El Vaticano suspendió «a divinis» al obispo Fernando Lugo, quien en su lucha por los más pobres intenta acabar con más de sesenta años de continuismo del partido Colorado.El ahora ex obispo de la localidad de San Pedro, Fernando Lugo, suspendido ayer por el Vaticano y reducido en la jerarquía a cura, seguirá adelante en […]
El Vaticano suspendió «a divinis» al obispo Fernando Lugo, quien en su lucha por los más pobres intenta acabar con más de sesenta años de continuismo del partido Colorado.
El ahora ex obispo de la localidad de San Pedro, Fernando Lugo, suspendido ayer por el Vaticano y reducido en la jerarquía a cura, seguirá adelante en su intento de ser presidente de Paraguay a partir de 2008, e internamente espera la excomulgación para quedar habilitado por la constitución guaraní.
Lugo es hoy por hoy el candidato con más posibilidades de desbancar del poder al partido Colorado que gobierna desde que el hoy extinto dictador Alfredo Stroessner llegara al Palacio de López en 1954, y es apoyado por movimientos sociales, partidos pequeños y simples ciudadanos de a pies que formaron el partido «Tekojoja» (igualdad en lengua guaraní) para presentarse en las presidenciales del año próximo.
Zacarías Ortiz, obispo de la diócesis de Concepción y vocero de la Conferencia Episcopal, dijo anoche a los periodistas que Lugo «ya no puede oficiar misa ni actuar en nombre de la Iglesia».
Ortiz advirtió que, «como monseñor, Lugo continuó haciendo política, ahora fue suspendido pero sigue ligado a la jerarquía. Si insiste en sus actividades políticas, seguramente será excomulgado».
«Pero se debe tener en cuenta que la suspensión de Lugo ocurre en el ámbito eclesiástico y no civil: significa que como ciudadano paraguayo en uso de sus facultades puede ser candidato a jefe de Estado».
Sin embargo, para la Nunciatura el decreto de sanción de Lugo, dice que «permanece en el estado clerical y continúa estando obligado a los deberes a él inherentes, aunque suspendido en el ministerio sagrado».
Además del decreto firmado por el prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Giovanni Battista, la Nunciatura divulgó una carta enviada por el mismo prelado a Lugo a principios de enero en la que le notificaba que el Papa Benedicto XVI rechazaba su solicitud de volver al estado laico en el seno de la Iglesia.
Lugo, que estuvo a cargo de la diócesis de San Pedro, en una de las zonas rurales más pobres del país, y se define como ex obispo, ya esperaba la sanción del Vaticano, según dijo en una entrevista a la agencia Efe.
Recordó que solicitó al Papa poder volver a ser laico y que públicamente renunció a su condición clerical porque la Carta Magna paraguaya inhabilita a los religiosos de cualquier confesión a ejercer la Presidencia o la Vicepresidencia del país.
«He dado el paso necesario para que la Constitución me habilite para que yo sea candidato. Creo que la opinión que pueda dar el Vaticano, o el permiso, la negación, o la suspensión, que creo que es la más factible, no influirá en que la Constitución me habilite o no», dijo Lugo pocas horas antes de conocerse la sanción.
En tanto el presidente Nicanor Duarte Frutos aprovechó la situación de Lugo para volver a la carga por su reelección: «Me solidarizo con Lugo en este momento, porque estamos en la misma situación. Queremos ser candidatos, pero aparentemente existen pequeñas trabas jurídicas», afirmó.
En una primera reacción a la decisión del Vaticano, Pompeyo Lugo, líder del Movimiento Paraguay Posible (MPP), dijo que la suspensión no impedirá a su hermano presentarse a las elecciones del 2008.