Desde las fábricas también se libra la lucha a favor de que «Irak sea reconstruido por los iraquíes», como dijo el líder sindical Hassan Juma’a. Lejos de mejorar, las condiciones laborales en Irak han empeorado desde la ocupación y el desempleo se ha incrementado. Los obreros iraquíes se organizan cada vez más y exigen tener […]
Desde las fábricas también se libra la lucha a favor de que «Irak sea reconstruido por los iraquíes», como dijo el líder sindical Hassan Juma’a.
Lejos de mejorar, las condiciones laborales en Irak han empeorado desde la ocupación y el desempleo se ha incrementado. Los obreros iraquíes se organizan cada vez más y exigen tener voz en el futuro de sus lugares de empleo.
El pasado 19 de septiembre, la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) publicó la Orden 39, que permite 100% de propiedad extranjera de los negocios, excepto la industria petrolera, y la repatriación de las ganancias.
Los trabajadores temen que la privatización provo que la pérdida de miles de empleos, en un país en el que el desempleo está entre 50 y 70%.
En la refinería petrolera Al Daura, los trabajadores exigen mejores salarios -el año pasado, el salario base industrial fue reducido por las autoridades de la ocupación de 60 a 40 dólares al mes. (Los bajos salarios se usan para atraer inversionistas extranjeros.)
También demandan jornadas más cortas -los obreros en la refinería muchas veces trabajan turnos de 11 a 13 horas sin pago adicional.
Las autoridades estadunidenses, y ahora el gobierno «independiente», continúan haciendo cumplir una ley de 1987 que prohíbe los sindicatos en empresas estatales. Los líderes obreros son arrestados y las federaciones sindicales expulsadas de sus oficinas.
El nuevo movimiento laboral iraquí está empeñado en parar la privatización de sus lugares de trabajo, la pérdida de empleos y la prohibición de los sindicatos y las huelgas.
Basra ha tenido tres huelgas generales desde que comenzó la ocupación. En la South Oil Company, los trabajadores echaron al personal extranjero de Halliburton.
Samir Hanoon, vicepresidente de la Federación Iraquí de Sindicatos en Basra, advirtió que si no se levanta la prohibición a los sindicatos emprenderán otras acciones -protestas, manifestaciones y cierres. Pero hasta ahora la advertencia no ha sido escuchada por las nuevas autoridades de Bagdad.
(Con información de David Bacon)