Traducido por Susana Merino
La presidenta interina de Kirguistán, Roza Otunbayeva, ha declarado este fin de semana el estado de emergencia en el sur de Kirguistán, luego de admitir que los pogroms étnicos de entre el 10 y el 14 de junio han dejado un saldo de 2.000 víctimas -diez veces más que las pérdidas previa y oficialmente reconocidas- Dichas pérdidas se produjeron a raíz de los ataques kirguises a la minoría uzbeka en el sur de Kirguistán, incluidas las ciudades de Osh y Jalalabad.
El lunes 17 la Agencia Humanitaria de las Naciones Unidas estimaba que alrededor de 400.000 personas, el 8% de la población de Kirguistán perdió sus hogares. Estas cifras incluyen a 300.000 refugiados dentro de Kirguistán y 100.000 personas (sin incluir niños) que se trasladaron al vecino Uzbekistán. Antes de los ataques la población de etnia uzbeka concentrada en el sur de Kirguistán llegaba a las 700.000 personas.
Muchos uzbekos habían huido hacia campos limítrofes que a lo largo de la frontera entre Kirguistán y Uzbekistán que ha vallado el gobierno uzbeco. La Cruz Roja informa de que lo que más escasea son los alimentos, el agua, los refugios y las medicinas.
Halima Otajonova, madre de dos hijos, refugiada en un centro de Khanabad, Uzbekistán, dijo a la BBC: «Necesitamos ropa y medicinas, en especial para los chicos, porque cuando huimos de nuestras casas sólo logramos escapar sin poder traer nada con nosotros. Muchos hasta lo hicimos descalzos, sin zapatos».
Paul Quinn-Judge un funcionario del «think tank» de seguridad del International Crisis Group dijo, «Vamos a seguir teniendo un creciente problema humanitario que va a afectar tanto a las comunidades kirguises como a las uzbecas en el sur de Kirguistán. Los informes sobre las comunidades uzbecas en Osh y Jalalabad son tan sangrientos que dudo de que alguien quiera regresar en el futuro cercano»
Algunos uzbecos cuando regresan a sus hogares en Osh los encuentran incendiados y derruidos.
Ole Solvang, miembro de Human Rights Wacht (HRW), dice que Osh tiene graves problemas humanitarios «Está llegando alguna ayuda a Osh» y agrega «pero no a los barrios uzbecos»
«Necesitan asistencia médica, asistencia básica. Hay heridos que necesitan tratamiento. Los alimentos también están siendo un problema para alguna gente que se mantiene en sus barrios en una especie de barricadas. El agua, el agua potable, se está convirtiendo también en un problema.
La violencia continuaba ayer en Kirguistán, debido a que los soldados kirguises estaban destruyendo las barricadas en los barrios con maquinaria pesada. Dos uzbecos resultaron muertos y 25 heridos cuando la policía realizó un raid en el pueblo de Nariman, luego de desmantelar sus barricadas.
El New York Times entrevistó a Bektemir Ergashev, un guardia kirguiz de un puesto de control en Osk, quién explicó que la violencia se desató cuando comenzaron a circular rumores de que los uzbecos habían violado a una mujer kirguiz en su propio cuarto. Y agrega el Times «Ni la policía ni los hospitales confirmaron que esto hubiera sucedido»
La violencia étnica estalló dos meses después de que cayera el régimen del presidente Kurmanbek Bakiyev luego de las masivas protestas en Bishkek, la capital, contra la corrupción gubernamental, el fuerte incremento de las tarifas en los servicios y la intervención de la fuerzas armadas kirguizes apoyando en parte a los rebeldes en un asalto al palacio presidencial y a otros edificios del Gobierno. A Bakiyev lo sucedió de forma interina Otunbayeva, una diplomática de formación soviética y fuertes vínculos con Occidente.
Bakiyev luego de su derrocamiento huyó inicialmente al sur de Kirguistán siguiendo luego a Belarus via Kazakistán. De acuerdo con los informes de prensa muchos kirguises apoyan a Bakiyev en la región así como muchos uzbecos apoyan al régimen de Otunbayeva.
Las organizaciones de derechos humanos opinan que los pogroms están vinculados a la lucha entre los que apoyan a Otunbayeva y a Bakiyev. Andrea Berg, un funcionario de campo de la HRW en Kirguistán, dijo a ABC News «Parece que cada vez más está saliendo a luz mayor información sobre que la familia del ex presidente Bakiyev, derrocado violentamente a principios de abril, está detrás de esta violencia»
Agregó luego que los pogromos tuvieron lugar con el apoyo de sectores de las fuerzas armadas aliadas a Bakiyev; «Dicha fuente me dijo… los militares kirguises abrieron fuergo indiscriminadamente en los barrios uzbecos, y además agregó que vio cómo los militares kirguises entregaban armas a grupos de kirguises y que éstos montaban en los tanques junto con los militares»
Mientras Emilbek Kaptagaev, jefe del equipo del Gobierno interino, negó que hubiera colusión entre el Gobierno y los combatientes que participaban en los pogromos contra los uzbecos, Otunbayeva afirmaba que ella no tenía el control total de las fuerzas armadas.
Otunbayeva se resiste a aceptar los pedidos de postergación de un referendo constitucional programado para el 26 de junio, destinado a otorgar bases legales a su Gobierno. Sin embargo la agencia Xinhua informó ayer de que Otunbayeva ha introducido algunas reformas que permitirían cancelar el referendo si se mantiene el estado de emergencia.
Edil Baisalov, el anterior jefe del equipo de Otunbayeva, dijo al Financial Times que era «inmoral» y «miope» realizar un referendo en las actuales circuntancias.
El oficial de la OSCE* Rustam Akhmatakhunov dijo al Financial Times, «El resultado del referendo será un cataclismo. Todo el mundo sabe que éste es un Gobierno temporal. Nadie sabe cuál va a ser el próximo.»
La secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, y el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Sergei Lavrov, discutieron telefónicamente el domingo sobre Kirguistán. De acuerdo con el portavoz del Departamento de Estado Philip Crowley «los Ministros estuvieron de acuerdo en que la cuestión del futuro referendo es un asunto de decisión soberana de Kyrguistán y también estuvieron de acuerdo en alentar a las autoridades de Kyrguistán a proceder de acuerdo con las normas internacionales con la supervisión de la OSCE y otras»
La tragedia de Kirguistán es, en primer lugar, producto de la disolución de la URSS armada por la burocracia de Stalin en 1991 con la aprobación del imperialismo occidental y la existente guerra colonial en Afganistán y en Pakistán La primera tensión entre Kirguiz y Uzbek se produjo en 1990, debido a elementos nacionalistas dentro del sistema burocrático soviético que alimentó rivalidades étnicas en el Asia Central soviética. Los disturbios en el verano de 1990 dejaron más de 200 muertos.
Cuando colapsó la economía kirguiz luego de la restauración del capitalismo, alrededor de 200.000 eslavos y 50.000 alemanes originarios dejaron Kirguistán. El ingreso per cápita cayó un 50% cuando en el área estalinista central se establecieron las fronteras nacionales y las divisas, cayeron las empresas estatales e implosionaron la industria y el comercio de la región. La economía kirguiz creció desde entonces gracias a las remesas de sus habitantes desde los países a los que fueron a trabajar y debido a que creció su papel de lugar de tránsito de los opiáceos cultivados en Afganistán ocupado por los EEUU y dirigidos a Europa y Rusia.
Demasiado pobre para mantener un gran ejército, el país dependía del ejército ruso hasta 1999 y aún existen bases militares rusas, Después de los ataques del 11 de setiembre, Kirguistán tuvo también que aceptar el «leasing» de una base aérea de los EEUU en Manas, el elemento más importante en la red de suministros para sus fuerzas de ocupación en Afganistán.
Bakiyev llegó al poder en 2005, después de que fracasara la «Revolución de los tulipanes» en medio de masivas protestas. Su familia, y especialmente su hijo Máximo, se beneficiaron enormemente con los contratos pagados por los EEUU por los servicios prestados en su base aérea de Manas. La situación de Kirguistán era ignorada por los medios occidentales y oficiales. En los momentos en los que, en el pasado julio Bakisyev era reelegido un analista de la Universidad John Hopkins de Asia Central-Caucaso escribió: «El tema de la posible aparición de protestas apenas parece ser un dolor de cabeza para el gobierno… La población muestra una apatía general hacia la política, estimulada por la debilidad de la oposición y cimentada por la creciente conciencia de que Bakiyev, no como su predecesor, está dispuesto a defender su Gobierno por medio de medidas duras». La publicación concluye con que Bakiyev era «de lejos la mejor elección».
Bakiyev aparecía, en síntesis, como un aceptable aliado de la OTAN en Asia Central -una región cada vez más vital para la ocupación afgana por su ubicación en las florecientes rutas comerciales entre China, Rusia y Medio oriente- La situación actual intensifica los temores de que pueda derivar en un conflicto mayor si los grandes poderes intervienen en Kirguistán.
Durante la peor parte de los recientes pogromos, Otunbayeva pidió a Rusia que le mandara tropas de paz. Mientras «la situación del sur de Kirguistán se halla próxima a una catástrofe humanitaria» el presidente ruso Dmitri Medvedev rechazó su pedido el 18 de junio.
«Nuestros socios kirguizes, recién ahora han recordado su pedido, porque en esencia ello pueden resolver esta situación por sí mismos. Se trata de un problema interno. Espero que sean capaces de lograrlo» dijo. Sin embargo existen especulaciones sobre cuándo y en qué condiciones intervendría Rusia con el respaldo de la OSCE.
Mientras los EEUU están preparados para ofrecerles sólo ayuda humanitaria, el régimen de Kirguiz está presionándolos para que les ofrezcan un apoyo mayor. Washington opera una base aérea en el país, indispensable para la continuidad de su guerra en Afganistán. El gobierno de Otunbayeva ha amenazado con revocar el alquiler de la base de Manas si la administración Obama no ejerce su autoridad para conseguir que Londres extradite a Maxim Bakiyev el hijo del ex presidente y el personaje de mayor poder, actualmente detenido en el Reino Unido por los servicios secretos de Gran Bretaña
Fuente: ww.uruknet.info/?p=m67268&hd=&size=1&l=e
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