Mucho cuidado con la gente que camina. Los carteles de la nueva campaña de seguridad vial del Ayuntamiento de Bilbao van colgados de los semáforos y avisan del peligro que suponen… los transeúntes. «No caigas en la tentación. Pueden seguirte. Respeta los semáforos». En los letreros, un demonio, con tridente y cuernos, cruza con la […]
Mucho cuidado con la gente que camina. Los carteles de la nueva campaña de seguridad vial del Ayuntamiento de Bilbao van colgados de los semáforos y avisan del peligro que suponen… los transeúntes. «No caigas en la tentación. Pueden seguirte. Respeta los semáforos». En los letreros, un demonio, con tridente y cuernos, cruza con la señal en rojo. Tras él, un niño, un anciano y un ciego. El mensaje está claro: el diablo anda suelto. Y es un peatón. Alabado sea el Señor… coche.
«Dios creo el mundo, el demonio lo remodeló», predica el escritor esloveno Zarko Petan. Durante la visita a Brasil del Papa Benedicto XVI, el arzobispado de Rio de Janeiro y el banco Bradesco, uno de los más importantes del país, han lanzado Solidaridad Católica, la primera tarjeta de crédito «bendecida» por la Iglesia. «El 50% de la tasa que se paga para tener derecho a la tarjeta va directamente a las obras sociales ejecutadas por la Iglesia Católica» y «parte de las comisiones que se pagan al banco cada vez que se utiliza también se destinarán a los más necesitados», explica el Padre Alexandre Edivino, uno de los impulsores de la iniciativa.
Solidaridad Católica funciona como todas pero es única. Una tarjeta de crédito milagrosa: ¡ahorra! «Nuestro ideal es promover el uso responsable y correcto de este instrumento. La Iglesia insistirá en todo momento en que el consumismo por si mismo, el consumismo banal, debe ser frenado en la sociedad», justifica Alexandre Edivino. Dios da tarjetas a quien no quiere gastar. Alabado sea el Señor… dinero.
«Las primeras elecciones libres del cielo las ganó el diablo», insiste Zarko Petan. En la Tierra no tenemos esa suerte, el triunfo en las votaciones cae siempre del lado de los partidos políticos. Desde hace unas horas, estamos otra vez en campaña electoral. A la caza del votante, del votonto. Alabado sea el Señor… político.
«No caigas en la tentación. Pueden seguirte. Votar no cambia nada». El diablo anda suelto. Camina y bota. De alegría. Su reino no es de este mundo. Su mundo, el nuestro, no cabe en una urna.