Recomiendo:
0

La resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la integridad territorial de Ucrania

Fuentes: Rebelión

A 12 días de una sesión sabatina del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Crimea, con una resolución de los Estados Unidos objeto de un veto por parte Rusia (una cita que antecedió por menos de 24 horas la consulta popular realizada en Crimea el 16 de marzo sobre la que remitimos a […]

A 12 días de una sesión sabatina del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Crimea, con una resolución de los Estados Unidos objeto de un veto por parte Rusia (una cita que antecedió por menos de 24 horas la consulta popular realizada en Crimea el 16 de marzo sobre la que remitimos a una modesta nota), la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el pasado 27 de marzo una resolución sobre Ucrania. Es de notar que ante la maniobra presentada a iniciativa de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad el 15 de marzo, era predecible que una versión similar del texto fuera sometida al órgano plenario de las Naciones Unidas. El borrador de la resolución norteamericana – texto en francés y en inglés – disponible aquí puede ser comparado con el contenido de la resolución reproducido al final de esta nota.

El texto de la resolución aprobada el pasado 27 por la Asamblea General solicita entre otros, a los Estados «a que desistan y se abstengan de cometer actos encaminados a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de Ucrania, incluidos los intentos de modificar las fronteras de Ucrania mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otros medios ilícitos«.

Adicionalmente, la resolución aprobada «Exhorta a todos los Estados, organizaciones internacionales y organismos especializados a que no reconozcan ninguna modificación del estatuto de la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol sobre la base del citado referendo y a que se abstengan de todo acto u operación que pudiera interpretarse como un reconocimiento de ese estatuto modificado«.

Cabe indicar desde ya que el texto no menciona expresamente a Rusia en ninguno de sus párrafos, como tampoco la presencia de fuerzas militares rusas. De igual manera no aparece la palabra «anexión» en el texto de dicha resolución. Este detalle de forma debe ser considerado a la hora de revisar el título de gran cantidad de cables noticiosos que refirieron a estos términos en la tarde del 27 de marzo.

Los Estados proponentes de la resolución

El texto de la resolución adoptada fue propuesto por Alemania, Canadá, Costa Rica, Lituania, Polonia y Ucrania. Si bien es entendible que el Canadá del Primer Ministro Harper y Alemania (por parte de la Unión Europea) aparezcan en esta lista de promotores conjuntamente con Ucrania y con dos Estados que han tradicionalmente mantenido relaciones tensas con Rusia (y segundado desde un inicio de la crisis a Ucrania en contra de Rusia) como Polonia y Lituania, se mantienen interrogantes sobre la escogencia de Costa Rica para participar a esta delicada iniciativa. No es la primera vez que un Estado de Centroamérica aparece en álgidas contiendas de esta naturaleza. Habíamos tenido la oportunidad de referir al caso de Centroamérica en relación a Kosovo y a Osetia y Abjasia del Sur en los siguientes términos: «El caso inédito de Centroamérica: en el caso de la separación por parte de una provincia seguida por una proclamación de independencia, varios casos recientes han tenido algunas repercusiones en Centroamérica: Osetia del Sur y Abjasia, provincias de Georgia autoproclamadas independientes en agosto del 2008 son en la actualidad reconocidas por seis estados, entre los cuáles Nicaragua (y Venezuela en relación al resto de América Latina). Según el orden de los reconocimientos, Nicaragua fue el segundo estado en hacerlo después de Rusia. Por su parte Costa Rica fue el primer Estado (antes que Estados Unidos y Francia) en el mundo en reconocer la independencia de Kosovo, proclamada por las autoridades kosovares en febrero del 2008» (Nota 1). Con respecto a Costa Rica, es importante recordar que, de manera solidaria con las autoridades de Ucrania (y algo solitaria en relación al resto de América Latina), Costa Rica había externado mediante comunicado de prensa oficial su preocupación el pasado 4 de marzo pasado al declarar que: «El Gobierno de Costa Rica ha seguido con extrema preocupación el desarrollo de los acontecimientos de las últimas semanas en Ucrania, en particular la reciente violación a su soberanía e integridad territorial por parte de fuerzas extranjeras desplegadas en Crimea» (ver nota de prensa del 4/3/2014 de Elpais.cr).

El resultado de la votación en la Asamblea General, con especial referencia a América Latina

El texto de la resolución fue aprobado por 100 votos a favor, 11 en contra y 58 abstenciones, mientras que 24 Estados decidieron no participar en la votación.

Entre los Estados de América Latina que votaron a favor se encuentran Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá y Perú. Entre los que votaron en contra figuran Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Finalmente, entre los que se abstuvieron encontramos a Argentina, Brasil, Ecuador, El Salvador, Paraguay y Uruguay (así como los Estados anglófonos del Caribe sin excepción alguna).

El caso de Argentina resulta de interés en la medida en que Argentina apoyo el texto presentado hace 15 días ante el Consejo de Seguridad y cambió de parecer justificándose en razón de la «lectura sesgada» del texto propuesto a la Asamblea General (ver declaraciones del Jefe de Gabinete de la Presidenta Kirchner). En declaraciones dadas a la prensa de su país, el Presidente de Ecuador declaró que: «… en la votación de esta semana en Naciones Unidas, la instrucción al representante de Ecuador fue de abstenerse. No aceptar la posición del Gobierno ucraniano, que es la posición de Estados Unidos, ni tampoco la posición rusa. Ecuador se mantendrá en esa postura, según Correa, mientras la crisis en Crimea no se resuelva por completo y mientras Ucrania no tenga un Gobierno legítimamente elegido por el pueblo«.

Finalmente, es de recalcar que las declaraciones dadas por el representante de Costa Rica durante la discusión y votación de la resolución sobre Ucrania acaecidas el pasado 27 de marzo no pasaron desapercibidas: un influyente medio de prensa en los Estados Unidos – el New York Times – destacó de inmediato la posición del Embajador de Costa Rica, una noticia que, a su vez, fue destacada por las máximas autoridades en San José en las redes sociales (ver nota de Costa Rica Hoy).

Con esta votación, América Latina (y el hemisferio americano en general) exhiben de esta manera una posición sumamente dividida sobre este tema. Belice por su parte optó por no participar al voto, conjuntamente con otros 23 Estados miembros de Naciones Unidas. En este enlace se puede revisar el resumen de las motivaciones y explicaciones de voto de los representantes de los Estados Miembros de las Naciones Unidas (documento en inglés). El texto original (en español) de algunas de las alocuciones de los representantes de varios Estados de América Latina están disponibles: se trata de la de Costa Rica, de la posición de Guatemala, y de la externada por Nicaragua. Es de esperar que algún observatorio latinoamericano de política internacional sistematice las posiciones de los demás Estados de América Latina que tomaron la palabra (ojalá el texto integral del discurso pronunciado por su representante) de manera a poder valorar su contenido y las motivaciones de cada uno de ellos para votar de una u otra manera o abstenerse. En México (cuyo representante voto a favor de la resolución), una encuesta reciente indica que el 72 % de los mexicanos consideran que México no debió de inmiscuirse en la crisis ucraniana (ver artículo de El Excelsior, 31/03/2014).

Mapa sobre los votos obtenidos en Naciones Unidas por parte de los Estados de América Latina, realizado por el Tico Times (ver artículo).  

Aunado a las posiciones oficiales expresadas (voto a favor, en contra y abstenciones) hay que añadir que 24 Estados decidieron no hacerse presentes durante la votación (técnica del «No Show»), entre los cuáles aparece únicamente Belice por parte del hemisferio americano: entre los Estados que optaron por esta peculiar técnica, se encuentran Bosnia Herzegovina, Ghana, Guinea-Bissau, Israel, Irán, Kirguistán, Líbano, Marruecos, Omán, Serbia, Tayikistán, Timor Oriental, Turkmenistán, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, entre otros.

Se lee en un comunicado de prensa de Naciones Unidas sobre la posición de América Latina que: «La mayoría de los Estados caribeños del CARICOM se abstuvieron. La representante de San Vicente y las Granadinas, Inga Rhonda King, expresó sus razones. «Comprobamos la triste ironía de que los que más apoyaron la declaración unilateral de independencia de Kosovo ahora rechazan la decisión de Crimea. Igualmente vemos que los que le dicen a Argentina que tome nota cuidadosa de la opinión del 99% de los residentes de las Islas Malvinas, ahora deciden que no es válida la del 97% de los residentes de Crimea», dijo la embajadora«.

La sombra de Kosovo

La referencia al precedente de Kosovo del 2008 en las declaraciones de la representante de Vicente y las Granadinas (y en varias de las posiciones oficiales externadas durante la votación realizada en Nueva York el pasado 27 de marzo) no debe sorprender. Nos permitimos remitir el lector a nuestro modesto artículo sobre el tema de Crimea desde una perspectiva histórica y jurídica (artículo publicado en Tribuglobal el 19/03/2014). Vale la pena recordar que, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), solicitada en el 2008 para dar una opinión consultiva sobre la legalidad de la proclamación unilateral de independencia kosovar, España y los Estados de América Latina que presentaron sus opiniones jurídicas ante los jueces coincidieron en la ilegalidad de dicha proclamación desde la perspectiva del derecho internacional público. Los Estados de América Latina que reconocieron a Kosovo de manera prematura no sintieron necesidad alguna de hacer llegar su posición a los jueces de la CIJ.

Kosovo dio recientemente lugar a un extraño lapsus del Presidente Barack Obama, en relación a un supuesto referéndum (el cual nunca tuvo lugar) en el caso kosovar: dar lecciones de historia contemporánea reciente al Presidente de los Estados Unidos constituyó para la diplomacia rusa una oportunidad que no desaprovechó. Remitimos al lector a una interesante nota de prensa sobre este lapsus presidencial, el cual puede revelar varias cosas: ya sea el grado de conocimiento aproximativo del caso kosovar, o bien el grado de improvisación discursiva de las máximas autoridades de la diplomacia norteamericana.

Entre los Estados de la Unión Europea que votaron a favor de la resolución sobre Ucrania el pasado 27 de marzo, encontramos a España, a Grecia, y a Rumanía, los cuáles, a la fecha, no reconocen la independencia del Kosovo: este grupo de Estados exhibe de esta manera una posición consistente en ambos casos desde el punto de vista político y jurídico. Notemos que a inicios del 2014, España y los demás Estados que no reconocen a Kosovo fueron «animados» por el Parlamento de la Unión Europea a cambiar de posición (ver nota de prensa).

En relación a Estados Unidos, a la Unión Europea y a sus aliados en cuanto a la valoración distinta en el caso de Kosovo y en el de Crimea, referimos al lector a la conclusión del profesor Marcelo Kohen (Suiza), quién no dudo en escribir que: «Les contradictions en politique internationale et le mépris pour le droit international quand cela arrange les intérêts des uns ou des autres ont un prix. Les capitales occidentales sont restées désarmées face à la Russie. Pas militairement ou économiquement. Il s’agit d’un désarmement moral. A force d’ignorer les règles de base qui régissent les relations internationales en invoquant de faux arguments juridiques ou en prétendant que les actions en question «ne constituaient pas de précédents», à force de favoriser le morcellement des Etats, d’imposer une culture de la force dans les relations internationales, ceux qui prétendent représenter les valeurs démocratiques sur la scène internationale ont fini par affaiblir l’ossature du droit international et le système de sécurité collective» (Nota 2).

La reacción de Rusia

Por su parte, Rusia fustigó esta resolución (ver nota de prensa) y denunció las presiones ejercidas sobre varios Estados por Estados Unidos y la Unión Europea para que votaran a favor de esta resolución en los siguiente términos, no sin referirse también a la guerra mediática: «Se ha puesto a toda marcha lo que ha quedado de la máquina propagandística de la ‘guerra fría’ para quitar importancia a la crisis política más profunda en Ucrania y echar la culpa por la escalada de tensión a la Federación de Rusia«. A este respecto, vale la pena indicar que poco ha trascendido en los medios de prensa de habla hispana en relación a la presencia de mercenarios de la compañía privada Blackwater Worldwide en Ucrania a inicios del mes de marzo del 2009 («El 9 de marzo se ha denunciado la presencia de personal militar de la compañía privada estadounidense Blackwater Worldwide en las calles de Donetsk. A estas denuncias se le sumaron la publicación en Internet de videos donde aparecen dichos militares«: ver nota 266 de reporte de Wikipedia).

A menos de 24 horas después de votada la resolución en Nueva York, Moscú anunció su control absoluto sobre Crimea así como la devolución de armamento, de equipamiento y de los últimos mandos militares del ejército leales a Kiev a las autoridades de Ucrania (ver nota de prensa). Como anécdota, información difundida en medios de prensa refiere además al hecho que el programa militar de adiestramiento de delfines que el Ejército de Ucrania había mantenido desde el delfinario de Sebastopol volverá a manos del Ejército ruso (ver nota de prensa).

Conclusión

La profunda desunión del continente americano en la votación de esta resolución indican que las gestiones de Canadá (y muy probablemente de Estados Unidos) a nivel hemisférico (y posiblemente de Costa Rica a nivel latinoamericano) no parecieran haber sido muy fructíferas. No es la primera vez que esto ocurre en el caso de Estados Unidos y de Canadá. No obstante, el resultado obtenido le plantea a Costa Rica algunos desafíos futuros al haber asumido a inicios del 2014 la Presidencia Pro Tempore de la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (CELAC).

Es muy probable que Rusia adopte en los próximos días una serie de medidas unilaterales (bajo la forma de medidas de represalias o de retorsión) contra algunos de los Estados que aceptaron aparecer como promotores de esta iniciativa. En estos días se anuncia que el precio del gas ruso a Ucrania aumentó en un 40% (ver nota de prensa). Para suerte de Polonia y de Lituania, la época del año en que más gas ruso se consume está superada, con la venida de la primavera europea. En relación a los Estados que votaron a favor de esta resolución, recientes declaraciones del embajador de Rusia en México indican que, al menos en el caso de México, Rusia es consciente de las diferencias de criterios: «claro que tenemos tratamientos distintos y podemos tener puntos de vistas distintos sobre ciertas cosas«. Paralelamente, es posible que Rusia entable negociaciones políticas con Estados Unidos al más alto nivel en aras de encontrar una salida política a la controversia suscitada y que ha dado lugar a una escalada raramente vista entre ambos.

Nota 1: Véase nuestra modesta nota: «La consulta realizada en Crimea: breve puesta en perspectiva«, Elpais.cr, 20 de marzo del 2014. Disponible aquí.

Nota 2: Véase KOHEN. M., «L´Ukraine et le respect du droit international» articulo publicado en Le Temps, Lausanne, Suiza).

Nicolás Boeglin. Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica

——————- TEXTO COMPLETO DE LA RESOLUCIÓN APROBADA———————

Sexagésimo octavo período de sesiones

Tema 33 b) del programa

Prevención de los conflictos armados: fortalecimiento de la función de mediación en el arreglo pacífico de controversias, la prevención de conflictos y su solución

Alemania, Canadá, Costa Rica, Lituania, Polonia y Ucrania: proyecto de resolución

Integridad territorial de Ucrania 

La Asamblea General,

Reafirmando la importancia fundamental de la Carta de las Naciones Unidas en la promoción del estado de derecho entre las naciones,

Recordando las obligaciones que incumben a todos los Estados, con arreglo al Artículo 2 de la Carta, de abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado y de solucionar sus controversias internacionales por medios pacíficos,

Recordando también su resolución 2625 (XXV), de 24 de octubre de 1970, en la que aprobó la Declaración sobre los Principios de Derecho Internacional Referentes a las Relaciones de Amistad y a la Cooperación entre los Estados de Conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, y reafirmando los principios que figuran en ella de que el territorio de un Estado no será objeto de adquisición por otro Estado derivada de la amenaza o el uso de la fuerza, y que todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un Estado o país o su independencia política es incompatible con los propósitos y principios de la Carta,

Recordando además el Acta Final de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, firmada en Helsinki el 1 de agosto de 1975, el Memorando de Garantías de Seguridad en Relación con la Adhesión de Ucrania al Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, de 5 de diciembre de 1994 (Memorando de Budapest), el Tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre Ucrania y la Federación de Rusia, de 31 de mayo de 1997, y la Declaración de Alma-Ata de 21 de diciembre de 1991, A/68/L.39

Destacando la importancia de mantener un diálogo político inclusivo en Ucrania que refleje la diversidad de su sociedad y cuente con representación de todas las partes de Ucrania,

Acogiendo con beneplácito los constantes esfuerzos del Secretario General y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y otras organizaciones internacionales y regionales con miras a reducir la tensión con respecto a Ucrania,

Observando que el referendo celebrado en la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol el 16 de marzo de 2014 no contó con la autorización de Ucrania,

1. Afirma su determinación de preservar la soberanía, la independencia política, la unidad y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente;

2. Exhorta a todos los Estados a que desistan y se abstengan de cometer actos encaminados a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de Ucrania, incluidos los intentos de modificar las fronteras de Ucrania mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otros medios ilícitos;

3. Insta a todas las partes a que procuren alcanzar inmediatamente una solución pacífica para la situación en Ucrania mediante el diálogo político directo, actúen con moderación, se abstengan de adoptar medidas unilaterales y hacer declaraciones que enardezcan los ánimos y puedan aumentar las tensiones, y participen plenamente en las iniciativas internacionales de mediación;

4. Acoge con beneplácito las iniciativas de las Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y otras organizaciones internacionales y regionales para ayudar a Ucrania a proteger los derechos de todas las personas en Ucrania, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías;

5. Recalca que el referendo celebrado en la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol el 16 de marzo de 2014, al no tener validez, no puede servir de base para modificar el estatuto de la República Autónoma de Crimea o de la ciudad de Sebastopol;

6. Exhorta a todos los Estados, organizaciones internacionales y organismos especializados a que no reconozcan ninguna modificación del estatuto de la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol sobre la base del citado referendo y a que se abstengan de todo acto u operación que pudiera interpretarse como un reconocimiento de ese estatuto modificado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.