El 17 de agosto, en un histórico encuentro, grupos de la sociedad civil del norte y del sur se reunieron con representantes de los gobiernos de Bolivia y Noruega en el Ministerio del Agua en Bolivia para dar un paso más en la lucha internacional por el derecho al agua y comprometer a ambos gobiernos […]
El 17 de agosto, en un histórico encuentro, grupos de la sociedad civil del norte y del sur se reunieron con representantes de los gobiernos de Bolivia y Noruega en el Ministerio del Agua en Bolivia para dar un paso más en la lucha internacional por el derecho al agua y comprometer a ambos gobiernos en una mayor colaboración entre ambos países.
Los activistas del agua, Oscar Olivera de Bolivia y Maude Barlow de Canadá se reunieron con el Ministro de Agua boliviano, Abel Mamani y el Ministro Noruego de Desarrollo Sostenible y Cooperación, Erik Solheim, en La Paz para discutir oportunidades para unir esfuerzos.
«Estamos contentos de trabajar con ambos gobiernos y con el movimiento global del agua para asegurar el acceso humano a este recurso,» dijo Olivera, portavoz de la Coordinadora del Agua. «La victoria contra la privatización del agua en Bolivia es una victoria de la gente. Estamos hablando de que sea el público, la gente, quien tenga el control sobre el agua. Esta es una lucha internacional, y con estos nuevos aliados, nuestras voces no podrán ser ignoradas.» Alrededor del mundo, 1.2 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Cada año cerca de 2 millones de personas, la mayoría de ellos niños, mueren de enfermedades prevenibles como la diarrea a través del agua no tratada . La crisis es creciente, y sin un esfuerzo internacional concertado e inmediato, continuara creciendo a la par de la privatización y mercantilización violando el derecho de las personas al agua.
El Comentario General No15 del Comité de la ONU sobre Derechos Culturales, Económicos y Sociales es claro cuando dice que el agua debe ser tratada como un bien cultural y social y no como bien económico . En esta oportunidad, los gobiernos de Bolivia y Noruega tuvieron un histórico encuentro para discutir junto con otros aliados como avanzar hacia un objetivo común y contra la resistencia de las grandes corporaciones y algunos gobiernos.
Este nuevo avance internacional por el derecho al agua es resultado de una serie de victorias de la sociedad civil contra la privatización del agua que atrajeron atención internacional en Cochabamba, Bolivia . Como una condición para un préstamo del Banco Mundial, el sistema de agua de esta ciudad fue privatizado en 1999. Después de un incremento en las tarifas y masivas movilizaciones de la población, el sistema de agua volvió a manos públicas. Seis años después, este problema ha atraído la atención mundial mientras luchas similares proliferan alrededor del mundo para revertir la privatización de los sistemas de agua
«Este es un momento histórico para la cooperación Norte-Sur en el área del derecho del agua,» dijo Andrew Preston, director del International Association for Water Studies (FIVAS) en Noruega y co-autor del reporte La privatización del agua: ¿las Asociaciones Publico-Privadas dan agua a los pobres? «Primero construimos puentes entre los movimientos sociales de todo el mundo. Ahora nos estamos conectando con nuestros gobiernos quienes pueden llevar nuestra lucha a las Naciones Unidas e impulsar a otros países para reconocer el agua como un derecho. Pertenece a la gente, no a las corporaciones.» Un plan de acción para la cooperación, lanzado por el Ministro de Asuntos Exteriores de Noruega en junio de este año, dice: «trabajaremos para asegurar el derecho al agua para todos y promover la idea del agua como un bien común.» La plataforma política del gobierno, conocida como la Declaración Soria-Moria, también dice claramente que no se proveerá ninguna ayuda o alivio de la deuda que imponga como condición la privatización.
«Ha llegado el momento para el derecho al agua,» dijo Barlow, la Directora Nacional del Consejo de Canadienses y Co-fundadora del Proyecto Planeta Azul. «Necesitamos trabajar con gobiernos como el de Bolivia y Noruega. Estoy avergonzada por la inmoral negativa del derecho al agua por mi propio gobierno en el Canadá, y prometo seguir luchando por el agua alrededor del mundo. Juntos debemos hacer del derecho al agua una realidad, legalmente aplicable, y con obligatoriedad. El agua del planeta esta en riesgo. No podemos dejar pasar mas tiempo.»