Escritora, cooperante y viajera, Marta Sarramián vuelve a seducir con su último libro: Mujer que ve, donde recupera la sabiduría de las mujeres nahuatls del estado de Puebla (México) a raíz de sus dos meses de convivencia con comunidades indígenas. Esta experiencia marcó tanto a la autora que decidió embarcarse en un nuevo proyecto para […]
Escritora, cooperante y viajera, Marta Sarramián vuelve a seducir con su último libro: Mujer que ve, donde recupera la sabiduría de las mujeres nahuatls del estado de Puebla (México) a raíz de sus dos meses de convivencia con comunidades indígenas. Esta experiencia marcó tanto a la autora que decidió embarcarse en un nuevo proyecto para apoyar la labor de estas nativas creando una red entre mujeres artistas y rurales del mundo.
Cooperante, viajera y documentalista
Marta Sarramián escritora, biógrafa y comunicadora, ha desarrollado su carrera profesional en la comunicación y la gestión artística y cultural. Ha trabajado en el ámbito de la cooperación internacional, colaborando en organizaciones como Fundación Vicente Ferrer y UNESCO. Ha trabajado y vivido en varios países como India, República Dominicana, México, Croacia, Italia, Panamá y Angola.
Tiene cuatro obras publicadas, Lo que aprendí de un vagabundo, A contracorriente, Tierra, y Mujer que ve. Ganadora de diversos premios literarios, tiene en su haber varios documentales de mujeres artistas en entornos rurales como Mujeres de Tierra y Agua.
Desde hace más de una década centra su carrera profesional en dar visibilidad y empoderar a mujeres a través de diferentes expresiones artísticas.
Con Mujer que ve, publicado por Ediciones Casiopea, la autora pretende inaugurar una serie de obras a partir de la convivencia de artistas con nativas de diferentes partes del mundo. El intercambio de conocimientos, de formas de vida, de sentir y de pensar constituirían la base de esta revolución silenciosa para generar un movimiento progresivo hacia la sostenibilidad del planeta desde el lado femenino.
En palabras Marta Sarramián: «Mujer que ve es también una invitación al movimiento slow, a saborear los detalles y recuperar el ritmo pausado que se vive en las comunidades indígenas para tener una vida más plena y desacelerada, para aprender a detenerse y disfrutar el presente».