Ninguna de las principales metas establecidas en el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) 2002-2006 será alcanzada al término de la administración del presidente Vicente Fox Quesada, de acuerdo con resultados oficiales sobre el desenvolvimiento económico del país y su contraste con las proyecciones dadas a conocer a mediados del segundo año de gobierno. […]
Ninguna de las principales metas establecidas en el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) 2002-2006 será alcanzada al término de la administración del presidente Vicente Fox Quesada, de acuerdo con resultados oficiales sobre el desenvolvimiento económico del país y su contraste con las proyecciones dadas a conocer a mediados del segundo año de gobierno.
En materia de crecimiento económico el resultado alcanzará menos de la mitad de la expectativa más optimista que se tuvo en aquel momento, de propiciar una expansión de 6% del producto bruto interno (PBI) en promedio anual durante este gobierno, o acaso abarcará dos terceras partes del escenario más pesimista, de 3.6%, porque en realidad se llegará a un promedio de 2.6, y ello sólo si se cumple el propósito de que en 2006 la economía mexicana crezca a un ritmo de 3.6%.
Al término del último año de esta administración la economía debía crecer a una tasa de 7%, según el escenario más optimista del Pronafide, o bien a 4% de acuerdo con la proyección ‘inercial’, la cual descartaba la ejecución de una serie de ‘reformas estructurales’ en el documento gubernamental que sustituyó al Plan Nacional de Desarrollo.
Por el lado de los ingresos tributarios no petroleros los resultados obtenidos durante este gobierno salieron al revés. El ejercicio de proyección de esos ingresos contemplaba elevarlos a 13% como proporción del PBI al término de la administración. Pero de acuerdo con la estimación de los Criterios Generales de Política Económica 2006 se espera que esos fondos se ubiquen en 8.9%, nivel incluso menor al que tenían al comienzo de este gobierno.
Los ingresos presupuestarios, que se esperó llegarían a representar 22% del PBI en el peor escenario -el mejor contemplaba 24.3%-, cerrarán el sexenio en 21.3%, según estimaciones oficiales, con todo y que el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación aportó más de 300 mil millones de pesos de excedentes, por el deficiente cálculo con que se elaboraron los previsibles precios de exportación del crudo. En ningún año las estimaciones sobre el costo del petróleo de exportación mexicano se ajustaron a la realidad, pero en 2005 la desproporción entre la cotización estimada en el Pronafide, de 16.8 dólares por barril y la más reciente de 39.8 dólares, alcanzó su máxima expresión.
Sin embargo, donde parece localizarse el peor resultado de esta administración es en la generación de empleos en el sector formal de la economía. Cautos, pero sin ocultar su optimismo, los expertos que elaboraron el Pronafide introdujeron dos escenarios. Uno con ‘reformas estructurales completas’, en las que se estimaba generar ‘más de un millón de empleos’ anuales en promedio entre 2003 y 2006. En el otro, el ‘inercial, la cifra comparable se estima en alrededor de 650.000’.
En realidad no se cumplió ninguno. A lo largo del gobierno del presidente Fox se han generado 496.829 empleos en el sector formal de la economía, de acuerdo con registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); eso significa que en promedio se crearon 99.366 en promedio al año entre diciembre de 2000 y el 15 de diciembre de 2005, es decir, se cumplió con menos de una décima parte del empleo estimado en el metafísico escenario con ‘reformas estructurales completas’, o bien con 12.7% en el ‘escenario inercial’.
Este año que termina ha sido, sin embargo, el mejor en materia de empleo para esta administración gubernamental; de cuerdo con cifras del IMSS, se han abierto 572.605 nuevos puestos de trabajo.