Reino Unido tiene previsto retirar a miles de soldados de Afganistán el año que viene, según dijo el domingo el secretario británico de Defensa, Philip Hammond, mientras crece la presión para que el país ponga fin a su participación en una guerra cara e impopular. Más de 430 soldados británicos han muerto en Afganistán desde […]
Reino Unido tiene previsto retirar a miles de soldados de Afganistán el año que viene, según dijo el domingo el secretario británico de Defensa, Philip Hammond, mientras crece la presión para que el país ponga fin a su participación en una guerra cara e impopular.
Más de 430 soldados británicos han muerto en Afganistán desde la invasión liderada por EEUU en 2001, pero la estabilidad sigue siendo difícil de alcanzar y la violencia es rampante, con unas relaciones cada vez más frágiles entre las tropas occidentales y las fuerzas afganas, así como los civiles.
Reino Unido dijo el domingo que ha acusado a cinco soldados de asesinato como parte de una investigación sobre lo que describió como un incidente el año pasado en Afganistán con un insurgente en Afganistán, y que un total de nueve soldados han sido detenidos en relación con el caso.
Unos 500 efectivos británicos saldrán de Afganistán para finales de año, dejando a unos 9.000 allí.
Cuando se le preguntó por la retirada de tropas el año pasado, Hammond dijo a la BBC: «Yo esperaría que sea significativa, lo que supone miles, no cientos, pero no esperaría que fuera la mayoría».
Eso indicaría una posible retirada de hasta 4.500 personas en 2013.
Todas las tropas británicas tienen previsto abandonar Afganistán para finales de 2014.
El presupuesto británico de Defensa, al igual que en otros países miembros de la OTAN, está bajo presión, y el Ministerio se ha visto obligado a reducir el gasto, los números de sus fuerzas y sus programas de equipamiento.
El Tesoro, que intenta reanimar una renqueante economía, dijo este año que utilizará dinero antes destinado a la misión militar en Afganistán para financiar recortes de impuestos.
ACUSACIÓN DE ASESINATO
Varios medios señalaron que la investigación de asesinato comenzó a raíz de unas imágenes descubiertas en el ordenador portátil de un hombre que sirvió en Afganistán, que mostraban lo que parecía un insurgente herido y soldados británicos discutiendo si deberían prestarle primeros auxilios.
El Ministerio dijo que no podía confirmar ni desmentir las noticias.
«La Real Policía Militar (RMP, en sus siglas en inglés) ha detenido a otros dos marines bajo sospecha de asesinato en relación con un incidente que supuestamente habría tenido lugar en Afganistán en 2011, elevando a nueve el número total de arrestos», dijo el Ministerio.
«La RMP ha dirimido los casos de los cinco marines restantes a la independiente Autoridad de Servicio de Fiscalía (…) estos marines han sido acusados ahora de asesinato», añadió.
Las relaciones entre las tropas occidentales y los civiles afganos se han tensado en el último año, después de que soldados estadounidenses quemaran copias del Corán en una base de la OTAN, y de que un soldado estadounidense fuera acusado de matar a 16 civiles en marzo.
En enero se difundió un vídeo donde marines estadounidenses aparecían orinando sobre cadáveres.
Los lazos entre las tropas occidentales y las fuerzas afganas también se han deteriorado, tras una serie de ataques de «infiltrados» contra tropas de la coalición de la OTAN perpetrados por soldados afganos o por milicianos vestidos con el uniforme militar afgano.