Sustentado en las tradiciones pedagógicas cubanas, el método de alfabetización Yo, sí puedo va más allá de enseñar a leer y escribir a los iletrados, pues intenta adentrarlos en su progresiva superación cultural. Aplicado con éxito en una veintena de naciones empobrecidas de América Latina, África y Oceanía, el programa tuvo como principal antecedente la […]
Sustentado en las tradiciones pedagógicas cubanas, el método de alfabetización Yo, sí puedo va más allá de enseñar a leer y escribir a los iletrados, pues intenta adentrarlos en su progresiva superación cultural.
Aplicado con éxito en una veintena de naciones empobrecidas de América Latina, África y Oceanía, el programa tuvo como principal antecedente la aplicación en 1999, de la alfabetización por radio en Haití.
El proyecto surgió por la necesidad de luchar contra ese flagelo que afecta a unos 870 millones de iletrados, la mitad de ellos mujeres, a lo que se suma la presencia de 113 millones de niños que no asisten a la escuela.
Con más de dos millones de alfabetizados en el mundo, Yo, sí puedo está basado en experiencias locales.
cuando el país caribeño tuvo que enseñar a leer y escribir a cientos de miles de cubanos, afirmó Jaime Canfux, uno de sus creadores.
Si hoy podemos hablar de los índices de escolaridad, lo debemos al establecimiento de la educación de adultos hace 45 años, expuso Canfux tras destaca)- el legado de Raúl Ferrer, maestro rural durante muchos años y uno de los dirigentes en 1961 de la campaña de alfabetización en la isla.
Con el reconocimiento de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Yo, sí puedo cuenta con 12 versiones idiomáticas.
Además de las conocidas en español, francés, inglés y portugués, el proyecto desarrolló recientemente variantes de lectura y escritura en aymará y quechua dirigidas a los indígenas de Bolivia, país que planea declararse libre de analfabetismo, en agosto venidero.
Premio de la UNESCO
Ante sus resultados, la UNESCO le ha entregado en dos ocasiones el Premio de Alfabetización Rey Sejong -la más reciente el año pasado- por contribuir a mejorar los niveles educativos en el mundo.
Países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y. Nueva Zelanda han recibido los beneficios del método que ha tenido como uno de sus principales entusiastas al presidente Fidel Castro.
Con su primera prueba de fuego en Venezuela cuando en 2004 logró alfabetizar a casi un millón y medio de personas, el programa utiliza modernas tecnologías audiovisuales que apoyan el trabajo de facilitadores, capacitados por expertos cubanos.
Bajo este método estudian actualmente 318 mil personas en Bolivia, de un total de un millón 200 mil letrados, de los cuales ya se graduaron 76 mil con asesoría venezolana.
El proyecto tiene múltiples variantes que se adaptan a las condiciones materiales donde se aplica, pues puede utilizar la televisión y el video, o la radio en aquellos lugares donde no hay servicio eléctrico.
Incluso, Cuba ha donado varias decenas de paneles solares para contar, con la energía suficiente en aquellas zonas rurales donde se ha aplicado el método, como en Bolivia.
César Torres, rector del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC), con sede en Cuba, señaló que recientemente rubricaron otros convenios con alcaldías, gobernaciones y asociaciones de maestros para desarrollar la educación con ayuda de la Isla.
El directivo manifestó que esperan terminar 2007 con la aplicación del método en 25 países, mientras preparan las condiciones para su puesta en marcha en ocho naciones africanas.
Rapidez y efectividad en el aprendizaje
Por su rapidez -de siete a 10 semanas- y efectividad el Yo, sí puedo es actualmente el más aplicado en el mundo, afirmó Torres tras acotar que más de dos millones de personas dejaron de ser iletradas gracias al proyecto desarrollado por un colectivo de la institución.
Torres puso el énfasis en que una persona alfabetizada si no se somete a sesiones de seguimiento pudiera convertirse en iletrada a los dos años.
Para tal fin la colaboración cubana también toma en cuenta proyectos de mejoramiento de la calidad de la educación, así como acciones encaminadas a la superación, capacitación y utilización de la educación a distancia.
Nora Isaac, asesora del IPLAC, señaló que Yo, sí puedo supera lo meramente académico, pues tiene una acción de transformación e integración sociales.
Además, otorga facilidades para la interacción de sus egresados y las posibilidades de enfrentar con éxito la vida en sociedad, continuó la especialista.
Con la experiencia práctica de más de dos años en la aplicación del método en comunidades peruanas, Isaac manifestó que la gran flexibilidad del programa cubano posibilita la contextualización de los contenidos impartidos.
Ello favorece, añadió, la inclusión de temas necesarios que permitan, junto con el proceso de alfabetización, la elevación de la calidad de vida de los participantes y su integración socio-cultural.
Tal facilidad, aseveró la docente con 27 años en la educación de adultos, permite enfrentar los retos de las sociedades modernas a los más de dos millones de personas que dejaron de ser iletrados con el método.
En definitiva Yo, si puedo va mas allá de la alfabetización, porque sin intervenir en los asuntos internos de las naciones donde se aplica, le ofrece a los beneficiados herramientas necesarias para luchar por un mundo mejor, subrayó.