Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los talibanes han negado su responsabilidad en las bombas que estallaron en la ciudad afgana de Kandahar y que provocaron la muerte de al menos de 43 personas.
Hubo también alrededor de 65 heridos en el ataque perpetrado en el exterior de un salón de banquetes de boda, en la zona sur de la ciudad, poco después de que se rompiera el ayuno por la festividad del Ramadán.
» Negamos toda responsabilidad y condenamos este ataque en el que han muerto civiles inocentes», dijo Qari Yusef Ahmadi, un portavoz talibán, en un mensaje enviado a la agencia de noticias The Associated Press el pasado miércoles.
La explosión del martes fue causada por un artefacto explotado por control remoto que había sido colocado en un camión, según declaró el ministerio afgano del interior.
Los trabajadores de rescate han continuado sacando a heridos de entre los escombros de los edificios arrasados por la explosión.
«Todavía hay gente atrapada bajo los edficios y estamos intentando rescatarles», dijo Mohammad Darwish, uno de los trabajadores.
James Bays, el corresponsal de Al Jazeera en Kabul dijo: «Se han cambiado los acuerdos sobre seguridad, al menos temporalmente, en la ciudad más importante del turbulento sur de Afganistán. El ejército afgano está tomando el control… va a ser quien se ocupe principalmente de la seguridad en la ciudad de Kandahar… eso muestra lo preocupados que están».
Ira y conmoción
Zeina Khodr, de Al Jazeera , al informar desde el escenario de la explosión, dijo: «Ha ocurrido en una de las calles principales de la ciudad y lo único que alcanza a verse es destrucción, casas y tiendas destruidas. La gente se está reuniendo alrededor del cordón policial… y dicen que no creen que los talibanes estén detrás de este ataque. Señalan con el dedo a los estadounidenses y a los pakistaníes. La gente está muy indignada y conmocionada. Están acostumbrados a las bombas, pero no a esta escala».
La bomba explotó cerca de una pensión, en el cuartel general de la inteligencia de la provincia de Kandahar y a sólo 800 metros de las oficinas locales de Naciones Unidas.
«El equipo esá bien, todo el mundo está a salvo», dijo Samad Jaidarov, el director de la misión de asistencia de Naciones Unidas en Afganistán.
» Nuestras oficinas, nuestras casas, son seguras… Por desgracia, la seguridad no es tan buena en Kandahar».
Orden de investigar
Hamid Karzai, el presidente afgano, ha ordenado una investigación a fondo del suceso y pidió a los oficiales de la seguridad que «arresten a los responsables tan pronto como sea posible», manifestaron desde su oficina.
Kandahar es la ciudad más grande del sur de Afganistán, una zona donde los combatientes talibanes que luchan contra el gobierno apoyado por Occidente siguen teniendo su bastión.
La ciudad fue el centro de poder del anterior gobierno talibán, derrocado en 2001 por las tropas dirigidas por EEUU y sustituido con la administración de Karzai apoyada por Occidente.
En las última semanas, los talibanes han lanzando numerosos ataques en una sangrienta cuenta atrás para las elecciones de la pasada semana, la segunda vez en la historia de Afganistán en la que su pueblo, asolado por décadas de guerra, votaba para elegir presidente.
También el miércoles, Qari Jihangir, cabeza del departamento de justicia de la provincia de Kunduz, murió asesinado en una explosión, según declaró uno de los jefes de la policía regional.
«Colocaron la bomba en su coche. Estamos investigando los hechos».
En las provincias de Khost y Logar se han perpetrado también ataques mediante bombas colocadas a los lados de la carretera, con un resultado de cinco muertos, dos soldados afganos entre ellos.
Enlace con texto original:
http://english.aljazeera.net/news/asia/2009/08/2009826739225330.html