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Nicaragua: ¿De cuál dictadura nos hablan?

Fuentes: La Primerísima

Que los hipócritas y los mentirosos, los necios y los ciegos, los burgueses y sus secuaces, traten de engañar al pueblo con discursos sobre la libertad en general, la igualdad en general, y la democracia en general. Nosotros decimos a los obreros y los campesinos, arránquenles la careta a esos mentirosos, abran los ojos de […]


Que los hipócritas y los mentirosos, los necios y los ciegos, los burgueses y sus secuaces, traten de engañar al pueblo con discursos sobre la libertad en general, la igualdad en general, y la democracia en general. Nosotros decimos a los obreros y los campesinos, arránquenles la careta a esos mentirosos, abran los ojos de los ciegos, pregúntenles ¿existe una igualdad entre un sexo y otro? ¿Existe igualdad entre una nación y otra nación, entre una clase y otra clase? ¿Libertad de qué yugo, o del yugo de qué clase? Libertad ¿para qué clase?


Lenin

Si alguien llega a Nicaragua y lee los titulares y editoriales de los periódicos, las declaraciones de los políticos de la oposición o de algunos comentaristas televisivos, los manifiestos desde algunos sectores de la «sociedad civil», lo primero que puede pensar es que ha llegado a un país bajo una horrible dictadura, que el gobierno actual es el principal responsable de la Violación a los Derechos humanos que padece la Nación.

Escuchando muchas de estas declaraciones pareciera que las cárceles están llenas de activistas sociales y políticos opositores, que la represión policial en las calles tiene atemorizado al pueblo, que la libertad de opinión o de prensa esta abolida por un gobierno tirano.

A veces da la sensación por estas declaraciones que el gobierno actual llego al poder de una forma ilegal y que ha instaurado un régimen autoritario que tiene atemorizado a todo el país.

Sin embargo, el pasado 12 de diciembre hubo 6000 personas en la calle protestando contra las medidas del gobierno, otras 10000 en Junio pasado, desde diferentes sectores sociales se han manifestado exigiendo sus justos derechos olvidados por este y los anteriores gobiernos. Y a lo mejor algunos desearían otras cosas, pero no recordamos a ningún policía reprimiendo a los manifestantes.

A este gobierno «tirano» se le dedican titulares en los medios de comunicación como «¿Renacer Fascista?», «La Yihad contra los periodistas», «Mas acoso a la oposición», y que sepamos no ha existido ninguna detención, no ha sido clausurado ningún medio de comunicación y lo mas grave que ha ocurrido a nivel de «represión social» es que a un periodista lo tuvieron un rato esposado y detenido por saltarse una barrera de seguridad. Entre las «represiones » de este gobierno recordamos también que un diputado que había mentido con su partida de nacimiento le quitaron su escaño y se lo entregaron a su suplente; y que un multimillonario paso unos días en prisión por una sentencia judicial(es cierto pobre, en los 2 o 3 días que estuvo recluido, no dejaron que desde organismos de derechos humanos lo visitaran), por negarse a pagar la pensión a su hija.

No dudamos que habrán habido muchos mas casos de exceso de autoridad por parte de los cuerpos policiales, el estamento judicial o el poder ejecutivo, pero de esos excesos contra la gente mas pobre, contra los chavalos de la calle o contra el nicaragüense común y corriente que no ostenta ni títulos ni cargos, casi ningún medio de comunicación, ni el Bloque contra la Dictadura, ni siquiera organismos de defensa de los Derechos Humanos han hecho ningún escándalo, ni les ha servido como argumento para acusar al gobierno de dictatorial.

Si comparamos la situación de Nicaragua con la de las «democracias» ejemplares cercanas quizás podremos saber el grado de dictadura en que se ha convertido el gobierno de Daniel Ortega.

En El Salvador las movilizaciones sociales de Julio pasado en Suchitoto fueron reprimidas por la Policía Nacional Civil con 14 detenidos a los que se les aplico una reciente Ley Antiterrorista. Según el auto de la Fiscalía contra los 14 detenidos en Suchitoto recoge «como actos de terrorismo toda infracción dirigida contra la seguridad del Estado, la integridad del territorio y el funcionamiento normal de las instituciones».

Según informes de Amnistía Internacional, en San Salvador de Atenco y en Oaxaca (México) cientos de personas fueron detenidas, decenas de muertos, detenciones arbitrarias y en régimen de incomunicación, malos tratos y tortura, violaciones sistemáticas a mujeres, amenazas, hostigamiento de personas dedicadas a la defensa de los derechos humanos y periodistas, y violaciones del debido proceso y del derecho a un juicio justo.

Podemos seguir con otro ejemplo de «democracia» bien institucionalizada que es Colombia, en donde grupos paramilitares con el apoyo o la complicidad del gobierno, solo en el Caribe colombiano han asesinado desde el 2005 a más de 500 personas, la mayoría líderes comunales, sindicales o sociales y esos asesinatos siguen impunes.

Y en la democracia por excelencia, los EEUU, esa que tanto envidian muchos de estos diputados del «Bloque contra la Dictadura», pues según Amnistia Internacional «miles de personas siguen bajo custodia estadounidense, sin cargos ni juicio, en Irak y Afganistán y en la base naval de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo, Cuba.» «el presidente Bush confirmó la existencia de un programa de detenciones secretas administrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Se recibieron informes de posibles ejecuciones extrajudiciales cometidas por soldados estadounidenses en Irak, y algunos soldados hacían frente a procesamientos. Continuaron sin rendir cuentas altos cargos del gobierno por la tortura y los malos tratos infligidos a personas detenidas en el marco de la «guerra contra el terror», pese a la existencia de pruebas de que los abusos habían sido sistemáticos. Se recibieron informes de brutalidad policial y malos tratos en centros de detención de Estados Unidos. Más de 70 personas murieron tras recibir descargas de armas Taser de la policía. Se ejecutó a 53 personas en 14 estados.»

Si nos agarramos a las cifras, parece que los métodos democráticos corren mayor peligro en otras latitudes.

Desde todos estos sectores que están empeñados en demostrar lo dictatorial del gobierno de Daniel, se nos habla de institucionalidad como si en estos últimos diecisiete años los nicas hubieran vivido en un paraíso de libertades, participación ciudadana y beneficios sociales.

Pues que sepamos, esta institucionalidad es hija de unas elecciones en la que los nicaragüenses votaron bajo la amenaza y las consecuencias de una guerra criminal que duraba ya 10 años, algo por cierto no muy democrático el votar con una pistola en la cabeza; esta institucionalidad es consecuencia del «cogobierno» de Lacayo, Ramírez y Humberto Ortega, que con su buen hacer democrático consiguieron que todas las conquistas sociales de la Revolución fueran desmontadas una a una y miles de nicaragüenses fueran lanzados a la miseria y excluidos de las bondades democráticas; esta «institucionalidad» tan amenazada por la «tiranía» de Daniel es herencia de unas elecciones fraudulentas robadas por Arnoldo Alemán con la complicidad de la gran líder democrática actual, Rosa Marina Zelaya, para quien en su momento desde su cargo de Presidenta del Consejo Supremo Electoral era muy democrático que los votos de los nicaragüenses aparecieran botados en los cauces de Managua. Estas elecciones del 96′ que dieron lugar al gobierno mas corrupto de la historia «democrática» de Nicaragua también contaron con la bendición de algunos medios de comunicación que le quitaron importancia al fraude; esta institucionalidad es hija de un pacto entre liberales y la dirigencia del FSLN que a cambio de cuotas de poder «institucional» para el Frente, sus lideres paralizaron las iras sociales. Y en ese pacto participaron por supuesto los Montealegre, Quiñones, Bonilla y demás caudillitos liberales que ahora se las dan de «democráticos», pero también muchos de los dirigentes del MRS que a los pocos meses de consumarse el pacto, en el 2000, pasaron a integrar la Convergencia Nacional aliada del FSLN en las elecciones del 2001, sin importarles lo mas mínimo las consecuencias que ese pacto podría tener para la «institucionalidad» del país.

Si no fuera por el daño que están haciendo y la crispación gratuita a la que están sometiendo a la población, todas estas campañas en defensa de la «institucionalidad» y los bloques contra la dictadura parecerían un chiste malo. Lo horrible es que en nombre de la libertad y la democracia, siguen defendiendo un sistema capitalista asesino que ha expulsado a mas de 1 millón de nicaragüenses de sus casas y enviado a la marginalidad y a la pobreza a mas del 50% de nuestra gente.

Hay unas cuantas razones para salir a la calle y protestar contra el gobierno de Daniel y todo el sistema neoliberal que todavía impera en Nicaragua. ¿Como no se va a protestar contra la abolición del aborto terapéutico, contra los Cenis, contra los cortes energéticos y la falta de energía en el 50% del territorio nacional? Por supuesto que hay que forzar a que este gobierno cambie rápidamente el sistema tributario del país que solo sirve para que los ricos sean cada día mas ricos y también estamos de acuerdo en darle duro al gobierno para que los presupuestos sean mas sociales y no sirvan solo para favorecer los intereses de los capitales burgueses y transnacionales.

Pero hablar de dictadura en Nicaragua en estos momentos y después de 17 años de gobiernos neoliberales es repugnante, grosero y oportunista.

La dictadura que existe en Nicaragua es la de un sistema que permite poblados como Acahualinca, chiwines desnutridos, sin escolarizar y trabajando de sol a sol, familias enteras que pasan con menos de 1 dólar al día, personas que jamás han tenido derecho al agua corriente o a una simple bujía en sus casas, tanta gente a la que se les están violando diariamente sus derechos humanos, esa es la dictadura, el resto, daños colaterales del sistema que los del Bloque contra la Dictadura y algunos medios de comunicación defienden.