Es muy preocupante la ofensiva de EUA e Israel contra Irán. Hace tiempo que lo tienen previsto y deseándolo, por lo menos los sectores más conservadores y pro-sionistas como Trump y los suyos. Tres países había -hay-, en Oriente próximo medio, que destacaban por sus recursos y desarrollo económicos, su nivel cultural y su posición […]
Es muy preocupante la ofensiva de EUA e Israel contra Irán. Hace tiempo que lo tienen previsto y deseándolo, por lo menos los sectores más conservadores y pro-sionistas como Trump y los suyos.
Tres países había -hay-, en Oriente próximo medio, que destacaban por sus recursos y desarrollo económicos, su nivel cultural y su posición geográfica central. Y fueron a por ellos.
El primero Iraq, con el falaz invento de las armas de destrucción masiva. Ahora tienen su petróleo y un país oprimido por sus sicarios, dejando en el camino más de 300.000 muertos y el expolio no solo de recursos naturales, también de los museos y obras de arte.
El segundo, Siria, con un país y una gente, que tuve el placer de conocer en un extenso viaje, de solidez milenaria, ahora convertido en ruinas. Con un dictador sí, pero no más que cualquier otro de la región y mucho menos que los protegidos de los EUA, como, y sobre todo, Arabia Saudí, posiblemente el país más reaccionario y opresor del mundo. En cualquier caso, la lucha contra la dictadura pasa por la defensa de la democracia y no por la destrucción de un país y la masacre de sus habitantes.
Contra Siria se organizó y financió, por los EUA y otros países que los apoyaron, un ejército de mercenarios cuya intervención provocó más de 300.000 muertos.
A Arabia Saudí le son toleradas, tanto por los EUA como por los países de la UE, acciones como las agresiones a Yemen, a las que no reaccionan, ni tan siquiera denuncian las masacres llevadas a cabo por los saudíes. España incluso les suministra barcos y armas. El caso Khashoggui, su brutalidad, la impunidad con que se ha tratado, así como las decapitaciones de las que informa en algunas ocasiones la prensa, son una evidencia.
Y ahora queda Irán, el más odiado por el imperio y por el sionismo, por ser el más fuerte, el más culto, el más grande y estratégico, el más difícil para las ansias de expansión sionista.
He visitado Irán dos veces, recorrido de norte, de Bandar-e Anzali, en el mar Caspio, al sur, Bandar Abbas, en el golfo pérsico, el estrecho de Ormuz y he visitado la preciosa isla volcánica de Ormuz.
Por cierto, que el mar Caspio debajo del agua es un mar de petróleo, riqueza que comportó ya una intervención anglo_EUA con el golpe de estado contra Mohammad Mosaddeq que fue un primer ministro elegido democráticamente en Irán y que gobernó entre 1951 y 1953.
El 20 de marzo de 1951 Mosaddeq nacionalizó el petróleo y lo pagó muy caro. Tras bloquear a Irán y ejercer todo tipo de presiones, Estados Unidos y Reino Unido financiaron un golpe de Estado organizado por la CIA y alentado por el MI6, en 1953, que derrocó a Mosaddeq y estableció una dictadura monárquica encabezada por uno al que nombraron el sha Mohammad Reza Pahlavi, que instauró una feroz dictadura pro-EUA hasta su caída, con la revuelta cívico religiosa de 1978, encabezada por Jomeini.
Recientemente, cuando los medios de información dieron la noticia de que unos barcos pequeños, de desconocida procedencia y destino, habían puesto bombas en el casco a dos petroleros en el estrecho de Ormuz, pensé enseguida en otras dos de las grandes provocaciones que han montado los EUA para justificar agresiones contra otros países.
Una, el acorazado Maine, el 15 de febrero de 1898 en la bahía de La Habana, para justificar su intervención contra España en la guerra de Cuba y apoderarse, como hicieron, de la isla, instaurando gobiernos títeres. La otra, en el golfo de Tonkin, en Vietnam del Norte, el 2 de agosto de 1964, el USS Maddox fue bombardeado para justificar la intervención de EUA en la guerra de Vietnam.
Ahora, en Irán, primero fueron estos pequeños barcos desconocidos, más recientemente un dron de EUA, mañana, quien sabe, es probable que organicen cualquier otra provocación.
Hace pocos años, llevaron hasta el paroxismo la confrontación y la guerra civil para destruir Yugoeslavia, instalar en Kosovo su base militar más importante y grande del mundo, para controlar todo el Bósforo y toda la zona del norte de Africa.
Recientemente, todavía se atreven a hacer de paladines de la libertad y la democracia montando un show en Kosovo con asistencia del expresidente Clinton.
En Irán quieren su petróleo y detestan un país con muy buen nivel cultural y tecnológico. Quieren su dominio para controlar el golfo pérsico y sus recursos, para controlar toda la zona y proteger los intereses de sus aliados: Israel, Arabia Saudí, los emiratos…
Josep Pique, ministro de Aznar, en un artículo publicado El País el 7/09/2007, decía sobre el mar Caspio: «El Caspio es, después del golfo Pérsico/Arábico, y con la incógnita del Océano Ártico, la segunda reserva mundial de hidrocarburos (gas y petróleo)».
Mientras tanto y mientras suenan estos tambores de guerra, la UE permanece agazapada y callada, como en tantas otras ocasiones, ante los intervencionismos de EUA.
Como referente, pueden recogerse informaciones sobre muertos como consecuencia de agresiones propiciadas o llevadas a cabo directamente por los EUA, en Oriente próximo, en:
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.