Autora de diversos libros que cuestionan el sistema económico capitalista, criticó ayer en el Foro Social Mundial de Dakar las soluciones tecnológicas al calentamiento global.
A pesar del escepticismo inicial, el cambio climático causado por los gases invernaderos es hoy una realidad reconocida por la mayoría de la población mundial. Tan así es, que para los antiglobalización el problema no es convencer a la gente sino ofrecer soluciones alternativas para impedirlo. Naomi Klein, autora de diversos libros que cuestionan el sistema económico capitalista, criticó ayer en el Foro Social Mundial de Dakar las soluciones tecnológicas al calentamiento global que se han ido proponiendo a lo largo de los últimos años.
La escritora canadiense considera que se debe acabar con la idea de que la tecnología puede solucionar todo. «Existe la creencia de que podemos dominar la naturaleza y superar cualquier límite», apuntó. Klein se refirió específicamente a tecnologías como la geoingeniería. Esta especialidad propone diversos dispositivos, como «sombrillas solares», para limitar la radiación solar, o tecnologías que modifican las nubes para que reflejen más rayos solares hacia el espacio. «La geoingeniería es espantosa», dijo. «Los científicos que abogan por la geoingeniería no saben hacia dónde nos lleva esto». «Aunque parezca ciencia-ficción, no lo es, está pasando realmente», señaló Klein, quien también consideró que se notó cierta «aceleración» de este tipo de ideas desde la cumbre climática de Copenhague, en 2009. «Hay una relación entre el fracaso político de esta cumbre y esta aceleración», añadió.
El año pasado, los firmantes del Convenio sobre la Diversidad Biológica acordaron establecer una moratoria sobre este tipo de tecnologías «hasta que haya una base científica sobre la cual justificar tales actividades». Sin embargo, los Estados Unidos son el único país que no ha ratificado todavía este convenio. Naomi Klein se refirió al american way of life que se extendió por todo el mundo a través de la globalización y que está basado en la idea de que «siempre habrá más». Explicó el mito de la frontera en Estados Unidos. «Pero el mundo no es una frontera sin fin», aseveró.
Klein explicó que no nos encontramos solamente en una crisis económica y ecológica, sino también en una «crisis del relato». «Nos cuentan siempre las mismas historias sobre nuestra capacidad de salvar el planeta, nos dicen que no tenemos que lidiar con las consecuencias de nuestros actos ya que siempre habrá una solución», dijo la activista canadiense. Es la razón por la cual «cuando cuestionamos estas tecnologías, también cuestionamos las estructuras de la sociedad occidental».
La escritora altermundialista quiso también tener un discurso esperanzador y señaló el ejemplo de Bolivia, «el único país que se opuso al resto durante la Cumbre de Cancún». Bolivia «ha construido un relato sobre los derechos de la naturaleza», remarcó Klein. «Nosotros tenemos que reemplazar el relato lineal por un relato circular», argumentó.
La intervención de Naomi Klein tuvo lugar durante un taller sobre los desafíos presentados por la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, que se hará en Río de Janeiro en 2012, veinte años después de la Cumbre de la Tierra de 1992, que había sido celebrada también en la metrópolis brasileña.
Esta cita seguirá hoy en el centro de atención de los altermundialistas, ya que será objeto de una «asamblea de convergencia». En estas reuniones se encuentran diversas organizaciones alrededor de un tema con el objetivo de establecer un calendario de movilizaciones. Unas cuarenta asambleas de convergencia están previstas y servirán de preparación a la última asamblea de movimientos sociales que tendrá lugar el último día del Foro.
Durante el taller, Naomi Klein confirmó que está preparando un nuevo libro sobre lo que llama «el acaparamiento de la Tierra», una manera de ampliar el concepto de «acaparamiento de tierras» practicado por multinacionales en diversas zonas de Africa y América latina. La autora canadiense es conocida por sus dos obras anteriores; No Logo, un ensayo que trata de analizar la influencia de las marcas en la sociedad actual, y La doctrina del shock, donde analiza las condiciones en que el neoliberalismo pudo ser implementado gracias al impacto psicológico causado por desastres naturales o dictaduras militares.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-162068-2011-02-10.html