeddyurappa (2008-11) que trajo al BJP al poder. Esta vez, la coalición LIBRA continuó pero con una diferencia: en el cinturón costero, el BJP cimentó la coalición social de las 3B -Billavas (clase atrasada), Bunts y Brahmines- y añadió las Tribus Registradas (Scheduled Tribes) del este y el centro de Karnataka para formar una coalición social más amplia para beneficio político. De hecho, la coalición se transformó en LIBRA+3Bs+STs+Dalits Holeya. De hecho, el BJP consiguió superar su imagen de partido de castas superiores/banyas [comerciantes]. Sin embargo, los lingayats tenían dos razones adiciones para apoyar al BJP. Una, querían reclamar el poder político -después de que Jagadish Shettar, que no era lingayat, se convirtiese en Ministro Principal. En segundo lugar, el deseo de Siddaramaiah de conceder el estatus de minoría a los lingayats era visto como un intento de dividir a la comunidad. Esta estrategia produjo el resultado contrario y provocó que los lingayats se hayan reafirmado en torno al BJP.

Los vokkaligas, la otra casta dominante, tenía sus propios motivos de queja. La pérdida y recuperación del poder político hizo que aún fuese más importante para los vokkaligas reunirse en torno al Janata Dal (Secular), que se sabe que es un partido campesino pero también el partido de los vokkaligas. Esta vez el JD(S) intentó llegar a dos comunidades más pero lo ha conseguido solo parcialmente. Se ha alineado con el Bahujan Samaj Party (BSP) [el partido de los dalits pero fundamentalmente del norte de la India] y con Asaduddin Owaisi de Hyderabad [musulmán]. En cualquier caso, el JD(S) ha seguido siendo un partido de la región del Viejo Mysuru, como es evidente por los resultados.

Fragmentación dalit, confianza musulmana

Esta vez Siddaramaiah ha intentado ir más allá de Ahinda, su base social de apoyo. Los programas Bhagya formaban parte de esta agenda. Como resultado, en mitad de su mandato, Ahinda se convirtió en Ahinda Plus, formada esta última por los beneficiarios potenciales de los programas Bhagya. Paradójicamente, en lugar de fusionarse en un grupo cohesionado, Ahinda se fragmentó. Excepto los kurubas y los musulmanes, el núcleo de sus partidarios, los otros grupos tenían reservas contra Siddaramaiah. Esto es evidente en el caso de los dalits. En un análisis final, esta elección se ha convertido en un campo de batalla para las dos castas dominantes para reclamar y recuperar el poder político perdido, mientras Ahinda se ha convertido en una coalición social fragmentada.

Los dalits y las tribus registradas tienen múltiples razones para retirar el apoyo a Siddaramaiah. Durante este proceso de retirada, Ahinda se ha convertido en una entidad política teórica fragmentada. En vísperas de las elecciones a la Asamblea varios temas iban contra el Congreso: la no aplicación de la reserva interna tal como recomienda la Comisión del Juez Sadashiva; la renuencia a nombrar un líder dalit como Ministro principal o Viceministro Principal; la retirada del informe sobre castas de la Comisión de Clases Atrasadas que hubiera convertido numéricamente a los dalits en una categoría social mayoritaria y finalmente la entrada del BSP como socio minoritario del JD(S). Los dalits en Karnataka no son un bloque homogéneo. Hay no menos de 100 subcastas. Se dividen en Mano Izquierda (Holeya) y Mano Derecha (Madiga). No obstante, lo que ha cambiado el curso de la política dalit es la decisión de la Comisión del Juez Sadashiva de analizar el tema de la reserva interna. Mientras los madigas piden la aplicación de la reserva interna también perciben un intento sistemático de marginarlos por parte de los holeyas, así como el reparto de gobierno que les ha hecho cambiar su lealtad política del Congreso al BJP. Siddaramaiah fue acusado de duplicidad, de ir muy despacio en el tema de la reserva interna pero no en el del estatuto de minoría para los lingayats. El informe de la Comisión del Juez Sadashiva creó una profunda brecha entre los dos grupos dalits, marcando un punto de no retorno.

La petición del nombramiento de un dalit para el puesto de Viceministro Principal apareció inmediatamente después de que el Congreso llegara al poder. El Congreso fue remiso a hacer este nombramiento , aunque había apoyado ocasionalmente esta petición. Esto fue visto más como duplicidad y ambigüedad que como una preocupación real. De hecho, en la circunscripción de Siddaramaiah se rumoreaba que en caso de su derrota se nombraría a un dalit como Ministro Principal. Este rumor bien orquestado fue básico para el enorme margen de derrota. La ira de los vokkaligas solo se sumo a ello.

Otro tema que tuvo su efecto en la política electoral está relacionado con el censo de casta. Aunque sus resultados no se han hecho públicos, es obvio que los dalits hubieran sido declarados una mayoría numérica, enviando incluso a los lingayats y vokkaligas al cuarto o quinto lugar. La cifra de población dalit hubiera aumentado al 19 por ciento, comparándose con los musulmanes, que constituyen un 16 por ciento. Sabiendo muy bien que la publicación del censo de casta en víspera de las elecciones abriría una caja de Pandora, puesto que cambiaría las ecuaciones sociales y políticas en favor de los dalits y los musulmanes, el gobierno del Congreso dejó el informe en la nevera. Cuando el BSP se alineó con el JD(S) como socio minoritario, se supuso que la alianza no afectaría al voto del Congreso ni aportaría dividendos políticos al JD(S) dado que el BSP no tiene base social o política en Karnataka. Estas suposiciones se han demostrado erróneas cuando el BSP ha ganado un escaño.

En cambio, los musulmanes no tenían quejas contra Siddaramaiah. Sus programas populistas, como Shaadi Bhagya, su posición sobre el consumo de ternera y el comunalismo, la creación de un gran número de escuelas residenciales Maulana, las becas a estudiantes de la minoría y demás tenían contentos a los musulmanes. Más significativamente, la ausencia de grandes disturbios comunales durante el mandato de Siddaramaiah era percibida por los musulmanes como un gran logro. Para los musulmanes, más que la comida o la seguridad social, la pura seguridad física en un tiempo de tensión comunal en todo el país era una gran razón para quedarse con Siddaramaiah. A pesar de varios programas populistas, es evidente que el Congreso fue incapaz de cubrir el déficit de representación de los musulmanes en las diferentes estructuras de poder. Aunque esto no significa el fin del apoyo musulmán al Congreso, el voto musulmán ciertamente no puede interpretarse como un voto para el Congreso. Era, de hecho, un voto para Siddaramaiah. La posición de suave hindutva de Rahul Gandhi y el argumento de «corregir el error histórico del apaciguamiento» [así es como denominan los del BJP a políticas que favorezcan de alguna manera a los musulmanes] no les sienta bien a los musulmanes. De hecho, mientras el Congreso sufría de un creciente déficit de confianza, parece haber habido una completa confianza en Siddaramaiah. En este sentido, Siddaramaiah es un claro vencedor, a diferencia del Congreso.

Las elecciones fueron testigo de un infructuoso intento de comunalizar Karnataka. A diferencia de Uttar Pradesh o Gujarat, donde el comunalismo se ha convertido en una preocupación cotidiana, Karnataka se caracteriza por una larga tradición de cultura sincrética, una sociedad tolerante y la ausencia de claros marcadores de identidad. De hecho, hasta la demolición de Babri Masjid en 1992, Karnataka difícilmente había sido testigo de grandes disturbios comunales. En el pasado reciente, Karnataka se ha destacado como el estado que ha sido testigo del segundo número más alto de conflictos comunales. Por cierto, la mayor parte de los conflictos están confinados a la región costera de Karnataka y a la de Malnad. La costa de Karnataka es conocida ahora como el «laboratorio Hindutva», donde todo espacio secular, incluidas farolas, árboles, escuelas, restaurantes, rickshaws, organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales han sido incautados para mantener el caldero comunal hirviendo.

Comunalismo competitivo Competitive communalism

De hecho, la costa de Karnataka se ha convertido en un lugar para el comunalismo competitivo de musulmanes e hindúes. El comunalismo hindú, representado por un gran número de grupos extremistas, machacaba con temas como Tipu Jayanti, love jehad, la conversión e interrupción del programa Anna Bhagya en una escuela dirigida por activistas hindutva duros como ejemplos de apaciguamiento de las minorías/musulmanes. El asesinato de 23 activistas hindúes (¡de los que uno fue encontrado vivo!) se presentaba como un ejemplo de la inseguridad hindú. El discurso de la «inseguridad», «apaciguamiento», «marginalidad» y demás se usaron repetidamente para arrancar el cinturón costero al Congreso. A diferencia de las últimas eleccioines a la Asamblea, esta vez el BJP barrió el cinturón costero y la región de Malnad. El comunalismo musulmán, al usar la misma narrativa, añadió un poco de su parte. Este tipo de comunalismo competitivo en el cinturón costero en un análisis final podemos decir queha creado dos claros límites: musulmanes indeferenciados e hindúes indeferenciados. Como consecuencia, los musulmanes se alinearon con el Congreso mientras los hindúes supuestamente se identificaron con el BJP: un caso clásico de polarización.

Pero esta misma división de comunidades no se produjo en otras regiones, a pesar de que los Hindutva usaron iconos hindúes como Shivaji. Incluso usaron símbolos de la historia como Madikeri Nayaka y Onak Obbavva predominantemente en las áreas de Tribus Registradas. Las mentiras políticas, incluidas referencias a iconos religiosos y culturales, se convirtieron en parte de una agenda más amplia para polarizar. Las mentiras sobre el general Thimmayya y Bhagat Singh, referencias a Mante Swamy, Basavanna, Kuvempu, Dendre y demás, se utilizaron como llamamientos a las comunidades. El resultado neto fue que el BJP fue capaz de ganar votos pero Karnataka sigue estando libre de una clara polarización comunal.

Todo esto no significa el fin del Congresismo. El Congreso sigue siendo un partido popular cuyo porcentaje de votos es mucho mayor que el del BJP. Sin embargo, los resultados de Karnataka tendrán consecuencias a largo plazzo para la política nacional El Congreso tiene que considerar alinearse o con partidos más pequeños o con partidos regionales para contener la expansión de la base social del BJP puesto que afecta a la base social misma del Congreso. En segundo lugar, los resultados han dado al BJP mayor confianza para conquistar el sur de India y completar su proyecto. Las elecciones de Karnataka han añadido un nuevo vocabulario y una nueva narrativa así como un nuevo discurso a la política india. El sistema político indio ya no será lo mismo nunca más.

Prof Muzaffar Assadi, formerly Professor of Political Science at the University of Mysore, is currently posted as Special Officer of the proposed Raichur University in Karnataka.

Fuente: http://www.frontline.in/cover-story/karnataka-paradox/article10108399.ece?homepage=true

Traductor: Carlos Valmaseda