Varios laureados con el premio Nobel de la Paz, que asisten en Varsovia a la conferencia que les reúne cada año, abogaron hoy por reducir el gasto en armamento y aumentar a cambio los fondos destinados a educación e igualdad de oportunidades. Los participantes en el foro sobre «Voces ignoradas. Desigualdades en la Justicia Social» […]
Varios laureados con el premio Nobel de la Paz, que asisten en Varsovia a la conferencia que les reúne cada año, abogaron hoy por reducir el gasto en armamento y aumentar a cambio los fondos destinados a educación e igualdad de oportunidades.
Los participantes en el foro sobre «Voces ignoradas. Desigualdades en la Justicia Social» debatieron en qué momento comienza la responsabilidad de los ricos hacia los pobres, cómo prestar ayuda y si ese apoyo tiene que ser controlado para evitar que acabe alimentando a regímenes corruptos.
Colin Archer, secretario general de la Oficina Internacional de la Paz (IPB) que recibió el premio Nobel de la Paz en 1910 por haber «servido como enlace entre las asociaciones pacifistas de muchos países», defendió la necesidad de «cambiar nuestras prioridades».
En este contexto, recordó que el gasto en armamento es diez veces superior a la ayuda oficial que se destina a los países que la necesitan, algo que hace imposible afrontar «el reto de la desigualdad».
«Nuestra forma de ayudar es obsoleta, así no somos capaces de asistir a todos los pobres del mundo», lamentó Archer.
Jayanta Dhanapala, presidenta de la organización Pugwash, Nobel en 1995 por sus conferencias internacionales sobre ciencia y asuntos mundiales, también pidió «gastar menos dinero en armamento con el fin de construir más desarrollo para el pueblo».
«Como se observa en el mundo globalizado de hoy, existen normas pero también un doble rasero, y éste es uno de los principales problemas», añadió.
Dhanapala se refirió al informe de la ONU sobre el desarrollo humano, que también apunta a la importancia de la inversión en educación y salud, algo «importante porque el desarrollo debe centrarse en las personas, nadie puede ser dejado atrás, todos tenemos que crecer juntos y esto nos ayudará a fortalecer la democracia».
Para Shan Cretin, del American Friends Services Committee (AFSC), organización que recibió el Nobel de la Paz en 1947, el gran problema es que las «voces que piden igualdad no son escuchadas».
«Pensamos que somos privilegiados, con acceso a los conocimientos y recursos porque lo merecemos, y olvidamos que nuestra riqueza es sólo el resultado de dónde hemos nacido», recalcó.