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Por allí pasaron los dictadores del subcontinente, acusa School of Americas Watch

Las ONG de EEUU inician una campaña para que América Latina no envíe militares a la Escuela de las Américas

Fuentes: La Jornada

Encabezada por el sacerdote católico Roy Bourgeois, una delegación de la organización humanitaria School of Americas Watch (SOAW), que exige en Estados Unidos el cierre de la Escuela de las Américas, logró compromisos sustanciales en su gira por algunos países de América Latina, especialmente en Venezuela, para solicitar a los gobiernos de la región que […]

Encabezada por el sacerdote católico Roy Bourgeois, una delegación de la organización humanitaria School of Americas Watch (SOAW), que exige en Estados Unidos el cierre de la Escuela de las Américas, logró compromisos sustanciales en su gira por algunos países de América Latina, especialmente en Venezuela, para solicitar a los gobiernos de la región que no envíen militares a estudiar en esa institución «donde se entrenaron los mayores violadores de derechos humanos».

En Argentina, la ministra de Defensa Nilda Garré, quien impulsa una profunda restructuración en los programas de estudio de las fuerzas armadas, dijo a los delegados que «no sólo no enviaremos oficiales a la Escuela de las Américas, sino que es ilegal mandarlos», porque en este instituto nefasto capacitan en áreas de seguridad interna y eso está aquí prohibido a los militares.

Dijeron que Garré mencionó que sabe que hay ahora sólo un soldado en dicha escuela, y «cuando termine (sus estudios) ya no se van a mandar más militares allí».

Tanto Roy Bourgeois, uno de los fundadores de SOAW, como otros acompañantes manifestaron a La Jornada su «satisfacción» por haber logrado el año pasado una contundente respuesta del presidente Hugo Chávez, cuando sólo tres «semanas después de reunirse con nosotros, escuchándonos muy atentamente, decidió que no va a mandar militares a la Escuela de las Américas, y lo celebramos profundamente».

De la misma manera, tanto la estadunidense Liza Sullivan como el salvadoreño Carlos Mauricio, quienes trabajan con el grupo y otros organismos, narraron que «fue impactante la actitud del presidente boliviano, Evo Morales, que comenzó de inmediato a ocuparse del tema después de escuchar el informe del grupo, como así también la vicecanciller y la ministra de Defensa de Uruguay, Belela Herrera y Azucena Berrutti», respectivamente.

«Nosotros llevamos una larga lucha para lograr el cierre de la Escuela de las Américas, instituto de torturadores y asesinos, como lo tenemos registrado, y ahora hemos traído esta lucha a la región que tanto ha sufrido la tragedia de los dictadores entrenados por esa escuela. Es hora de decir nunca más y estimo que éste es el momento por lo que hemos escuchado y visto en la gira, que nos ha enriquecido mucho y nos ha dado nuevos fundamentos para nuestra lucha», dijo Bourgeois.

Se ve la satisfacción en este veterano de Vietnam, preso político durante cuatro años en Estados Unidos y expulsado de Bolivia por la dictadura de Hugo Bánzer, quien confiesa que recorrió «un largo camino hasta entender cuál era el involucramiento» de su país, con el sufrimiento de muchos pueblos del mundo, con una política exterior «que incluía este tipo de enseñanzas para torturar, matar, desaparecer, y estamos viendo precisamente el testimonio de las víctimas aquí y en otros países».

Su dolorosa experiencia como oficial naval en la guerra de Vietnam le hizo ver las mentiras de su gobierno, y los sufrimientos de los que fue testigo allí «para sus compañeros y la población vietnamita, especialmente los niños».

Después de cuatro años de «esos horrores» decidió, ya en Estados Unidos, su ingreso al seminario de la Orden de Maryknoll, que tanto protagonismo tuvo al acompañar a los pueblos centroamericanos en sus luchas y allí dejó varios mártires, como lo relatan algunos de los delegados.

Conmocionados por el encuentro con agrupaciones políticas, religiosas, humanitarias, sociales, y las experiencias que han conocido aquí, que ratifican al sacerdote el valor de la decisión de la orden a la que pertenece de servir a los pobres de América Latina, rememoró su paso por Bolivia bajo al dictadura de Hugo Bánzer, en 1971, y también habló con admiración de lo que ha encontrado ahora en ese país.

«Fui testigo de la asistencia militar y la ayuda en general que Washington enviaba a esa dictadura, y también de lo que provocaba en ese país -señaló-, las graves violaciones a los derechos humanos, las desapariciones y asesinatos. Ayudado por religiosos del lugar fui a las prisiones y luego denuncié lo que vi en el Congreso de Estados Unidos, pero al regresar a Bolivia fui arrestado, maltratado y expulsado. Esto me dio la razón para seguir en la lucha».

Las entrevistas de la delegación «resultaron en encuentros muy intensos, ya que mostraron lo que tienen documentado y hablaron de su lucha y a su vez recibieron información «que cierra ese círculo», señaló Andrés Thomas Conteris, director de programas de América Latina y el Caribe de No Violencia Internacional.

Uruguayo radicado en Estados Unidos, cuyos padres y familiares fueron víctimas de la dictadura en su país, Conteris relató que fue muy impactante «estar en Uruguay con Azucena Berrutti, quien fue la abogada defensora de mi tío y ahora es ministra de Defensa, y también la fuerte impresión que me causó el presidente Evo Morales, quien nos escuchó muy temprano; trabaja desde las 5 de la mañana todos los días y quedó estremecido comprometiéndose a atender esa situación muy rápidamente».

También visitaron la Escuela de Mecánica de la Armada y otros centros clandestinos de detención en Argentina y en los países que por ahora abarcó su gira.

«Iremos a Chile, Perú, Ecuador y Paraguay, y también al Foro de la Triple Frontera. Estamos absolutamente convencidos del valor de esta acción. Fue muy importante la visita a Venezuela, porque allí miles de soldados continúan estudiando en esa escuela, y Chávez explicó que había maniobras por las cuáles aparecía un militar invitado para ir a estudiar otros temas y terminaba en la Escuela de las Américas», dijeron

Conteris, Sullivan y Mauricio están seguros de que el paso que se ha dado va a ser de vital importancia para lograr el cierre de la Escuela de las Américas, todo un símbolo, y expresaron que es muy difícil «el momento que se está viviendo en Estados Unidos: allí pretenden acusar de terrorista a todo el que protesta».

Otros delegados mencionaron «que se advierte ya un Estado fascista que aún no puede apoderarse del sistema judicial estadunidense, y que quedan pocos resquicios para no ser precisamente un Estado definidamente fascista. No se puede esperar a que acaben con los últimos vestigios de la razón y menos que esa política de horror se vuelva como boomerang sobre el propio país, como está sucediendo».

Desde los líderes indígenas en El Alto y La Paz hasta los trabajadores, desocupados, estudiantes «y todos con los que hemos dialogado en la gira, hay una clarísima definición: por el bien de la humanidad hay que cerrar la Escuela de las Américas. Y hasta para Estados Unidos es vital cerrarla, para comenzar otra historia».

Recordaron que cuando esa escuela estaba en el canal de Panamá entrenó a los militares que enviaban las dictaduras latinoamericanas, y que la institución funciona desde mediados de siglo, «desde 1946. Formó a más de 60 mil soldados de 18 países (cerca de 4 mil eran argentinos). Hoy la mayoría viene de Colombia».