Nacido para defender la tenencia de sus tierras, el movimiento lucha hoy contra los desalojos, el monocultivo de soja y por la Reforma Agraria. El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) con 16 años de existencia como organización representa en Argentina una de las luchas sociales más importantes y reconocidas. Y no es casual […]
Nacido para defender la tenencia de sus tierras, el movimiento lucha hoy contra los desalojos, el monocultivo de soja y por la Reforma Agraria.
El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) con 16 años de existencia como organización representa en Argentina una de las luchas sociales más importantes y reconocidas.
Y no es casual que sea en esa provincia, Santiago del Estero, históricamente se caracterizó por el conflicto de la tenencia de tierras. La lucha por la tierra y la resistencia a los primeros desalojos cuenta con años de existencia como la lucha de los campesinos de Suncho Pozo (1968) cerca de Añatuya contra la Empresa Trihue, o 12 años después con los campesinos de Los Juríes.
Los `80 y los `90 sirvieron para que muchas organizaciones surgieran y trabajaran en conjunto como la Unión de Pequeños productores del Salado Norte, la formación de Comisiones Campesinas de Pequeños Productores Ashpa Sumaj, Pequeños Productores de Figueroa, Cooperativa Agropecuaria de Quimilí, CNEPP, entre otros.
En 1990 en Quimilí se conforma el Mocase con representantes de distintas organizaciones campesinas. Asumiendo como objetivo central la lucha por las tierras y por mejorar las condiciones de vida de las familias campesinas. El problema más inmediato que tenían eran los desalojos «silenciosos», ya que las familias no tenían conocimiento sobre del derecho de la posesión veinteañal que a ellos les correspondían, y que para exigirlo o llevarlo a la justicia económicamente era costoso, además no había una organización conciente de esto.
Fue entre otras cosas el origen del Mocase, la organización para la autodefensa de los campesinos acompañado del asesoramiento legal y la defensa jurídica, teniendo conciencia de los Derechos.
Carlos Nica González forma parte del equipo Jurídico y de Derechos Humanos del Mocase. «Una comunidad es una familia, cuando desalojan a una familia ellos no se resisten, la policía tira abajo sus casas, los ranchos, los hornos, los corrales, carga sus cosas y se los llevan y dejan algunos guardias», narra Nica González. «Hasta que esa familia avisa a la Central Campesina y esa central avisa a otras centrales y se organiza la retoma que puede ser en una semana o unos días, depende de cuan alejado este el lugar».
«Los compañeros se organizan en distintos grupos y se retoma el campo sacando a los que están de guardias. Ese proceso va acompañado de un equipo jurídico del Movimiento que está haciendo una presentación en el Juzgado, además hay solidaridad internacional y de otras organizaciones y en algunos casos hay movilizaciones» hasta que la tierra se retoma porque cada familia defiende su vida.
La defensa de las tierras, como la obtención de los títulos de propiedad requiere soluciones profundas así lo plantea el representante del Mocase: «La Reforma Agraria es una política integral del movimiento campesino, no sólo se pide que se les reconozca ser dueños de las posesiones sino que tiene que ver con el servicio del Estado a nivel social, educación y salud».
«A nivel nacional -dice Nica González- no hay un instrumento legal que los contenga o los ampare para regularizar sus títulos y para que esto exista es necesario decisión política, pero depende del trabajo de las organizaciones campesinas ellas lo deben llevar adelante porque desde el gobierno nacional o provincial no van a mejorar el tema tierra, al contrario van a seguir entregando tierras como en Santiago, a los inversores sojeros, que son el sustento de este sistema económico y político».
En los `90 el furor de la soja no deja como excepción a Santiago del Estero, la provincia tiene a «favor el cambio climático y el ciclo húmedo combinado con el desarrollo de variedades genéticas de alto rendimiento con baja humedad» según investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), más la revalorización de la tierra ocasionó que esas miles de hectáreas se convirtieran en importantes potenciales de rentas a altos precios en manos de campesinos. De allí la causa de los atropellos, desalojos y desplazamientos de las familias a zonas improductivas y a pequeñas parcelas de tierras, con las promesas de títulos de propiedad estrategias de empresarios que en muchos casos ni siquiera ellos tenías dichos títulos.
La emigración como parte de ese desplazamiento es otra de las problemáticas. «Ellos (los campesinos) no quieren ir a la ciudad porque ya no hay lugar, y los lugares son cada vez más marginales, ellos no quieren ir a una villa porque simplemente tienen la posibilidad de vivir mejor en sus tierras, produciendo sus alimentos, criando sus aves, produciendo sus hortalizas, entonces no tienen necesidad de ir a una zona urbana», dice Nica.
En el 2004 la provincia de Santiago del Estero fue intervenida por el gobierno Nacional y en 2005 hubo elecciones a gobernador, ganando Gerardo Zamora . El actual gobierno provincial dice hacer hincapié en las políticas agrarias y de las tierras, algunas desde la intervención, como las Leyes de suspensión del desmonte, la puesta en funcionamiento del Programa Social Agropecuario, políticas sobre los derechos de las comunidades y campesinas.
Carlos Nica González cree que «todavía no hay participación de las organizaciones en las propuestas que el gobierno hizo, hay mucho de discurso pero nada concreto, ante los problemas reales de urgencia la participación empieza a retacearse».
«Tenemos dos escenarios: lo urgente, que son los conflictos de las causas que están abiertas y los procesos judiciales. Y lo necesario que es encontrar una solución de fondo que sea preventiva y pueda poner en caja a todos estos empresarios y a todos los que están en los negocios. Impulsar una Ley Nacional que favorezca a las comunidades campesinas es un objetivo a luchar, también es una decisión política».
El Mocase atravesó por un serio conflicto en 2003 que logró dividirlo en dos. Una de esas fracciones es el Mocase «Vía Campesina», denominado así porque forma parte del Movimiento Internacional que agrupa a miles de organizaciones campesinas de pequeños y medianos agricultores, mujeres rurales y comunidades indígenas de Asia, Africa, América y Europa. En 2005 contaba con nueve centrales campesinas que reunía aproximadamente a nueve mil campesinos, cuenta con dos radios FM en Tintina y Quimilí, lugar donde funcionará la Universidad Campesina, ambicioso proyecto de capacitación que espera funcionamiento para el futuro.
Mocase Vía Campesina se caracteriza por tener estructura descentralizada y funcionamiento horizontal y esta vinculado con otras organizaciones sociales urbanas como los movimientos de desocupados.
A pesar de las diferencias Nica afirma que «en algunos momentos cuando el conflicto es jodido hay una coordinación mínima a pesar de que es costoso, hay comunicación aunque no se compartan muchos espacios, son políticas distintas y es difícil establecer acuerdos».
El Mocase es el reflejo de la lucha del campesinado, del proceso histórico de un pueblo, que sufre avatares, conquistas, desacuerdos, solidaridad, pero sobre todo existe, produce, crece y enseña que se resiste y se lucha o al revés, simplemente por la vida, por un origen, la tierra.