Tres han sido las noticias más destacadas del cónclave capitalista del pacto de integración empresarial regional del Mercado de los Países del Sur del continente: Lula entra en Bolivia perdonando la deuda y estableciendo enormes sumas de capital, además de trabajos de infraestructura caminera y eliminación del pasaporte para circulación fronteriza, así como el firme […]
Tres han sido las noticias más destacadas del cónclave capitalista del pacto de integración empresarial regional del Mercado de los Países del Sur del continente: Lula entra en Bolivia perdonando la deuda y estableciendo enormes sumas de capital, además de trabajos de infraestructura caminera y eliminación del pasaporte para circulación fronteriza, así como el firme apoyo político a la estabilidad de Mesa y su referéndum cuestionado por las bases sociales. Fox ingresa al Mercosur y declara que se posterga el inicio del ALCA. Kirchner construirá barcos para Venezuela.
Veamos como cada una de estas medidas sirven a los intereses del capital en contra de los intereses de los pueblos.
En términos generales, hemos dicho en textos anteriores que la necesidad de estabilidad del capital y la ganancia en el ámbito regional habían llevado al empresariado y al capital internacional a apoyar las salidas progresistas ante el temor que suscita el creciente desarrollo de las formas de autoorganización y lucha autónoma de resistencia en localidades, así como la gran insatisfacción de los pueblos que llevó a derribar varios gobiernos por parte de multitudes no debidamente controladas por algún interlocutor que negociase en su nombre. Por ello el Forro de Porto Alegre con sus banderas de humanización del capitalismo venía a introducirse como cuña entre el aumento de las protestas sociales y los estados, ofreciendo a cambio de la lucha la incorporación ordenada en proyectos electorales teñidos de color rojo, rosado y hasta arco iris. Esa era una tendencia mundial destinada a apagar el eco de las protestas de Seattle, Praga y otras que mostraban que las multitudes despojadas de la tutela de los viejos partidos y sindicatos desacreditados buscaban por sus propios medios las maneras de expresarse y cambiar situaciones. El zapatismo vino a contribuir notablemente en este terreno con la práctica de la autonomía social territorial, las comunidades ecuatorianas también, los mapuche, los MTDs autónomos, las asambleas, los aymaras, comunidades campesinas, actividades barriales, etc.
El territorio, la geografía y la geopolítica del antagonismo modificaban sus formas y contenidos retirándose de las dinámicas institucionales experimentando diversas modalidades de autoorganización y resistencia, lo que fue hábilmente manipulado por los organizadores del Forro, la quinta columna capitalista de Attac y el PT, para decir que se trataba de encuentros de diversidades donde todos pueden decir lo suyo, lo que resultó una mascarada, pues los acuerdos principales seguían siendo la domesticación, el apoyo electoral a Lula, la humanización del capitalismo y el ordenamiento disciplinado de las manifestaciones callejeras en todas partes.
La invasión a Irak y otras acciones del guerrerismo sirvieron de pretexto para recrudecer las políticas de frentes populares que habían tenido su nivel más alto en el ascenso de Chávez cuyo gobierno se basa en la negación a cualquier forma de autoorganización social que no responda al Comandante, al bloque militar o al bolivarismo organizado por medio de estatutos que en nada le envidian al peor estalinismo. Luego de la victoria de Lula, Petras lo denuncia como neoliberal pero nadie le da bola, a pesar de que otros textos de él los reproducen según los intereses de las izquierdas institucionales.
Kirchner asciende al gobierno argentino en medio de intensos procesos de autoorganización, búsquedas y debates que se fraccionan de diferentes maneras sin conseguir levantar alternativas de organización social distintas que pudieran disputar mayores territorios, aunque la autoorganización territorial se expande lentamente a partir de algunas experiencias que han conseguido mantener su autonomía frente a las invitaciones de los poderes o de los aspirantes a nuevos estados. Un importante sector de la izquierda argentina entregó apoyo al presidente peronista, lo que era uno de los objetivos del discurso progresista que poco a poco fue mostrando su intención de criminalización de la protesta con desalojos y otras medidas autoritarias, al tiempo que reconvierte parte de la infraestructura industrial que permita recuperar los niveles de la ganancia contando para ello con la connivencia de otros sectores izquierdistas, algunos muy radicales en su discurso, que hicieron de la ocupación de fábricas una fórmula de crecer su militancia sin importarse que volvían plenamente al mercado y por tanto a ponerse la soga al cuello.
Con relación al encuentro del Mercado del Sur, Bolivia vivía hasta hace poco una situación de crisis que, de mantenerse, habría llevado en plazos cortos a situaciones explosivas donde las comunidades ya se estaban preparando para ejercer el control territorial de localidades, lo que fue previsto por el presidente derrocado que dejó a Mesa para conducir una salida sin ruptura a la que se sumó Evo Morales ilusionado por las palmadas en el hombro que le dieron Kirchner y Chávez. Hoy viene Lula a dar el espaldarazo al presidente, descolocando así los discursos encendidos de la COB que va a quedar entre los burócratas frentepopulistas del MAS y las autonomías locales, teniendo que tragarse su discurso troskista dogmático. Las inversiones que hará Lula en el altiplano, así como la condonación de la deuda, permitirán al gobierno boliviano y el empresariado un respiro que no veían llegar por ninguna parte atemorizados por tener que apagar un incendio tras el otro sin bastarles el apoyo de Evo al referéndum del gas, totalmente apañado y contrario a los planteamientos que había hecho la propia Coordinadora del Gas, de preguntar por la nacionalización y control popular de esa riqueza. Con el apoyo de Evo y de Lula el referéndum está ganado, pero aún queda esperar si es posible una sorpresa de parte de la población, cuyos niveles de conciencia son proporcionales a su capacidad de autoorganización y de lucha, que en la misma medida que se desinflan tienden a confundirse. Ese es el papel hoy día de Evo, confundir para erigirse en alternativa presidencial humanista después de las elecciones municipales de fin de año.
La incorporación de Fox al Mercado regional viene a demostrar que no se trataba de ninguna instancia progresista, ya que el presidente mexicano se ha caracterizado por ser incondicional de las políticas yanquis y no por oponerse a ellas. Ello indica el beneplácito imperial al mercado sureño, lo que sumado a las opiniones parlamentarias más blandas sobre las relaciones con Cuba, la revisión de las prisiones en Guantánamo y otras medidas yanquis, muestra un evidente panorama electoral de reciclaje y de fin de la época Bush para abrir camino ahora a la estabilización de lo avanzado, esto es, consolidar posiciones sin retroceder un pelo, aunque está latente la amenaza de que Al Qaeda (o la Cia) haga alguna acción desestabilizadora funcional a los halcones antes de las elecciones, que quizás resulten también en efectos como el español, donde la población se volcó a votar al partido socialista que no cambió nada más que la sonrisa. Está claro que el ALCA ya no lo comienzan en enero del 2005 como estaba programado, por lo que no es extraño que ahora surjan «políticas» contrarias correspondientes destinadas a obtener efectos mediáticos.
La construcción de barcos argentinos para Venezuela pasó de tragedia a comedia con el acto donde piqueteros emocionaron a las autoridades aplaudiendo a los gobernantes que declaraban que habría «trabajo» para miles de personas gracias al dinero del petróleo venezolano. El populismo peronista se encuentra a gusto con el populismo chavista para la reoxigenación capitalista camuflada de bienestar, el welfare state quedó pequeño al lado de estas manifestaciones humanistas de Kirchner que no vacila en enviar balas a los que luchan, para aislarlos y empujar cada vez más a sectores sociales hacia los brazos de su benefactor.
Triste, hay que reconocerlo. Hediondo sería quizás un concepto más apropiado. El papel de las izquierdas electorales queda cada vez más al desnudo y se explica mejor su desesperada oposición al desarrollo de las autonomías locales que tienen un gran crecimiento ya no sólo en Bolivia, México, Ecuador, Argentina y República Dominicana, sino también en Perú, Colombia, Guatemala, Chile y otros lugares.
Es impresionante como esa corriente de humanización que se sostiene en los gobiernos populistas no ha podido doblegar la mano de las luchas de resistencia local, pues las noticias indican que en distintas regiones esa dinámica es adoptada por los más diversos grupos sociales y comunidades. En México no fue posible mantener más el parche ideológico que ataba a las comunidades campesinas y se ha quebrado el movimiento que unía a centralistas con partidarios del desarrollo de las autonomías locales. Ello es altamente positivo, aunque mejor habría sido conseguir convencer a los de siempre que se plieguen a las nuevas formas de autoorganización social territorial de donde viene la principal fuerza de resistencia contra el capitalismo y las mejores perspectivas de continuidad estratégica. Ya está más que probado que sin esa organización autónoma de base no hay continuidad posible hacia nuevos objetivos históricos.
El fracaso de las políticas electorales y su evidente objetivo de ponerse por delante del desarrollo de las luchas sociales hacen que aumente proporcionalmente la abstención y el desarrollo de propuestas locales que consiguen aglutinar a la población en fuerzas materiales y sociales reales eficaces y consistentes, tendencia que aún está en desarrollo, no hay indicadores de estancamiento o retroceso, muy por el contrario, y nuevas imágenes de ello nos llegan de diversos lugares. Nuevas jornadas se preparan en Perú para estos días y habrá que prestar atención a como salen fortalecidas las experiencias que desarrollan capacidades de reunión y acciones protagonistas de sujetos sociales concretos territoriales desde donde viene la emancipación.