Se equivocan quienes piensan que la gloria de la corrupción y la estafa política pertenecen en exclusivo a la burguesía y a sus partidos políticos. Nada es tan así, y en lo que respecta a la izquierda hay mucho que contar sobre este tema. La virtud, la ética política y la moral no ritman con […]
Se equivocan quienes piensan que la gloria de la corrupción y la estafa política pertenecen en exclusivo a la burguesía y a sus partidos políticos. Nada es tan así, y en lo que respecta a la izquierda hay mucho que contar sobre este tema. La virtud, la ética política y la moral no ritman con oportunismo y falsos izquierdistas. En sus canteras han surgido organizaciones y personajes que han hecho de la demagogia y el tráfico político, una lucrativa forma de convivir con los grupos de poder y el imperialismo. Sus incendiarios discursos son simplemente cortina de humo para camuflar una conducta que tiene por único propósito colaborar con los enemigos de los oprimidos. Indistintamente se autocalifican «maoístas», «marxistas-leninistas», «libertarios», «socialistas», etc. Esta plaga ha infectado todo el campo internacional y son más activos ahí donde la lucha de clase es más aguda, o donde estallan procesos revolucionarios.
Ahora, como muestrario de esta jungla sin principios queremos ocuparnos de un grupo, no muy conocido por supuesto, que se autoproclama maoísta y que según sus organizadores estaría a punto de convertirse en la Internacional Comunista «marxista-leninista-maoísta». Se trata del grupo americano denominado MRI que escandalosamente se reclama «faro de la revolución proletaria mundial».
¿Qué es el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI)?. Este cascaron se dice la cumbre de la etapa maoísta del marxismo, y pretende ser el «embrión» de la nueva internacional comunista. Su cúpula, proviene íntegramente del Partido Comunista Revolucionario (PCR) de los Estados Unidos. Su líder es Bob Avakian; para quien no lo conoce es bueno anotar que este singular personaje proviene de los movimientos de protesta de los años 60 en los Estados Unidos. Fue militante del partido Pantera Negra, y de ahí que se considera una especie de la reencarnación de Malcom X. Este «guardia rojo» de la revolución proletaria es algo parecido a un brujo callejero que con una bola de cristal ve el futuro de la «revolución mundial». Nadie como él para repetir de paporreta frases enteras de Mao y anunciar como lo hacia Cristo en su peregrinaje (antes que lo crucifiquen) que algo nuevo vendrá a salvar el mundo y a la humanidad, «hay que prepararse para ese día», dice Avakian. Según sus feligreses Marx, Lenin y Mao quedan pequeños al lado del gran Avakian quien según ellos «ha impulsado la idea y el concepto del comunismo a un nuevo nivel; mejor dicho, ha reavivado el proyecto comunista. En aspectos importantes ha superado a Marx, Lenin y a Mao». (1).
El MRI surgió en los inicios de 1980 y su vena política fue inaugurada en un ataque de estilo policial contra los grupos armados de Europa que se desarrollaron en los primeros años de la década del 80. Salio de su anonimato absoluto traficando con la guerra popular en Perú cuando en 1984 el PCP (en un error garrafal) se adhirió a sus filas. En 1988 a la fuerza y por oportunismo (fue una exigencia del PCP) los dirigentes americanos del MRI se declararon «maoístas» (antes se decían seguidores del «pensamiento Mao Tsetung»). A partir de esta fecha, como los mitómanos que creen en sus propias mentiras, comenzaron a considerarse los creadores de la ciencia marxista y prohombres de la guerra popular en el mundo. Desde sus inicios ha empleado un ingenioso y «revolucionario» método de «dirección» que se resume en un tipo de dirección basada en llamadas telefónicas semiclandestinas, misivas vía correo normal, y suscripciones a distancia de declaraciones públicas. Algo así como cuando alguien estudia un idioma por correspondencia. La base de este novedoso sistema de dirección partidaria es un aparato telefónico, una computadora y un discurso alaracoso y repetitivo hasta el cansancio. Burocrática al cien por ciento no se conoce una dirección política de carne y hueso, ni conferencias partidarias, ni congresos o algo parecido que sirva como centro de discusión y debate colectivo propio de cualquier organización política. En el MRI se repite sin cansancio sobre el método de dirección partidaria basado en la lucha de dos líneas, pero nadie sabe como aplicarla vía teléfono, fax o Internet.
El MRI y sus dirigentes norteamericanos, ni antes ni ahora, han cumplido un rol relevante (ni teórico ni práctico) en la escena política internacional. Por el contrario, cada acto y cada accion de estos dirigentes se entrelazan con las tretas y zancadillas de los aparatos policiales de las potencias imperialistas. Son expertos en la infiltración de grupos y partidos políticos de izquierda. Se mueven en la discordia y buscan corromper a los dirigentes más próximos a sus posiciones. Nunca dan la cara y para sus ataques buscan terceras personas o tal o cual individuo que se presta a sus propósitos. Si son pescados infrantis dirán que «dije pero no dije», o que no quisieron decir lo que parece evidente. Su radio de accion no son los países ricos sino mas bien los países del tercer mundo, sobre todo donde hay movimientos de lucha armada. En Turquía lograron infiltrar varias organizaciones revolucionarias y desde su interior impulsaron la división y la lucha entre los propios comunistas turcos. En Italia, en combinación con un grupo de dudosa procedencia (Rossoperaio) inauguraron en el año 2000 un supuesto Partido Comunista Maoísta de Italia, cuyo único propósito ha sido crear confusión y bloquear el trabajo de la Comisión Provisoria del Comité Central del nuevo Partido Comunista de Italia, que viene organizando desde muchos años la vanguardia revolucionaria en este país. En Colombia amamantan un grupúsculo denominado «Guardias Rojos», que esta más cerca del delirio y de la reacción que de la revolución. Extrañamente este grupo del MRI habla de «revolución, urgente y necesaria», pero estando en Colombia no dicen absolutamente nada como piensan realizar dicha revolución en este país envuelto en una guerra civil desde hace más de tres décadas. Es conocido, que este grupo que se declara partidario del maoísmo y de la guerra popular, no tiene ningún vinculo con las masas pobres de Colombia y su posición frente al conflicto armado que vive este país esta más cerca de la policía que la del pueblo. Estos «guardias rojos», o mejor dicho guardias amarillos, fueron unos activos propagandizadores de las «cartas de paz, que en 1993 la policía peruana con la complicidad de los traidores y agentes de la dirección del Partido Comunista del Perú (PCP) elaboraron y difundieron para derrotar la revolución peruana.
El MRI y la lucha armada
La supuesta adhesión y solidaridad del MRI con la lucha armada no es por militancia revolucionaria sino más bien para sacar dividendos políticos, y sobre todo para traficar, hacer entrismo y socavar los procesos armados. Un caso especial lo constituye Perú. El MRI no aporto absolutamente nada al proceso peruano, y su participación fue exclusivamente para traficar con una revolución que ellos no habían contribuido en nada, ni en lo teórico ni en práctico. A partir de octubre de 1993, la cúpula del MRI mantuvo relaciones secretas con agentes policiales y soplones del Partido Comunista del Perú (PCP) que actuaban en el extranjero bajo el objetivo de quebrar el proceso peruano. Ahora mismo, en el 2005 no han tenido ningún escrúpulo en defender al renegado y traidor «Feliciano» o hacer campañas a favor de un Gonzalo que desde octubre 1993 dejó de estar en la orilla de la revolución. A pesar que la guerra popular peruana ha sido derrotada (a causa de la traición de sus dirigentes), la cúpula del MRI sigue diciendo, sin razón, que la lucha armada en Perú se «encuentra activa y en desarrollo». Eso es parte de un nuevo método para seguir estafando incautos en el extranjero. De otro lado, el MRI sigue diciendo que el PCP «hace parte del MRI», pero no explica si es el PCP traidor y de las «cartas de paz» que dirige Gonzalo desde la prisión o si es el PCP que dirige el «camarada Artemio» que en idéntica posición que Gonzalo aboga por una capitulación frente a los grupos de poder peruanos y el imperialismo.
En 1996 estallo la lucha armada en Nepal, y el MRI no se hizo de rogar para dar un nuevo impulso a sus tretas de entrismo en el seno de un grupo armado. Este proceso les cayó como regalo del cielo en tanto la lucha armada en Perú había comenzado su cuenta regresiva hacia la derrota. Mejor para ellos si los guerrilleros nepaleses son también tan puros maoístas como ellos. Ni un respiro de los guerrilleros nepaleses ha pasado desapercibido por la gente del MRI que han aprovechado esta lucha armada para intentar infiltrarse en los partidos revolucionarios de India, Bengladesh, Filipinas y desde ahí hacer el mismo juego de dividir y sembrar la discordia interna, y por ende debilitar el proceso revolucionario en el continente asiático.
Los resultados de esa amalgama entre maoístas nepaleses y cúpula del MRI, esta dando los mismos resultados que en Perú. La cuenta regresiva hacia la derrota se ha iniciado en Nepal y el camino directo lo constituye la propuesta de negociar la guerra popular y buscar una «solución politica a los problemas derivados de la guerra». Casualidad o ingerencia directa, lo cierto es que el MRI no deja de alentar y propagandizar una capitulación de la revolución en Nepal.
Notas:
1. Jenny Wolff, publicado en el Obrero Revolucionario (vocero del PCR). «Celebración de la autobiografía de Bob Avakian en San Francisco», organizada por el PCR americano el 29 de mayo de 2005. «Lenny Wolff, quien escribió el prefacio a la autobiografía, dijo: «Bob Avakian ha impulsado la idea y el concepto del comunismo a un nuevo nivel; mejor dicho, ha reavivado el proyecto comunista. En aspectos importantes ha superado a Marx, Lenin y a Mao. Por otra parte, muchas personas que no son comunistas, por diferentes razones, quieren que se sepa lo que él piensa; creen que su vida, ideas y punto de vista crítico son sumamente oportunos».