La Alianza de Protección a la Biodiversidad de Nicaragua alerta que una importante proporción del arroz que se vende en el país está contaminada con la variedad transgénica LL601, prohibida para el consumo humano. La Alianza está conformada por organizaciones no gubernamentales (ONG) que promueven el desarrollo humano y sostenible en el país, entre las […]
La Alianza de Protección a la Biodiversidad de Nicaragua alerta que una importante proporción del arroz que se vende en el país está contaminada con la variedad transgénica LL601, prohibida para el consumo humano.
La Alianza está conformada por organizaciones no gubernamentales (ONG) que promueven el desarrollo humano y sostenible en el país, entre las que se destaca el Centro Humboldt.
El grupo de defensa a la biodiversidad encargó un estudio al laboratorio estadounidense Genetic Id, que constató que el 75 por ciento de las muestras de arroz recolectadas en Nicaragua y analizadas está contaminado con el arroz LL601.
Ese arroz transgénico, resistente al herbicida glufosinato, es producido por la empresa alemana Bayer.
La Alianza de Protección a la Biodiversidad empezó en septiembre de 2006 un proceso de monitoreo, que consisitó en juntar 20 muestras de arroz que se comercializan en los supermercados de Nicaragua y enviarlas a Genetic Id para que fueran analizadas.
Las muestras contaminadas son de arroz producido en Nicaragua, pero también de arroz importado desde Guatemala y principalmente Estados Unidos.
Esto llevó a que la Alianza de Protección a la Biodiversidad alertara que Nicaragua está importando ilegalmente el arroz LL601, y desde el gobierno se aduce que en la frontera se toman todos los controles para evitar que eso ocurra.
La organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional advirtió en agosto de 2006 que la comercialización del arroz LL601 no estaba permitida en ningún país del mundo y que esa variedad transgénica no había superado las pruebas de seguridad de protección de la salud humana y el medio ambiente.
La Alianza de Protección a la Biodiversidad emitió el 14 de febrero un comunicado en el que reclama al estado nicaraguense que «fortalezca el mecanismo de control y monitoreo implementado con las empresas importadoras de arroz», y especialmente con las empresas de Estados Unidos.
Pide además que se «evidencien los procesos ilegales de introducción de organismos genéticamente modificados por parte de empresas internacionales» y que se de a la sociedad civil los insumos necesarios para que pueda defender sus derechos y participar activamente en los espacios de decisión.