La cumbre de las Américas que se reunirá en Mar del Plata durante los días 4 y 5 de noviembre, se convoca bajo la consigna «crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática». Pero está claro que nada de eso se logrará a partir de un encuentro orientado por la política imperial […]
La cumbre de las Américas que se reunirá en Mar del Plata durante los días 4 y 5 de noviembre, se convoca bajo la consigna «crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática». Pero está claro que nada de eso se logrará a partir de un encuentro orientado por la política imperial de los EEUU, con la presencia de 34 presidentes, casi todos expresión sumisa de esas políticas en sus países. Por la presencia de Bush, además, la ciudad estará tomada por 10.000 efectivos de seguridad y controlada por tierra, aire y mar.
En el léxico del gobierno norteamericano, animador principal de estas cumbres, las palabras «democracia» y «erradicar la pobreza» tienen un significado muy particular. Se calcula que con lo que costó la guerra de Irak hasta ahora, se hubiese podido garantizar los estudios de todos los jóvenes del mundo que no van a la escuela, unos 115 millones en todo el planeta. Con sólo el precio de un misil se podrían construir alrededor de 100 escuelas en cualquier país de África, Asia o América Latina.
Bush llama democracia al genocidio que está implementando en su última aventura militar: casi 30.000 muertos en una invasión sostenida sobre la mentira de las armas de destrucción masiva. Es la democracia que el ejército norteamericano impuso en las cárceles de Abu Ghraib, con los presos encapuchados y con cables eléctricos atados a los dedos.
Lo mismo sucede con el trabajo y la pobreza. Luego de la invasión, Halliburton -la empresa del vicepresidente norteamericano Dick Cheney- realizó contratos en Irak valorados en 10 mil setecientos millones de dólares, pero éstos pueden llegar a los 18 mil millones según diversas fuentes. Mientras tanto, en el país invadido el problema de la vivienda se multiplicó: hoy faltan dos millones y medio de hogares.
América Latina ya no queda tan lejos de Irak. El nuestro es un continente con más de 530 millones de habitantes, con un 35% de la población por debajo de la línea de pobreza y un desempleo urbano que supera en promedio el 14.1%. Por estas tierras, los misiles fueron reemplazados por los no menos mortíferos planes económicos diseñados para extraer las riquezas y expandir la miseria, acompañados de las extorsiones permanentes de los organismos internacionales de crédito.
Uno de los proyectos para los que se creó esta Cumbre es impulsar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que busca crear un mercado común desde Alaska a Tierra del Fuego, convirtiendo al continente en una gran cantera de mano de obra barata y un mercado cautivo donde colocar la producción de las multinacionales, además de concebir a nuestros países como una inmensa reserva de recursos naturales a disposición de los intereses del gran país del norte. La puesta en práctica del ALCA implicaría la profundización de los planes económicos y políticos que venimos soportando en las últimas décadas.
No sería la primera vez que en nombre de la ‘cooperación internacional’ y la ‘lucha contra el narcotráfico y el terrrorismo’, el gobierno de Estados Unidos intente controlar los recursos naturales de una región. Si en Irak o Afganistan el objetivo es el petróleo, en el cono sur el botín es el Acuífero Guaraní, la reserva de agua dulce más grande del mundo. Eso sin descartar, claro, la presencia militar en medio de un continente donde crecientes expresiones populares antiimperialistas preocupan a los estrategas del Pentágono. En Paraguay, semanas atrás, anunciaron el arribo de 400 marines con inmunidad diplomática, acantonados en el pequeño pueblo fronterizo de Estigarribia, en el que construyeron una pista aérea internacional.
La vida cotidiana en nuestros pueblos latinoamericanos es una muestra cabal de las consecuencias de la dominación del norte sobre el sur, y de la subordinación de la casi totalidad de los gobiernos latinoamericanos a esas políticas.
Sólo la resistencia de los pueblos le viene poniendo freno estos planes: las rebeliones de los últimos años en Bolivia, Argentina, Ecuador o Méjico, el proceso de cambio abierto en Venezuela, son algunos de los ejemplos que muestran cómo las movilizaciones populares han desafiado a la voracidad del imperio.
La cumbre de las Américas en Mar del Plata será un episodio más de esta ‘guerra global’ del gobierno norteamericano contra nuestros pueblos. Además de la presencia insultante de Bush, otras decenas de presidentes se mostrarán sumisos a sus dictados destructores. Tal vez el presidente Kirchner busque mostrarse independiente en el discurso, aunque en los hechos se cuida de ser muy prolijo a la hora de congraciarse con los intereses del gobierno norteamericano. Sólo Chávez, como lo viene haciendo, podrá salirse de la lógica de sumisión y despertar expectativas en quienes honestamente esperen algún gesto de dignidad en la Cumbre.
Nos proponemos cumplir un papel simple pero necesario: sistematizar y difundir toda la información relacionada con la Cumbre de las Américas y la resistencia que los pueblos le opondrán. Iremos difundiendo todo lo que se genere en las semanas previas, y haremos una cobertura, minuto a minuto, una vez que empiece: con corresponsales en la propia Cumbre de presidentes, también en la Cumbre de los pueblos, y especialmente en las movilizaciones y acciones de repudio.
Este es el pequeño aporte que quienes integramos Prensa De Frente, junto a periodistas y reporteros gráficos independientes, queremos hacer desde el campo de la comunicación.