Traducido para Rebelión por Ciro Gonasti
Año nuevo, la misma política estadounidense de siempre en los Balcanes. A pesar del paso del tiempo, los EEUU no se preocupan del cambio en el calendario y en las relaciones con Serbia usan métodos ya experiementados con éxito en el pasado más reciente: al bloquear el viernes pasado las ayudas previstas para el 2005, Washington ha abierto una vez más, en efecto, la vía de las sanciones, «porque Belgrado no colabora plenamente con el Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra en la Antigua Yugoslavia de La Haya». Y mientras los políticos serbios no acaban de encajar el golpe, el país teme de nuevo el aislamiento. Diez millones de dólares de buenas razones para mandar a los reclamados a las celdas holandesas. Así, al suspender los subsidios destinados al gobierno serbio, los EEUU han tratado de motivar al presidente Boris Tadic, al primer ministro Vojislav Kostunica y a sus colegas. La demanda del Secretario de Estado estadounidense Collin Powell es simple: «Pedimos a Belgrado que coopere completamente con los jueces poniendo en manos de la justicia a todos los acusados, comenzando por Ratko Mladic». Y para llegar al ex general serbo-bosnio y a los otros prófugos menos ilustres, Powell ha anunciado también otras medidas «simbólicas»: la vuelta a casa de algunos consejeros que trabajan en Serbia con el Consejo de Ministros y la cancelación de los vuelos a EEUU de la compañía Jat.
Ya en el 2004 el Departamento de Estado había toma una decisión análoga, congelando 16 millones de dólares. Sin embargo este año el bloqueo es sólo parcial: Washington precisa, en efecto, que continuará proporcionando 73 millones en ayudas «a programas y organizaciones que operan a favor de las reformas». Hablando con Glas Javnosti de este doble rasero entre público y privado, el embajador estadounidense en Belgrado, Mike Polt, ha afirmado: «Es importante subrayar que nosotros estuadiamos atentamente nuestras medidas para que las consecuencias no recaigan sobre la población. Por eso los EEUU seguirán ayudando a los empresarios, garantizando a las pequeñas y medianas empresas la posibilidad de crear nuevos puestos de trabajo». La respuesta del ejecutivo del primer ministro Vojislav Kostunica ha sido confiada a las páginas de Política: «La suspensión del apoyo financiero es un paso que difícilmente puede hacer avanzar el progreso de la democracia y de las reformas en Serbia», publica el mencionado periódico. «Una decisión que me esperaba». Para el ministro de exteriores Vuk Draskovic -ya entusiasta de la propuesta del Secretario de Estado estadounidense Collin Powell de enviar militares serbios a Iraq «en defensa de la civilización occidental»-, la acción estadounidense no es una sorpresa. Al contrario. En una entrevista a la televisión estatal RTS, ha declarado que la esperaba desde hacía algunos meses. Después de las nuevas presiones con barras y estrellas, el secretario general del Partido Socialista Zoran Andelovic, ha declarado, en cambio, a la agencia Tanjung: «Es sólo una estrategia de marketing. De todas maneras, las ayudas tampoco existían antes y la retirada de los consejeros es sencillamente ridícula: son completamente inútiles». Y para evitar un ulterior aislamiento de la comunidad internacional, la recesión económica del país y el empobrecimiento de los ciudadanos», el filo-occidentalpresidente Tadic ha invitado al gobierno, a través de la agencia Beta «a presentar un plan para resolver los problemas con el Tribunal de La Haya».