La Reserva Federal (FRS) de EE.UU. y el Banco de Inglaterra financiaron a la Alemania nazi, así revela Yuri Rubtsov, historiador de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un artículo publicado el sábado por el sitio Web estadounidense Veterans Today (VT), que empieza cuestionando quién es el verdadero responsable de la Segunda Guerra Mundial, […]
La Reserva Federal (FRS) de EE.UU. y el Banco de Inglaterra financiaron a la Alemania nazi, así revela Yuri Rubtsov, historiador de la Segunda Guerra Mundial.
Se trata de un artículo publicado el sábado por el sitio Web estadounidense Veterans Today (VT), que empieza cuestionando quién es el verdadero responsable de la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que inquiere: ¿Quién ayudó a los nazis a llegar al poder?
La historia completa de Alemania previa a la guerra muestra que las políticas «necesarias» para llevar al mundo hacia el desastre fueron manejadas por las turbulencias financieras en que el mundo se hundió, continúa el artículo.
Las estructuras clave que definen la estrategia de desarrollo posterior de la guerra del Occidente fueron las instituciones financieras centrales del Reino Unido y los Estados Unidos, es decir, el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal, así como organizaciones financieras e industriales asociadas a ellas. Todo ello con el objetivo de establecer un control absoluto sobre el sistema financiero de Alemania para así vigilar los procesos políticos en Europa central.
Para implementar esta estrategia, el autor determina las siguientes etapas:
1ª: 1919-1924 – preparación del terreno para la masiva inversión financiera estadounidense en la economía alemana.
2ª: 1924-1929 – el establecimiento del control sobre el sistema financiero de Alemania y el apoyo financiero para el nacionalsocialismo
3ª: 1929-1933 – estimulación y concreción de una profunda crisis financiera y económica y la garantía de que los nazis llegarían al poder
4ª: 1933-1939 – cooperación financiera con el gobierno nazi y el apoyo a su política exterior expansionista, con el objeto de preparar y desatar una nueva guerra mundial.
En la primera etapa, para asegurarse de la penetración del capital norteamericano en Europa se comenzó con las deudas de la Primera Guerra Mundial y con el problema de la reconstrucción de Alemania. Los países deudores trataron de imponer una gran cantidad de condiciones extremadamente difíciles para el pago de las reparaciones a expensas alemanas.
Eso condujo al país a un déficit presupuestario estatal que podría ser cubierto únicamente a través de la producción en masa de las Marcas (entonces moneda alemana) sin garantía. El resultado fue el colapso de la moneda – la «gran inflación» de 1923, cuando el dólar valía 4,2 billones de Marcas-.
El proyecto se desarrolló en las profundidades de JP Morgan & Co., bajo la instrucción del jefe del Banco de Inglaterra, Montagu Norman. En el verano de 1924, el proyecto conocido como el «Plan Dawes» (llamado así por el presidente del Comité de expertos que lo creó – banquero americano y director de uno de los bancos del grupo Morgan), fue adoptado en la conferencia de Londres. Hizo un llamamiento a reducir a la mitad de los costos de reparación y resolución de las fuentes de su cobertura. Sin embargo, la tarea principal era asegurar condiciones favorables para la inversión de Estados Unidos, que sólo era posible con la estabilización del marco alemán.
Con este fin, el plan dio a Alemania un gran préstamo de 200 millones de dólares, la mitad de los cuales fue pagado por JP Morgan. En tanto que los bancos angloamericanos se hicieron con el control no sólo de la transferencia de pagos alemanes, sino también del presupuesto, del sistema de la circulación monetaria y en gran medida del sistema de crédito del país. Para agosto de 1924, el antiguo marco alemán fue sustituido por un nuevo, estabilizando la situación financiera del país germano.
La cooperación estadounidense con el complejo militar-industrial alemán era tan estrecha que en 1933 los sectores clave de la industria alemana y los grandes bancos como Deutsche Bank, Dresdner Bank, Banco Donat, entre otros, estaban bajo el control del capital financiero estadounidense. Por su parte, la fuerza política que estaba destinada a desempeñar un papel crucial en los planes angloestadounidense estaba siendo preparada de forma simultánea. Estamos hablando de la financiación del partido nazi y Adolf Hitler personalmente.
Como escribió el excanciller alemán Heinrich Brüning en sus memorias, desde 1923 Hitler recibió grandes sumas de dinero desde el extranjero. A dónde iban se desconoce, pero fueron recibidos a través de bancos suizos y suecos. También se sabe que, en 1922 en Munich, tuvo lugar una reunión entre A. Hitler y el agregado militar de los EE.UU. a Alemania – capitán Truman Smith – que compiló un informe detallado de sus superiores en Washington (en la oficina de la inteligencia militar), en el que habló muy bien de Hitler.
Fue mediante el circulo de los conocidos de Smith que Hitler fue presentado a Ernst Franz Sedgwick Hanfstaengl, un graduado de la Universidad de Harvard, quien jugó un papel importante en la formación de Hitler como un político, le suministró un importante apoyo financiero, y le aseguró conocimiento y comunicación con personalidades británicas de alto nivel.
Hitler estaba siendo preparado en la política, hasta que estalló la crisis en el otoño de 1929 tras el colapso de la bolsa de valores estadounidense provocado por la Reserva Federal, y así comenzó la tercera etapa de la estrategia de los círculos financieros angloamericanos.
El 4 de enero de 1932, se celebró una reunión entre el mayor financista inglés M. Norman, Hitler y von Papen, quienes llegaron a un acuerdo secreto sobre la financiación del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP).