Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Una niña afgana de 13 años murió después de que militares italianos dispararan contra el coche en el que viajaba. Además resultaron heridas tres personas más. A las 11 hora local en Afganistán estaba a bordo de un Toyota Corolla 4 kilómetros al sur de Camp Arena, la base donde tiene su sede el comando regional de la zona oeste de Afganistán. La noticia la comunicó el comandante del contingente italiano, general Rosario CAstellano. Según la reconstrucción del general, una patrulla italiana compuesta de tres medios se cruzó con un coche que procedía en sentido opuesto. La patrulla italiana adoptó las medidas previstas: advertencia con la mano, con gritos, con las luces y finalmente disparando al aire. Pero el vehículo siguó a alta velocidad contra la patrulla italiana. A menos de diez metros del convoy italiano el soldado ametrallador abrió fuego hacia el suelo y luego hacia el capó del vehículo. La patrulla italiana siguió su recorrido entonces. Sólo después se tuvo conocimiento de la muerte de la niña y de que otros tres ocupantes del coche habían resultado heridos: un hombre y dos mujeres, el padre y la madre de la niña, más una tercera mujer.
El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, conoció hoy con «profunda consternación» la noticia del trágico suceso y de la joven víctima. Se han emprendido investigaciones de los órganos militares del comando regional del oeste para aclarar la dinámica exacta del suceso y para establecer las causas del fallecimiento de la víctima. El comandante Castellano visitará en breve al gobernador de la región.
El ministro de Defensa italiano, Ignazio La Russa expresó «profundo dolor y consternación». La fiscalía de Roma ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del caso. La coordinará el público ministerio Pietro Saviotti.