Más de un millón de personas participaron en manifestaciones masivas en Estambul apoyando el secularismo y la democracia en el marco de las elecciones presidenciales turcas. Cientos de miles de personas se manifestaron en Estambul contra el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en contra de la Sharia y a favor […]
Más de un millón de personas participaron en manifestaciones masivas en Estambul apoyando el secularismo y la democracia en el marco de las elecciones presidenciales turcas.
Cientos de miles de personas se manifestaron en Estambul contra el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en contra de la Sharia y a favor de un Estado laico en Turquía.
Los manifestantes provenían de todo el país y mostraron su rechazo contra una creciente islamización de Turquía. Los manifestantes, entre los que había muchas mujeres seculares, exigieron la renuncia del gobierno islamista del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan y el AKP, y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
‘Turquía es secular y lo seguirá siendo’
Los manifestantes elogiaron al Ejército y dijeron que el ministro de Relaciones Exteriores, Abdullah Gul, y el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, son una amenaza para el sistema laico que separa religión y Estado. Muchos laicos están preocupados por el pasado islámico de Gul y por el hecho de que su esposa lleve un velo musulmán, que está prohibido en universidades y oficinas públicas.
La protesta, considerada por varios analistas locales, como una de las más grandes de la historia de este país, transcurrió sin incidentes violentos, lo que a su vez fue interpretado como una señal de madurez democrática en el país.
Los islamistas moderados intentan instalar al ministro de Exteriores, Abdullah Gul, en la jefatura del Estado. El propio Erdogan, que también tenía ambiciones presidenciales, dio finalmente un paso atrás después de celebrarse otra manifestación masiva en su contra, ésta en Ankara, hace dos semanas.
En la primera vuelta de las elecciones en el Parlamento, Gul no logró la mayoría necesaria, lo que era de esperar porque se requería el voto de dos terceras partes de los 550 diputados.
Los partidos de la oposición exigen al AKP retirar la candidatura de Gul y convocar elecciones parlamentarias, lo que el propio ministro de Exteriores rechazó este domingo.
Madurez democrática
El Ejército turco lanzó el viernes pasado una severa advertencia al gobierno al recordar que es ‘un incondicional defensor del secularismo’, lo que es visto por muchos como una amenaza golpista.
El Gobierno turco reaccionó con firmeza a las palabras de los militares, cuyo último golpe de Estado fue llevado a cabo en 1980, y recordó que el Estado Mayor está supeditado al primer ministro.
Abdullah Gul, un diplomático bien conocido entre los líderes de la UE y al que los mercados consideran una persona fiable, no se rinde. Pese a las protestas y a la amenaza del Ejército de intervenir en la designación aseveró que permanecerá como el candidato del partido gobernante para convertirse en jefe de Estado.
‘Mi candidatura fue el resultado de un largo proceso de consultas. Retirarla está fuera de cualquier discusión’, dijo en declaraciones a la prensa en la capital turca.
El principal partido de la oposición, el Partido Popular Republicano (CHP), recurrió la primera ronda electoral alegando que el proceso se inició con la presencia de menos de dos tercios de los diputados en la Cámara.
En ese sentido, Gül señaló que la Corte ‘tomará una decisión correcta, que todos vamos a respetar’. Se espera que la Corte se pronuncie antes del próximo día 2, para cuando está prevista la segunda ronda de las elecciones presidenciales en el Parlamento.