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Intervención del Ministro de Exteriores de Cuba en la reunión preparatoria de la XV Conferencia del Movimiento de Países No Alineados. 13 de julio 2009

Los países ricos continúan apostando a la preservación de un orden internacional basado en la fuerza, la tecnología y el poder económico contra el más débil

Fuentes: Cubadebate

Excelencias, señoras y señores: Constituye para mí un alto honor inaugurar esta Reunión Ministerial, preparatoria de la XV Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados. Nos complace reunirnos en esta hermosa ciudad de Sharm El – Sheikh y creo expresar el sentir de todas las delegaciones al trasladar un merecido reconocimiento a las autoridades […]

Excelencias, señoras y señores:

Constituye para mí un alto honor inaugurar esta Reunión Ministerial, preparatoria de la XV Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados. Nos complace reunirnos en esta hermosa ciudad de Sharm El – Sheikh y creo expresar el sentir de todas las delegaciones al trasladar un merecido reconocimiento a las autoridades egipcias por las excelentes condiciones creadas para nuestro trabajo.

El Movimiento de Países No Alineados ha superado los difíciles momentos de la última década del siglo XX, cuando con el fin de la llamada Guerra Fría, se cuestionó la pertinencia de esta organización. Nuestra convicción colectiva de su necesidad estratégica frente a los graves desafíos que enfrenta la humanidad y el empeño dirigido a su revitalización, preservaron la plena vigencia de este foro de concertación, como un baluarte en la defensa de los intereses comunes de los pueblos del Sur. La solidaridad, el apego a los principios y la unidad en la lucha han sido factores clave en los resultados alcanzados.

Cuando Cuba asumió por segunda vez la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados, en septiembre de 2006, eran claras las señales de revitalización y fortalecimiento de este mecanismo de concertación política de los países en desarrollo. En estos tres últimos años, con el apoyo de todos los Estados miembros, ese proceso se ha consolidado. Llegamos a la XV Conferencia Cumbre con un Movimiento que se ha ganado una participación efectiva en el debate de varios de los problemas globales más acuciantes y con voz reconocida y respetada en los principales foros multilaterales.

Los resultados obtenidos han sido significativos, pero aún insuficientes en comparación con los retos que tenemos planteados. Nuestra decisión de trabajar unidos en defensa de los propósitos y principios fundacionales del Movimiento, confirmados y actualizados en la Declaración de La Habana adoptada por la XIV Conferencia Cumbre de La Habana, aseguró las bases de un programa estratégico de largo plazo a nuestra actividad.

Las políticas y actos de transgresión a la Carta de las Naciones Unidas y al Derecho Internacional; la injerencia de las grandes potencias contra la soberanía de nuestros Estados; las guerras que masacran civiles inocentes con el objetivo de imponer modelos políticos y arrebatar los recursos naturales a nuestros pueblos; la existencia de un injusto y expoliador orden económico internacional que ahora transfiere a los países del Sur el mayor impacto de la crisis económica global, consolida el subdesarrollo e incrementa la pobreza, el hambre y la muerte de niños, mujeres y ancianos por enfermedades prevenibles, son flagelos que constituyen razones suficientes para fortalecer las labores de nuestro Movimiento.

Los países ricos de Occidente continúan apostando a la preservación de un orden internacional que se basa en el uso de la fuerza, de la tecnología y del poder económico contra el más débil; distribuye de modo desigual la riqueza y se sustenta en patrones irracionales de consumo, destruye el medio ambiente y amenaza la vida en el planeta; que hace posible que unos pocos concentren el poder político y económico y decidan por todos nosotros.

Los gastos militares globales hoy superan ampliamente el millón de millones de dólares. Las armas nucleares, mucho más potentes en la actualidad que las que sembraron el terror y la muerte en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, todavía existen en cifra superior a las 25 000. Durante los ocho años de presidencia de George W. Bush, los gastos militares de Estados Unidos fueron los más altos en términos reales desde la Segunda Guerra Mundial.

Excelencias, señoras y señores:

Estos y otros graves desafíos amenazan el futuro de nuestras naciones. El Movimiento de Países No Alineados tiene la responsabilidad de encontrar propuestas y acordar acciones para responder efectivamente a los mismos. Ese es el mandato que nos plantean nuestros pueblos. De ello depende el ejercicio de su derecho a la libre determinación, la paz y el desarrollo.

Hemos logrado avanzar en el cumplimiento de las metas que nos hemos propuesto. El Documento Final que negociaron los Altos Funcionarios sistematiza la experiencia acumulada en los 48 años de existencia del Movimiento y establece lineamientos a nuestra actividad en el futuro inmediato, mediante el Plan de Acción adoptado por nuestros líderes en la XIV Cumbre de La Habana, en cuya ejecución se aprecia un significativo progreso.

Se ha profundizado la revitalización del Movimiento. En Nueva York, la consolidación del Buró de Coordinación es un hecho. La efectividad de sus pronunciamientos y de las acciones concretas en defensa de los intereses de sus miembros ha continuado en ascenso.

El alcance de la actividad del Movimiento se ha ampliado. El impacto de sus labores es visible en diversas sedes multilaterales internacionales como la UNESCO, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, el Organismo Internacional de la Energía Atómica, el Consejo de Derechos Humanos, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo.

La actuación del Movimiento en estos escenarios ha permitido que la voz del Sur sea escuchada y tomada en cuenta en los debates y en la adopción de decisiones en temas de prioridad para nuestros países, como la riqueza del pensamiento y la diversidad de modelos, el verdaderamente libre flujo de información, la educación, la preservación del patrimonio cultural mundial, la eliminación total de las armas de exterminio en masa, el derecho inalienable de nuestras naciones al uso pacífico de la energía nuclear, el mejoramiento de los sistemas de salud, la cooperación y el diálogo en materia de derechos humanos, entre otros.

La coordinación y concertación de posiciones entre el MNOAL y el Grupo de los 77 y China, a través del Comité de Coordinación Conjunta, continuará siendo determinante, sobre todo frente a la grave crisis económica y global que afecta de manera principal a los países del Sur, a pesar de que los responsables de la misma viven en el Norte.

Al entregar la Presidencia del Movimiento a la hermana República Árabe de Egipto, sentimos, modestamente, la satisfacción del deber cumplido. Al propio tiempo, estamos convencidos de que al Movimiento de Países No Alineados le queda mucho trabajo por realizar. Me limitaré a señalar algunos temas y acciones que, en nuestra humilde opinión deben formar parte de sus prioridades:

Consolidar el multilateralismo, la observancia estricta de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, como sustento de las relaciones internacionales y de la solución de los problemas internacionales. El rechazo al unilateralismo sigue siendo una prioridad.

Redoblar los esfuerzos para prevenir los conflictos bélicos y las controversias, haciendo uso de todos los instrumentos jurídicos y políticos disponibles en la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y la práctica del Movimiento. El Caucus NOAL del Consejo de Seguridad, cuando actúa unido dispone generalmente de inmenso poder.

Brindar todo el apoyo político a la participación de la totalidad de los países en las deliberaciones y toma de decisiones para encontrar soluciones justas y equitativas que requieren las graves crisis que afectan a la humanidad, en particular la crisis económica global y las crisis alimentaria, energética y ambiental.

Continuar exigiendo el logro de resultados concretos en el desarme nuclear, lo que incluye la negociación de un tratado multilateral jurídicamente vinculante para eliminar totalmente las armas nucleares en un plazo determinado.

Contribuir a los esfuerzos internacionales para el logro de una paz justa y duradera en la región del Medio Oriente, que pasa de manera ineludible por la solución de la cuestión de Palestina y la fundación de un Estado palestino independiente, con Jerusalén Oriental como su capital.

Acelerar el proceso de reforma de las Naciones Unidas, en particular, la democratización del Consejo de Seguridad y el fortalecimiento de la capacidad de acción de la Organización en materia económica, comercial y financiera, así como la refundación de las instituciones financieras internacionales.

Contribuir a las acciones internacionales encaminadas a mejorar los índices de salud de los países en desarrollo. En este ámbito, combatir las enfermedades que afectan especialmente a los países del Sur y las pandemias que no aparecen en la televisión pero que cada año cobran las vidas de millones de seres humanos.

Incrementar el reclamo de la cancelación de la deuda ya pagada varias veces, la transferencia de tecnología y de recursos y el cumplimiento de las promesas de Ayuda Oficial al Desarrollo; multiplicar la solidaridad y la cooperación Sur-Sur y promover la globalización de la solidaridad como vía para solucionar los problemas de desarrollo que afectan a nuestros países.

Excelencias:

Señoras y señores:

Para concluir, me complace y honra proponer a esta plenaria elegir por aclamación Presidente de esta Reunión Ministerial al Excelentísimo Señor Ahmed Aboul Gheit, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Árabe de Egipto.

Entiendo que todos estamos de acuerdo y así queda decidido.

Mis cálidas felicitaciones y mayores deseos de éxito al Canciller de Egipto.

Muchas gracias.