NUEVA YORK, sep (IPS) – Organizaciones humanitarias y agencias de la ONU alertan sobre la vulnerabilidad de mujeres embarazadas y bebés en las zonas de Pakistán afectadas por las inundaciones. El desastre humanitario causado por el monzón en agosto afectó a casi 18 millones de personas, 1.600 de las cuales murieron, según estimaciones de la […]
NUEVA YORK, sep (IPS) – Organizaciones humanitarias y agencias de la ONU alertan sobre la vulnerabilidad de mujeres embarazadas y bebés en las zonas de Pakistán afectadas por las inundaciones.
El desastre humanitario causado por el monzón en agosto afectó a casi 18 millones de personas, 1.600 de las cuales murieron, según estimaciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
«Sabemos que hay madres pariendo en refugios precarios o hacinados, a poca distancia de deshechos y agua estancada», señaló Sonia Kush, directora de preparación y respuesta de emergencia de la organización Save the Children.
«Sabemos que el riesgo para los recién nacidos es enorme. Las primeras horas y los primeros días son los más delicados para ellos en el mundo en desarrollo, aun sin las complicaciones que supone un desastre como el de Pakistán. La reubicación obligada de las personas y la mayor pobreza agravan el hacinamiento, las enfermedades y las infecciones», añadió.
La organización estima que 100.000 mujeres darán a luz el mes que viene.
Unas 500.000 embarazadas en zonas afectadas cursan su segundo o tercer trimestre de gestación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Debemos asegurar la salud y la seguridad de las mujeres y de sus bebés», señaló Martin Mogwanja, coordinador humanitario para Pakistán de la ONU. «El desastre afectó a casi 18 millones de personas. No queremos que también afecte a medio millón de bebés que ni no han nacido», añadió.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha tenido un papel muy activo en brindando asistencia en salud reproductiva, señaló Paul Garwood, de la OMS.
La agencia de la ONU colaboró asistiendo 5.600 nacimientos desde el inicio de las y ayudó a crear 36 clínicas fijas y móviles, equipadas para asistir partos y ofrecer atención obstétrica de emergencia.
«La OMS trabaja con otras agencias de la ONU, gobiernos y organizaciones no gubernamentales para rehabilitar centros de salud lo más rápido posible y también respaldó el despacho de equipos médicos a las comunidades afectadas para brindar asistencia primaria y servicios de salud reproductiva», dijo Garwood a IPS.
Las clínicas de Save de Children atienden a cientos de personas al día, entre ellas mujeres embarazadas, otras que acaban de parir, así como niños y niñas, indicó Kush.
Además de centros de salud, se necesita «personal médico, preferentemente mujeres» para ayudar y atender embarazadas, dijo Garwood a IPS.
Pero es difícil conseguir mujeres, en especial ginecólogas, en las zonas afectadas.
De los seis millones de dólares solicitados para los servicios de salud reproductiva fueron entregados sólo 20 por ciento, según las últimas cifras de la ONU. Se necesitan otros 4,8 millones de dólares.
«Tenemos que redoblar las operaciones humanitarias para evitar una segunda ola de enfermedades y sufrimiento para millones de familias, en especial las más vulnerables, así como mujeres, niños y niñas», señaló Anthony Lake, director ejecutivo del Fondo de las Naciones para la Infancia (Unicef), quien visitó las zonas afectadas por el desastre el lunes y este martes.
Se necesitan 40 helicópteros, precisó la ONU. Las inundaciones destruyeron puentes y caminos, dejando a unas 800.000 personas aisladas, según el foro mundial.
Unos 600.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de Inglaterra, quedaron bajo agua, según la ONU. Más de 1,2 millones de personas desaparecieron, 4,8 millones de personas perdieron su hogar y 4,3 millones de hectáreas de cultivos fueron destruidas. La seguridad alimentaria del país está en peligro.
Se estima que 2,4 millones de menores de cinco años siguen necesitando asistencia alimentaria, lo que hace temer que sufran desnutrición. Otros 3,5 millones pueden contraer enfermedades que se propagan por el agua contaminada, según cifras de Save the Children.
«Dengue, malaria, diarrea y otras infecciones afectan a cientos de miles de personas. Son enfermedades curables, pero pueden ser mortales, en especial para los niños y niñas, si no se atienden», indicó Khush.
Al seguir desbordándose los cursos de agua aumenta la cantidad de personas que necesitan asistencia y, por consiguiente, a la ONU no le alcanzan los 460 millones de dólares que pidió hace tres semanas para financiar la respuesta de emergencia.
El foro mundial recibió 70 por ciento de los fondos solicitados, pero los funcionarios señalan que la cifra fue subestimada dado que las necesidades siguen aumentando. A mediados de este mes se hará una revisión del pedido inicial.