Recomiendo:
0

Sales y soles

Los muertos cuentan

Fuentes: Gara

La vida es una carnicería. El televisor mancha, vomita sangre, vísceras. La muerte es protagonista. Primera plana. La actualidad mata. En vivo, y en diferido. Dentro, y fuera de la pantalla. La muerte tumba a todos. A los desconocidos. A los que miramos desde casa. Mundo matadero. Irak ha sufrido este miércoles la peor jornada […]

La vida es una carnicería. El televisor mancha, vomita sangre, vísceras. La muerte es protagonista. Primera plana. La actualidad mata. En vivo, y en diferido. Dentro, y fuera de la pantalla. La muerte tumba a todos. A los desconocidos. A los que miramos desde casa.

Mundo matadero. Irak ha sufrido este miércoles la peor jornada en lo que va de año. Cinco coches bomba. Cerca de doscientas personas asesinadas. El ataque más brutal, más de un centenar de cadáveres, tuvo lugar en un mercado del centro de Bagdad. «La calle se convirtió en una piscina de sangre», relató Ahmed Hameed, un tendero de la zona. Entre los fallecidos, varios trabajadores de la construcción que adecentaban la plaza. Otro atentado, en febrero, dejó en el mismo lugar otros 135 difuntos. Un mercado de desechos humanos.

El sueño americano. Más pistolas, más vida. «El sonido de las armas es el sonido de la libertad», proclamó Jeb Bush, gobernador de Florida, durante el acto de despedida de Charltón Heston, presidente de la Asociación Nacional del Rifle. En uno de cada cuatro hogares de Estados Unidos hay un arma de fuego. Cho Seung-hui, de 23 años, estudiante de Literatura Inglesa, se cargó el lunes su vida y las de 32 compañeros. A tiros. ¡Viva la libertad!

Arqueología de la muerte. Acaban de encontrar, cerca de la capital mexicana, los esqueletos de 24 niños. Sus restos, fechados entre el año 950 y el 1150, presentan rastros de que los cuerpos fueron degollados y desmembrados. Podría tratarse de una ofrenda a Tlaloc, dios de la lluvia. Según los expertos, este descubrimiento podría cambiar la imagen que tenemos de los toltecas, un pueblo culto y pacífico. Un ejemplo a seguir.

De mayor, yo quería ser tolteca. El motivo, una frase que descubrí hace años en el Museo de Antropología de México DF. «Estos toltecas eran ciertamente sabios. Sabían dialogar con el corazón». En esas sigo. Tolteca. Conformista, como el poeta Ángel González. «Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande./ Cuando perdí la juventud quería vivir en una ciudad pequeña./ Ahora quiero vivir». Con corazón.