Una persona murió y otras 77 resultaron heridas en la noche del lunes durante una segunda noche de disturbios en un centro australiano de detención de inmigrantes, ubicado en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea. El fallecido era de nacionalidad iraní, según reveló el primer ministro papuano, Peter O’Neill. Entre los heridos, al […]
Una persona murió y otras 77 resultaron heridas en la noche del lunes durante una segunda noche de disturbios en un centro australiano de detención de inmigrantes, ubicado en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea. El fallecido era de nacionalidad iraní, según reveló el primer ministro papuano, Peter O’Neill.
Entre los heridos, al menos trece se encuentran es estado grave y uno de ellos en estado crítico a causa de una fractura craneal.
El motín del lunes, que enfrentó a cientos de inmigrantes con la Policía y los guardias de la empresa de seguridad G4S se produjo tras varias semanas de manifestaciones pacíficas y un día después de que 35 personas se escaparan del centro de Manus aprovechando la confusión creada por una pelea entre internos. Durante los enfrentamientos se produjeron disparos cuando, según el ministro australiano de Inmigración, Scott Morrison, los solicitantes de asilo rebasaron el perímetro externo.
Según Ian Rintoul, responsable de un grupo de defensa de los refugiados, los enfrentamientos fueron provocados por locales descontentos por la presencia de los inmigrantes, que atacaron el centro con machetes y palos. «Si los solicitantes de asilo cruzaron la valla era para huir porque temían por sus vidas», aseguró. Rintoul instó a Australia a tomar medidas ya que considera evidente que los inmigrantes no pueden vivir seguros en Manus.
Australia envía sistemáticamente a centros aislados del Pacífico a los inmigrantes que intentan entrar al país de manera irregular por vía marítima y son interceptados en altamar.
En la isla de Manus se encuentra uno de los campamentos de tránsito insulares de los que dispone Australia para internarlos durante meses y cuyas condiciones de vida -como en Nauru, también en Papúa Nueva Guinea- han sido duramente criticadas por la ONU y ONG de defensa de los derechos humanos.
Una vez asentados en Papúa Nueva Guinea para que, según Sidney, tramiten sus peticiones de asilo, los inmigrantes no tienen posibilidad de ser reasentados en Australia.
Muchos de los que llegan allí huyen de las guerras de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, o escapan de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohingya, de Birmania, o bidun, de la región del Golfo.