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Reunión en La Habana

Los No Alineados vuelven a la lidia

Fuentes: Rebelión

Durante siglos la Humanidad se dividió en cristianos y paganos, luego en civilizados y salvajes, más tarde aún se escindieron en países ricos y países pobres. El descubrimiento del hambre, el hecho que tres de cada cuatro humanos estaba famélico, trajo una nueva conciencia al mundo. Así describe Pierre Jalée el nacimiento del colonialismo, y […]

Durante siglos la Humanidad se dividió en cristianos y paganos, luego en civilizados y salvajes, más tarde aún se escindieron en países ricos y países pobres. El descubrimiento del hambre, el hecho que tres de cada cuatro humanos estaba famélico, trajo una nueva conciencia al mundo. Así describe Pierre Jalée el nacimiento del colonialismo, y su rechazo, en su obra clásica «Geografía del subdesarrollo». Más tarde aún nació el concepto de Tercer Mundo para aquellos que no pertenecían a ninguno de los pactos militares: la OTAN o el Pacto de Varsovia. Hubo quien prefirió denominarlos «naciones proletarias».


Al término de la Segunda Guerra Mundial Gran Bretaña era soberana de la India, Birmania, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Unión Sudafricana, Rodesia y Botswana, entre otros. Francia regía sobre Argelia, Túnez, Marruecos y Guyana. Holanda poseía Indonesia. Solamente citamos algunos de los ejemplos más elocuentes para no hacer una lista larga y tediosa.

La nueva realidad política, tras la derrota del totalitarismo nazi fascista, condujo a la necesidad de la independencia de los pueblos coloniales, algunos de los cuales lograron liberarse tras movimientos armados de intensa violencia o grandes actos de resistencia civil. Por ello los líderes surgidos del movimiento anticolonial decidieron congregarse para adoptar algunos principios doctrinarios. Nehru, Sukarno, Nasser, Tito y Chou en Lai se reunieron en Bandung en 1955.

Tras el artículo de George Kennan, ──jefe de planeamiento político del State Department y más tarde embajador en la URSS──, publicado en julio de 1947 en la revista Foreign Affairs, donde recomendaba una política de contención de la Unión Soviética y oponerse donde quiera que fueran avanzando los movimientos progresistas o de liberación nacional, se estructuraron las bases de la Guerra Fría. Antes, en mayo del 47 el Presidente Truman había esbozado la Doctrina Truman, en igual sentido, y específicamente destinada a aplastar los movimientos liberadores en Grecia y Turquía. En ese mismo año de 1947 se adoptó el Plan Marshall para reconstruir y apoderarse de los recursos industriales de la Europa destruida por la guerra.

La creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1949 y la respuesta del bloque soviético de instaurar el Pacto de Varsovia en 1955 dividieron al mundo en dos bloques armados. A esto respondieron los países reunidos en Bandung con una serie de principios. Proclamaron el respeto a la soberanía y la integridad territorial de las naciones, la igualdad de las razas, la abstención de la interferencia en asuntos internos, y la abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva (ni la OTAN ni el pacto de Varsovia).

A esto se acompañó una «Declaración sobre los problemas de los pueblos dependientes». Reclamaron de las potencias que otorgase independencia a los pueblos coloniales, requirieron el fin de la sujeción de los pueblos al dominio extranjero por ser un obstáculo para la paz, declararon que el colonialismo era una ignominia que debía desaparecer. En 1961 el MNOAL volvió a reunirse en Belgrado y se unieron nuevos preceptos a los iniciales: rechazaron que la Guerra Fría fuese inevitable, deploraron que los bloques militares continuaran fortaleciéndose, establecieron la necesidad de eliminar la intimidación, interferencia o intervención de un Estado sobre otro, proclamaron el derecho de Cuba a elegir el sistema político y social de su conveniencia y el derecho de la República Popular China a ser el único representante legítimo del pueblo chino (y no el régimen de Taiwan) ante las Naciones Unidas. También exhortaron a no resolver por la fuerza la cuestión alemana ni el problema de Berlín.

Ya en 1955 se había derribado la Doctrina Hallstein que estipulaba que la República Federal Alemana era la única representante legítima del pueblo alemán y comenzó la Ostpolitik de Willy Brandt que patrocinaba un acercamiento al campo socialista, lo cual inició un período de distensión. Luego, otros acontecimientos como la derrota de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, la revolución islámica del Ayatola Jomeini, la fallida perestroika de Gorbachov y la demolición del campo socialista dieron otros bríos a los pueblos del Tercer Mundo en su búsqueda de la emancipación total.

Por ello la reunión que tendrá lugar en La Habana el próximo mes de septiembre puede tener una gran trascendencia en el movimiento liberador que comenzara tras la Segunda Guerra Mundial. Aún si el gran líder de la emancipación americana, el fundador de la revolución socialista de Cuba, Fidel Castro estuviere ausente debido a su proceso de resarcimiento de salud, esta congregación en La Habana puede constituir un paseo de trascendencia en la moderación de los apetitos hegemónicos de Estados Unidos y su avidez por fortalecer sus corredores de abastecimiento energético a costa de la sangre de los pueblos árabes; puede dar un renovado aliento a la nueva izquierda latinoamericana. Será, sin dudas, un acontecimiento significativo en las relaciones internacionales que experimentan transformaciones radicales en esta alborada del siglo XXI.

gotli20022yahoo.com