1) Los dados electorales fueron cargados a favor de Felipe Calderón. Desde el poder la derecha dio un golpe de Estado técnico. Los comicios no sólo fueron inequitativos, sino tramposos. Todos los recursos del gobierno federal, lícitos e ilícitos, fueron utilizados para favorecer al abanderado del Partido Acción Nacional (PAN). Se echó mano de casi todas las mañas del viejo Partido Revolucionario Institucional (PRI) para hacer ganar al candidato del gobierno. Se pusieron en práctica, además, los artilugios que las nuevas tecnologías informáticas permiten.
2) Se trata de un golpe de Estado porque sobre la decisión soberana de los ciudadanos de darse un gobierno se han impuesto por la fuerza otras autoridades. Es un hecho técnico porque en lugar de recurrir al uso de las fuerzas armadas se ha echado mano de un conjunto de recursos informáticos para presentar como ganador de la contienda a quien no lo es. De la derecha, porque la pretensión de imponer a Felipe Calderón al frente del Ejecutivo busca dar continuidad a los intereses conservadores que prevalecieron en el gobierno de Vicente Fox.
3) La lista de las anomalías es enorme: creación de un clima de temor para favorecer el voto del miedo, uso de recursos públicos destinados al desarrollo social para inducir el voto (según Reforma, 41 por ciento de los beneficiarios de Oportunidades y 44 por ciento de quienes disfrutan del Seguro Popular votaron por los blanquiazules), compra de sufragios, simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) purgados del padrón electoral, utilización indebida de información del Estado para servir a la campaña electoral panista, manipulación de las cifras preliminares de la votación.
4) El golpe de Estado técnico del 2 de julio no es más que el último eslabón de una larga cadena de acciones extralegales e ilegales perpetradas por el Ejecutivo para tratar de impedir que Andrés Manuel López Obrador llegue al gobierno. El intento de inhabilitación política de hace un año, la campaña mediática presentándolo como un transgresor de la ley y la difusión de anuncios en televisión en los que se le muestra como una amenaza para México son sólo algunos episodios de esta ofensiva en su contra.
5) Pieza medular de este golpe de Estado fue el Instituto Federal Electoral (IFE). El árbitro es parcial. Se hizo evidente durante la campaña electoral y quedó demostrado el día de las elecciones. Sus nueve integrantes fueron escogidos sobre la base de una negociación entre Elba Esther Gordillo y Germán Martínez. Cinco para La Maestra y cuatro para el panista. A ellos responden. El PRD fue excluido.
6) El 2 de julio muestra a México claramente dividido y fuertemente confrontado. La mayor parte del norte votó por Calderón, casi todo el sur por López Obrador. Los ricos sufragaron mayoritariamente por el PAN, los pobres lo hicieron por la coalición Por el Bien de Todos.
7) Votaron por el panista la mayoría de quienes viven en el norte del país (43 por ciento) y el Bajío (47 por ciento), tienen ingresos superiores a 9 mil 200 pesos (50 por ciento) y de los profesionistas (48 por ciento). Sufragaron por El Peje la mayoría de los votantes del centro (44 por ciento) y el sur (40 por ciento), que perciben ingresos menores a 2 mil y a 4 mil pesos (34 y 39 por ciento, respectivamente) y tienen estudios de secundaria y preparatoria (38 por ciento).
8) El PRI se colapsó. Los gobernadores de los estados del norte de esa entidad política, enemigos de Roberto Madrazo, lo traicionaron. En Coahuila, Chihuahua, Durango, Puebla, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas promovieron el voto a favor de Felipe Calderón, y donde los candidatos a diputado no pertenecían a su grupo favorecieron al Partido Nueva Alianza (Panal). De acuerdo con la encuesta de salida de El Universal, votaron por Madrazo sólo 77 por ciento de los priístas.
9) La artífice de esta alianza entre gobernadores tricolores y el candidato presidencial blanquiazul es Elba Esther Gordillo. Ella es la gran ganadora secundaria de estos comicios. Su partido obtendrá una representación parlamentaria nada despreciable, inusitada para una formación política de registro reciente. Sus protegidos postulados en las listas del PAN y del PRI obtuvieron escaños legislativos. Sus huestes serán claves en la formación de una mayoría en el Congreso.
10) A pesar de su descalabro, el PRI logró colocarse como el gran elector. Posee la mayor cantidad de actas electorales. Abrirá negociaciones con el PRD y el PAN para vender caro su amor.
11) El voto de miedo le rindió frutos al PAN y sus aliados del Congreso Coordinador Empresarial (CCE). Presentar a López Obrador como «un peligro para México», asustar a la población con el peligro de perder su casa, su automóvil y sus propiedades, les permitió sumar votos más allá de su base social tradicional. Las descargas de artillería contra El Peje disparadas por las tropas herederas de la tradición cristera dieron en el blanco. La multitud de mensajes de texto que enviaron a través de teléfonos celulares para sacudir la conciencia de los fieles parecen haber surtido efecto. «México -advertía uno de ellos- : ¿estás seguro que EL permitirá nuestra religión católica? Santa María de Guadalupe: salva nuestra Patria y conserva nuestra Fe. Vota. Motiva.» No fue demasiado tarde para los milagros.
12) ¿Tiene responsabilidad el EZLN en estos resultados? ¿Deberían haber apoyado a López Obrador? Un hipotético apoyo del zapatismo a AMLO no habría hecho más que reforzar la campaña del miedo panista y asustar a posibles votantes.
13) México vive hoy un nuevo 1988. En aquel entonces la «caída del sistema» arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas. El 2 de julio el golpe de Estado técnico de la derecha pretende arrebatar la victoria a López Obrador. Pero el país de 2006 no es el de 1998. Ahora se cuenta con una experiencia organizativa y de resistencia que no existía entonces. La nación está sentada sobre un polvorín a punto de estallar y la burla a la voluntad popular podría prender la mecha. Que nadie se llame a engaño sobre lo que puede suceder en los próximos días.