Recomiendo:
0

Nepal: cambio de régimen, esperanza de paz

Fuentes: IPS

Han pasado ya cinco meses desde que la Revolución de los Rododendros en Nepal forzó al autocrático rey Gyanendra a restaurar el Parlamento y a pasar el poder a una alianza de partidos con representación parlamentaria. Desde entonces, el Parlamento ha llevado a cabo una de las más espectaculares transformaciones de una estructura estatal sin […]

Han pasado ya cinco meses desde que la Revolución de los Rododendros en Nepal forzó al autocrático rey Gyanendra a restaurar el Parlamento y a pasar el poder a una alianza de partidos con representación parlamentaria. Desde entonces, el Parlamento ha llevado a cabo una de las más espectaculares transformaciones de una estructura estatal sin violencia ni derramamiento de sangre. Desmanteló una monarquía de 237 años de antigüedad, a la que quitó todos su poderes: el rey no tiene ya más el control sobre el ejército nacional, la sucesión real será de ahora en adelante decidida por el comité parlamentario de asuntos estatales, se permitirá la sucesión femenina y el rey debe pagar los impuestos como cualquier otro ciudadano.

Nepal no es más un reino hindú sino un estado secular. De hecho el rey es ahora nada más que una atracción turística. Los partidos políticos restauraron la democracia tras recurrir a una protesta callejera no violenta durante tres semanas en abril pasado. Ese resultado no pudieron lograrlo los insurgentes maoístas luego de 10 años de lucha armada en la que hubo 14.000 muertos.

Pero luego del cambio de régimen político, Nepal enfrenta todavía el desafío de resolver el problema de la insurgencia. Un cese del fuego está en vigor desde abril y hay en curso negociaciones entre el gobierno y los rebeldes. Las Naciones Unidas han sido invitadas a monitorear el proceso de paz y la desmilitarización a cumplirse antes de las elecciones para una asamblea constituyente previstas para una fecha aún no establecida del año próximo.

El mes pasado el proceso de paz se ha trabado a causa del desacuerdo sobre la cuestión de qué hacer con las armas de los maoístas. Los rebeldes están bajo la presión de sus propios combatientes, que no quieren entregar sus armas, y el gobierno bajo presión de Estados Unidos y de India, quienes afirman que los maoístas no deben formar parte de un gobierno interino antes de que entreguen las armas.

El Primer Ministro Girija Prasad Koirala sostiene con obstinación que los maoístas armados no pueden ser admitidos en el escenario político. Por su parte, el líder rebelde, Prachanda, ha dicho que la guerrila no volverá a la selva. Pero también ha advertido de un posible nuevo levantamiento popular, si el gobierno insiste en que su partido deponga las armas.

Koirala ha decidido reunirse con el jefe rebelde Prachanda para superar el estancamiento y es probable que se halle una solución. Si ello ocurre, el próximo paso será que el gobierno y los maoístas formen un gobierno interino para preparar la elección de una asamblea que proyecte una nueva constitución.

Nepal no está aún a salvo de preocupaciones. Pero felizmente el conflicto no ha ido tan lejos como para convertirse en ingobernable. No hay un conflicto étnico o separatista y ahora existe la voluntad política de ambas partes para arreglar las cosas a través del actual proceso de paz. Todos están de acuerdo en que Prachanda necesita tiempo para convencer a sus guerreros de que deben deponer las armas. Pero Prachanda está bajo presión aún mayor por parte de la comunidad internacional, incluyendo a India, que hizo de intermediario en el acuerdo entre él y los partidos parlamentarios, para que depongan las armas antes de entrar a formar parte de un gobierno interino.

En el pasado, dos ceses del fuego se interrumpieron porque tanto el ejército como los maoístas usaron las treguas para rearmarse y reagruparse. Esto ha hecho que el pueblo nepalés se muestre cauteloso ante las aperturas a favor de la paz. Pero esta vez puede ser diferente. Los maoístas saben que nunca podrán hacerse del poder del estado a través de medios militares y están convencidos de que pueden explotar la desorganización de los partidos políticos para lograr la supremacía en el Parlamento. El ejército nepalés se había visto empantanado en una desordenada guerra en la cual se ganó una mala reputación por sus violaciones a los derechos humanos y sabe que nunca será capaz de derrotar a una decidida fuerza guerrillera en el escarpado y enmarañado terreno de Nepal.

Existen buenas posibilidades de que Nepal pueda salir de sus problemas si se resuelve no sólo el conflicto sino también las injusticias sociales que están en la raíz de la situación. Para que ello ocurra hace falta que todas las partes apunten más allá de la ganancia estratégica inmediata a fin de asegurar la paz y la estabilidad, de modo que el sufrido pueblo nepalés pueda finalmente tener esperanzas de progreso económico. (FIN/COPYRIGHT IPS)

Kunda Dixit, editor y director del diario de Katmandú Nepali Times.