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Día Internacional de la Infancia

Los niños son la esperanza de que un mundo mejor sea posible

Fuentes: Rebelión

En 1956 la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños y […]


En 1956 la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños y niñas del mundo.

Muy loable esta recomendación que todos los países debían asumir para todos los días, solo que ni siquiera en este Día dedicado a los niños dejan de existir infantes que no tienen derecho a lo mínimo esencial para la vida y muchos menos para su salud psicológica, son niños sin derecho a ser felices y a vivir todas las etapas de su vida sanos física y mentalmente

Según datos de las Naciones Unidas en pleno siglo XXI más de 100 millones de niños no asisten a la escuela primaria; más de 150 millones de niños padecen de escasa nutrición y tienen bajo peso; la pobreza es sobre todo rural, de los 799 millones de personas que pasan hambre tres cuartas partes habitan en zonas rurales; la pobreza es mayor en los pueblos indígenas, aunque, según informe reciente de UNICEF, millones de niños de todo el mundo viven en ambientes urbanos, y un número creciente de ellos afrontan marginación y privaciones. Muchos de estos infantes ni siquiera están censados, por lo cual no existen en las estadísticas y son mucho más vulnerables, desequilibrio que se agrava con la aparición de los llamados barrios emergentes, donde carecen de servicios o derechos básicos, como agua potable.

A nivel mundial, según informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tercio de los niños en los países en vías de desarrollo no reciben suficientes alimentos. Un total de 150 millones de niños, señala el estudio, pueden ser definidos como desnutridos.

En pleno el siglo XXI más de 100 millones de niños no asisten a la escuela primaria; más de 150 millones de niños padecen de escasa nutrición y tienen bajo peso; la pobreza tiene cara de mujer; la pobreza es sobre todo rural, de los 799 millones de personas que pasan hambre ¾ partes habitan en zonas rurales; la pobreza es mayor en los pueblos indígenas y no es exclusiva de los países en desarrollo, En España 1/5 parte de la población (unos 8 millones de personas) viven por debajo del umbral de la pobreza y un millón de personas en pobreza extrema.

Pero la pobreza no es exclusiva de los países en desarrollo, según UNICEF en España 1/5 parte de la población (unos 8 millones de personas) viven por debajo del umbral de la pobreza y un millón de personas en pobreza extrema.

Treinta millones de niños de 35 países con economías desarrolladas viven en la pobreza, reveló un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Trece millones de infantes de los Estados miembros de la Unión Europea, más Islandia y Noruega, no tienen cubiertas las necesidades básicas para su desarrollo. Situación en la que tiene gran impacto las políticas de austeridad y de recorte de los gastos sociales en la vida de los menores.

Los datos de la investigación de esta institución confirman que demasiados niños continúan sin cubrir sus necesidades básicas en países que tienen los medios para satisfacerlas, así como que un pequeño sufre privaciones cuando carece de 14 cuestiones básicas, entre ellas tres comidas al día, un hogar tranquilo para sus labores escolares y libros para estudiar.

El director de Investigaciones de UNICEF aseveró que la no protección de los niños en medio de la actual crisis económica «es uno de los más costosos errores que la sociedad puede cometer».

Pero en un país como Cuba, asediado por un bloqueo económico, se respetan los derechos humanos y los derechos de la infancia y jóvenes, al garantizarles de forma gratuita la educación, la salud, hogar, jardines infantiles que garantizan a los padres el cuidado de sus hijos pequeños para que ellos puedan trabajar, una alimentación adecuada, un ambiente social de tranquilidad, sin niños que se vean obligados a trabajar o estén sin un hogar (o de la calle como se les denomina en otros países). Existen hogares para niños sin amparo filial que tienen las mismas garantías que el resto de los infantes, así como escuelas especializadas para niños discapacitados. Esto ha sido reconocido por la UNICEF con datos estadísticos.

En Cuba la tasa de mortalidad infantil al cerrar el 20011 era de 4,5 por cada 1000 nacidos vivos; la esperanza de vida al nacer es de 78 años; la tasa neta de matrícula en primaria 100 por ciento; tiene 1 551ancianos centenarios, lo que representa un incremento respecto al año anterior, mientras la tasa de alfabetización de jóvenes (15-24 años) es 100 por ciento. No existen analfabetos en toda la población.

A pesar de las limitaciones materiales que implican el bloqueo y la crisis económica internacional, se continúan haciendo esfuerzos para la fabricación de viviendas, mientras el agua potable se trabaja como prioridad para cubrir el 100 por ciento de las ciudades urbanas y rurales, que actualidad está en el 96%.

Otros países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, sus gobernantes tienen la voluntad de hacer más por la justicia social, aunque la situación política no es la más favorable para aplicar medidas a favor de ello, pero siguen adelante.

La pobreza se define como la carencia de lo indispensable para el sustento de la vida. Es un término comparativo utilizado para describir una situación en la que se encuentra parte de una sociedad y que se percibe como la carencia, escasez o falta de los bienes más elementales, como por ejemplo el alimento, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria (salud) y/o el agua potable. Así como los medios de obtenerlo, por ejemplo por falta de empleo, nivel de ingresos muy bajo o carencia de estos.

Las cifras de personas que carecen de lo básico para sobrevivir con un mínimo que garantice un nivel elemental de salud son altas: más de 1.000 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; 1.000 millones carecen de vivienda estimable; 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; y 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales. La FAO calculó en el 2002 que 850 millones de personas estaban mal nutridas, de los cuales 200 millones eran niños menores de cinco años. Para resumir, nada menos que el 85% de la población mundial vive en la pobreza.

Más de 100 millones de personas viven en la pobreza en los países más prósperos de América del Norte, Asia y Europa, donde existen más de 35 millones de desempleados.

Las tasas de pobreza infantil en Estados Unidos y Méjico son de más del 20 por ciento, mientras la proporción de niños viviendo en la pobreza se ha incrementado.

En América Latina, uno de cada cinco niños, entre los 5 y los 14 años, está obligado a trabajar; en África y Asia los fríos números son aún peores: uno de cada tres y, uno de cada dos niños, respectivamente, trabaja bajo formas de esclavitud y explotación sin límites.

Tres millones de niños y niñas menores de cinco años mueren al año por factores medioambientales. De ellos, 1’3 millones lo hacen a causa de la falta de agua limpia, saneamiento e higiene. Este grupo de edad supone apenas un 12% de la población mundial, pero sufre el 40% de las afecciones causadas por la degradación del entorno, según el informe elaborado por la (OMS).

En el mundo la privación económica y la explotación obligan a 250 millones de niños al trabajo. De ellos, 73 millones son menores de 10 años. 8,4 millones de niños están atrapados por la esclavitud, el tráfico de niños, la servidumbre por deudas, la prostitución, la pornografía u otras actividades ilícitas. 1,2 millones de esos niños han sido objeto de tráfico.

Los niños y las niñas experimentan la pobreza como un entorno que perjudica su desarrollo mental, físico, emocional y espiritual. Pero tiene sus causas, entre ellas la desigualdad abismal entre los pocos que mucho tienen y la inmensa mayoría que poco o nada tienen.

Si además sumamos las inversiones de las potencias económicas en armamentos con fines bélicos y la agresión al medioambiente, pues cada día serán más los niños que no logren sobrevivir a las guerras debido a la ambición de poder.

Estados Unidos junto a otros nueve países, es uno de los mayores inversores en armas. Así tendremos que en el 2011 el gasto militar mundial totalizó $1.74 millones de millones.

Preguntémonos cuánto se podría hacer con ese dinero por salvar tantas vidas de infantes, aliviarles las condiciones de vida deplorable en que viven en la mayoría de los países, lograr ver en ellos sonrisas y no llanto, que crezcan con felicidad y educarlos para que sepan defender la justicia y la verdad, que sean ellos los que luchen y trabajen por un mundo mejor, sin guerras, sin pobreza, sin que se violen los derechos de la niñez y los derechos de la humanidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.