Recomiendo:
0

Entrevista a Celia Hart en México

«La perdurabilidad de la revolución cubana depende del impulso de América Latina»

Fuentes: La Jornada

La insurgencia del EZLN o la de Bolivia fortalecen ese proceso, subraya la intelectual. El movimiento indígena va a jugar un papel primordial en la región «Las revoluciones deben radicalizarse, no detenerse, sino avanzar de manera constante», afirma Celia Hart, directora del Museo Abel Santamaría, de Cuba En América Latina se cumple a cabalidad la […]

La insurgencia del EZLN o la de Bolivia fortalecen ese proceso, subraya la intelectual. El movimiento indígena va a jugar un papel primordial en la región

«Las revoluciones deben radicalizarse, no detenerse, sino avanzar de manera constante», afirma Celia Hart, directora del Museo Abel Santamaría, de Cuba

En América Latina se cumple a cabalidad la idea de León Trotsky acerca de la revolución permanente: un movimiento que no se encierra entre fronteras, sino que avanza hacia otros países, sin derrumbarse. Ocurrió primero en Cuba, le siguió Venezuela y ahora comienzan a vivirse esos procesos en otros países de la región, señala la intelectual cubana Celia Hart Santamaría, quien el 29 y 30 de junio ofreció sendas conferencias en la Universidad Obrera y el Museo Casa de León Trotsky.

La primera de ellas con el tema Cuba y las perspectivas de la revolución en América Latina; la segunda se tituló La Revolución cubana y la revolución permanente: una nueva interpretación de la revolución cubana.

Dos de los conceptos más importantes de Trotsky, que se mantienen vigentes, son la revolución permanente y la internacionalización, expresa la directora del Museo Abel Santamaría, de Cuba. «Esto significa que las revoluciones deben radicalizarse, no detenerse, sino avanzar de manera constante».

Esto ocurre tanto en Cuba como en Venezuela, país donde la revolución bolivariana se acerca cada vez más al socialismo, no sólo por los planteamientos de su dirigente, el presidente Hugo Chávez, sino por los movimientos que se dan en las fábricas o las universidades.

El segundo aspecto, la internacionalización, también es fundamental, las revoluciones no deben contenerse en sus fronteras: «Lo que puede triunfar dentro de las fronteras son revoluciones que para perdurar necesitan expandirse».

En el caso de la revolución cubana, ésta puede sobrevivir por insertarse dentro de la revolución latinoamericana: «El hecho de que exista la revolución bolivariana le da nueva fuerza a la cubana. Creo que el futuro y la permanencia de la revolución cubana depende absolutamente de a dónde vaya la revolución continental».

Después de Venezuela existen otros países que han tenido cambios importantes hacia la izquierda, como Brasil, Argentina, Uruguay, de alguna manera, y Bolivia. Sin embargo, añade, a todas estas manifestaciones populares «les hace falta la organización de un partido de izquierda sin sectarismos ni verticalismos, que logre convertir todo ese calor en una fuerza que mueva a la revolución. Tendremos que elaborar rápidamente organizaciones continentales de izquierda que canalicen todas estas energías hacia una revolución radicalmente social».

Las izquierdas, víctimas del sectarismo

Dentro de este proceso de fortalecimiento de la izquierda en el ámbito latinoamericano, prosigue Hart, se encuentra también México y los movimientos indígenas como el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) o el de Bolivia.

Los movimientos indígenas, en tanto, forman parte de una nueva manera de manifestarse, al igual que la del Movimiento de los Sin Tierra, en Brasil, que de uno u otro modo «son resortes de izquierda que se insertan en estas nuevas realidades y ayudan a mover a los dirigentes más hacia la izquierda».

Este tipo de organización indígena es necesaria para «reactivar a la izquierda, para hacerla más fuerte en la medida de que también expongan su plataforma, que la expliquen con claridad. El movimiento indígena va a jugar un papel primordial», subraya Hart Santamaría.

Los pueblos latinoamericanos, agrega, «están exigiendo cada vez más a sus mandatarios giros hacia la izquierda. Lo vemos en Brasil, donde ya les queda chiquito (el presidente Luiz Inácio) Lula da Silva. Sin embargo, creo que a muchos de nosotros, los revolucionarios, que aspiramos a la revolución socialista, desperdiciamos muchas cosas, y nos estamos quedando a la mitad: no se trata de poner a un presidente o a otro, sino tener a un presidente con un programa que aporte al pueblo formas más revolucionarias. Pero las izquierdas están divididas, no se han recuperado de la caída del Muro de Berlín. El sectarismo las mata».

Celia es hija de los revolucionarios cubanos Haydée Santamaría y Armando Hart y, por ello, reconoce, tiene un compromiso enorme con la revolución, tanto cubana como bolivariana y continental: «Soy hija de revolucionarios, y lo que siento en primer lugar es envidia, porque la aspiración de cualquier revolucionario es hacer una revolución que triunfe, como la cubana.

«Sin embargo, me veo insertada en la revolución latinoamericana, donde me siento parte de ella. Pienso que la revolución cubana es una de las tantas que hay que hacer. Al respecto, soy como el Che, es decir, que una revolución no basta; por tanto la revolución cubana y su perdurabilidad depende de la revolución latinoamericana. Todo lo que haga por concretar esa revolución me hace sentir que estoy haciendo algo como lo que hicieron mis padres.»