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No somos piratas

Fuentes: Rebelión

El mar se calienta. Eso dicen los expertos en el cambio climático. Y seguro que es cierto. Aquí en Roma, aún sin costa a la vista, se detectan las tensiones y dificultades que en los últimos años dificultan, y mucho, el vivir de las comunidades de pescadores. Son muchas las intervenciones en todos los espacios […]

El mar se calienta. Eso dicen los expertos en el cambio climático. Y seguro que es cierto. Aquí en Roma, aún sin costa a la vista, se detectan las tensiones y dificultades que en los últimos años dificultan, y mucho, el vivir de las comunidades de pescadores. Son muchas las intervenciones en todos los espacios del Foro de los Pueblos por la Soberanía Alimentaria de los representantes de la pesca artesanal que hasta aquí llegaron. Herman Kumara resume que «el desarrollo de la pesca artesanal es posible si se respetan sus Derechos», con mayúsculas, para sumar a los derechos humanos, lo derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Por eso reclaman a los gobiernos reunidos estos días en el edificio de la FAO que se prohíba la pesca industrial y de arrastre en las costas que a ellos y ellas alimenta. Que se regule o frene la expansión de la acuicultura, el turismo y las industrias conserveras que monopolizan territorios que dan acceso al mar. Y que se tomen las medidas necesarias para prohibir la pesca ilegal. Que por eso se le llama así.

Rebelión ha publicado este artículo con autorización del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.